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lunes, 16 de diciembre de 2024

La conciliación: un método para ser un buen padre de familia

 

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Te has preguntado, ¿qué puedes hacer para dar lo mejor a tus hijos, mientras cumples con todos los deberes? La conciliación puede ayudarte como padre de familia

La rutina diaria es tan acelerada y llena de deberes, que a veces es difícil mantener un balance sano entre la vida personal, familiar y profesional; este es uno de los mayores desafíos que enfrentan los padres en la actualidad. Por lo que es momento de hablar de la conciliación, la cual te ayudará a ser un mejor padre de familia. 

Karen Hutch, aleteia

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Un gran acto de valentía: Sacerdote rescató a un niño de la trata de personas y ahora ayuda a miles


 

La historia del P. Ignacio María Doñoro, misionero español y capellán militar, comenzó con un acto de valentía casi de película: haciéndose pasar por traficante para salvar a un niño vendido por sus padres para el tráfico de órganos. Este suceso marcó el inicio de una misión que lo llevaría a transformar miles de vidas a través del Hogar Nazaret, en una de las zonas más pobres del Perú.

“Me encuentro con el caso de un niño que fue vendido por sus padres para tráfico de órganos, y, bueno, pienso: algo decente debo hacer en esta vida, tener un purgatorio más pequeño si rescato este niño. Pues me hice pasar por traficante. De una manera muy fácil rescaté al niño. Me di cuenta de la problemática; no acababa de creer que había otro mundo detrás del que vivíamos nosotros”, contó el sacerdote en una entrevista para el programa “Misión Posible” de las Obras Misionales Pontificias.

Este dramático rescate despertó en él una vocación que lo ha llevado a trabajar en países como El Salvador, Colombia, Marruecos y Mozambique.


En 2011, el P. Doñoro fundó el Hogar Nazaret en Puerto Maldonado, Perú, un lugar marcado por el tráfico de personas y una extrema pobreza. Este hogar acoge a niños rescatados de situaciones de abuso y explotación.

“Nadie tiene más amor que el que da la vida. Y eso es lo que resonaba en mi corazón. En contra de la razón, de lo que era lógico, e incluso de todos mis compañeros sacerdotes y de mi propia familia, decidí irme al último rincón del mundo. Donde la persona no vale nada, donde hay tráfico de personas, es en Madre de Dios, en Puerto Maldonado, en Perú”.

Para el sacerdote, el objetivo de esta obra es claro: “Consolar el Corazón de Cristo”.

“¿Por qué lo hice? Se puede resumir en una frase que podría ser el título de una canción: lo hice por amor, y no hay más razón que el amor.

A veces la gente te dice: "No, es que estos niños, el día de mañana, te lo van a agradecer". Ni me lo van a agradecer, ni espero que me lo agradezcan. Es por amor. Fue por amor.

Cuando le dices al Señor: ‘Donde tú quieras, como tú quieras’, entonces el Señor te lleva, pues, donde tú no quieres, a lo que no te apetece, lo que no te gusta, lo que no es agradable. Pero, claro, ahí te encuentras con una presencia tan fuerte y te sientes amado de una manera tan especial. Y cuando te sientes tan amado, tan feliz, pues quieres que se contagie y que se transmita”.

Amor que transforma vidas

El Hogar Nazaret no es un orfanato típico; es un lugar donde se vive la fe y el amor de manera palpable. Los niños, muchos de ellos con enfermedades graves y traumas profundos, experimentan una transformación integral. 

“Llegan totalmente rotos. Llegan con leishmaniasis, que es una enfermedad parecida a la lepra, con infecciones, carne podrida. Llegan con el alma rota, con historias increíbles. Siempre digo que, para mí, son unos héroes, porque, si yo hubiera vivido esas situaciones, confieso realmente que me habría suicidado. No habría podido aguantar. Son unos resilientes, son unos héroes”.

El sacerdote resaltó cómo el amor de Dios es capaz de hacer milagros en la vida de estos niños.

La alegría y el cariño son el corazón del Hogar Nazaret.

“Cuando vienen de fuera a ver la casa, les pregunto: ‘Oye, ¿qué es lo que más te llama la atención del hogar Nazaret?’ Y me responden: ‘Lo muchísimo que se quieren’.

Bueno, pues en esta casa, en estas casas que tenemos, unas para niños, otras para niñas, y ahora con un tercer proyecto, Jesús está en medio. Jesús es uno más. Entran en la casa y saludan a Jesús; se van de la casa y se despiden de Jesús”.

Una fe que sostiene

El camino del P. Doñoro no ha estado exento de peligros. En 2015, mientras estaba en Puerto Maldonado, despertó un día con tres pistolas apuntando a su cabeza.

“La misión de Hogar Nazaret era sacar a personas del tráfico de personas, que mueve muchísimo dinero, más que las drogas, más que la prostitución. Y me pillaron, me pillaron que era yo el que movía los hilos y entonces pues me ataron de pies y manos, me golpearon”.

En un momento, el sacerdote dejó de sentir su cuerpo y pensó que la muerte se acercaba.

“Entonces, empecé a pensar en cosas positivas, y lo más positivo que se me ocurría era cuando había recogido bebés, cuando había salvado, por misericordia de Dios, a mamás que iban a abortar. O cuando había estado en El Salvador, en Colombia, en Tánger o en Mozambique. Entonces, me invadió una alegría tremenda, un gozo inmenso, y, gracias a ese gozo, psicológicamente pude superar el dolor.  

