¿Cómo se aprende a morir? ¿Cómo no temer el Juicio de Dios? ¡Estos son cinco pensamientos del sacerdote italiano Fabio Rosini para no temer a la muerte!
1. “¿Cómo se aprende a morir? Morir un poco cada día”
“Resulta que uno no muere muriendo, no es muriendo que uno muere. Cuando uno se pasa la vida tratando de no morir entonces la vida la desperdicia, la desperdicia, la tira. Si por el contrario logras perder un poco la vida… Alguien dijo: “El que pierda su vida la encontrará, el que defienda su vida la perderá”… (…). Será cuestión de aprovechar la próxima oportunidad posible: por los defectos de las personas que nos rodean, por las cosas que nos pasan, por los límites personales”.
2. ” ¿Realmente hice feliz a alguien?”
“Cuando muramos todos nos preguntaremos lo mismo: ¿hay alguien que sea feliz por mí? ¿Realmente amaba a alguien? ¿Le serví a alguien? Creo que sería lindo que en nuestro funeral hubiera tanta gente llorando porque nos extrañan, significa que hemos hecho algo bueno por ellos”.
3. “¿Di mi vida por alguien?”
“Esta es la última pregunta, la que me haré antes de morir: ¿di mi vida por alguien? ¿Le di a alguien verdadera felicidad? Eso me clavará, me dirá la verdad de mi existencia. Al ver llegar mi último día me preguntaré si he hecho algo bueno por alguien. Habré vivido de verdad si puedo responder que sí”.
4. “‘Él vendrá y juzgará a los vivos y a los muertos’: seguro, pero el juez es tu hermano Jesucristo”
“Pero si tu juez es el Señor, ¿pero sabes que no te importa? ¿Pero eres tú a quien le importa? (…) Fin de toda esclavitud. (…) Quédate con Cristo, déjate juzgar hoy. (…) ¿Pero cómo crees que te mira Jesucristo? No como te miras, eres todo muy malo contigo mismo (…) feroz, nunca te das una segunda oportunidad. (…) ¿Sabes cuál es el punto? Que nuestro juez sea uno de la familia, es mi hermano, ya está”.
5. Enseñamos a nuestros Hijos que morir será pasar al Cielo
“Piensa que engendras hijos y los crías como hombres y mujeres del cielo, enséñales a creer en el Bien, a sentirse siempre amados, a creer en la misericordia, a tener un corazón que late con misericordia. ¡Prepárate! (…) Hay que criar niños así, niños llenos de luz. Que se conviertan en niños con corazones convencidos de amor, personas que piensen que la vida es bella y que morir será ir al Cielo”.
(ChurchPOP)
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