Llegó un momento en que no sentía el cuerpo. Me tiraron del brazo izquierdo, y ahí noté cómo me arrancaban todos los tendones. El dolor fue insoportable, pero también pensé: ‘Bueno, y si me hago el muerto, a lo mejor salvo la vida’. Y efectivamente, de repente amaneció, y la sorpresa fue que no me remataron”.

Sin embargo, lejos de abandonar su misión, este episodio reforzó su compromiso.

“Estoy loco, pero loco de amor. Quiero volver porque sé que es el Señor quien hace esta obra”, afirma.

El P. Doñoro también ha escrito el libro “El Fuego de María” donde habla más sobre la vida en Hogar Nazaret y cuyas ventas ayudan al sostenimiento del proyecto. Puedes conocer más aquí.

Escucha la entrevista completa:


Harumi  Suzuki, churchPOP
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Francisco, para la jornada de paz: «deuda ecológica» y no dar pretextos para «vengar la sangre»

 


Francisco, con una paloma durante una de las primeras audiencias generales de su pontificado, en mayo de 2013. Foto: Vatican Media.
Francisco, con una paloma durante una de las primeras audiencias generales de su pontificado, en mayo de 2013. 



La Santa Sede ha dado a conocer este jueves el mensaje del Papa para la 58ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero. Se titula Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz y está centrado en torno a las esperanzas que la Iglesia quiere transmitir al mundo con ocasión del Jubileo que vivirá durante el año 2025.

Las palabras de Francisco no se dirigen de primeras a las situaciones de guerra, sino en particular "a quien se siente postrado por su propia condición existencial, condenado por sus propios errores, aplastado por el juicio de los otros, y ya no logra divisar ninguna perspectiva para su propia vida". A todas aquellas personas en esta situación les desea "esperanza y paz, porque este es un Año de gracia que proviene del Corazón del Redentor".

La palabra jubileo remite a una tradición judía: el sonido de un cuerno de carnero (en hebreo, yobel) anunciaba cada, cuarenta y nueve años, un año de clemencia y liberación para todo el pueblo (cf. Lv 25,10), durante el cual, explica el Papa, "restablecer la justicia de Dios en distintos ámbitos de la vida".

"Deuda ecológica"

"También nosotros nos sentimos llamados a ser voz de tantas situaciones de explotación de la tierra y de opresión del prójimo", señala, que "no se deben sólo a la iniquidad de algunos, sino que se han consolidado y se sostienen en una complicidad extendida". Todos debemos sentirnos responsables "de algún modo" por "las disparidades de todo tipo, al trato deshumano que se da a las personas migrantes, a la degradación ambiental, a la confusión generada culpablemente por la desinformación, al rechazo de toda forma de diálogo, a las grandes inversiones en la industria militar".

Ante esto, "hacer algún acto de filantropía esporádico no es suficiente", sino que son necesarios "cambios culturales y estructurales".

"Los bienes de la tierra no están destinados sólo a algunos privilegiados, sino a todos", recordó Francisco. Si el hombre "falta a la gratitud" por los bienes recibidos y "deja de reconocer los dones de Dios", entonces "comienza a albergar la idea de que las relaciones con los demás puedan ser gobernadas por una lógica de explotación" que "genera injusticias, exacerbadas por la corrupción, que atrapan a los países más pobres".

El Papa citó entre ellas la deuda externa, convertida, en su opinión, en "instrumento de control, a través del cual algunos gobiernos e instituciones financieras privadas de los países más ricos no tienen escrúpulos de explotar de manera indiscriminada los recursos humanos y naturales de los países más pobres, a fin de satisfacer las exigencias de los propios mercados". A la deuda externa hay que añadir, dijo "la deuda ecológica" como "dos caras de una misma moneda", a cuya "remisión" invita a la comunidad internacional.

"El cambio cultural y estructural para superar esta crisis se realizará cuando finalmente nos reconozcamos todos hijos del Padre y, ante Él, nos confesemos todos deudores, pero también todos necesarios, necesitados unos de otros, según una lógica de responsabilidad compartida y diversificada", concluyó en lo tocante a ese aspecto.

Tres acciones

A continuación, Francisco propuso "tres acciones posibles" para labrarle al mundo "un camino de esperanza", una esperanza que nace "de la experiencia de la misericordia de Dios". La nuestra, como la de Él, solo debe tener como finalidad "levantar al que está caído, vendar los corazones heridos, liberar de toda forma de esclavitud".

Esas tres acciones que propone el Papa buscan "restaurar la dignidad en la vida de poblaciones enteras y volver a ponerlas en camino sobre la vía de la esperanza, para que se supere la crisis de la deuda y todos puedan volver a reconocerse deudores perdonados". 

Son: 

-que los países ricos reconozcan su "deuda ecológica" como justificación para "condonar las deudas de esos países que no están en condiciones de devolver lo que deben", aunque para evitar un nuevo "círculo vicioso de financiación-deuda", habría que desarrollar "una nueva arquitectura financiera" mediante "un Documento financiero global, fundado en la solidaridad y la armonía entre los pueblos";

-un compromiso de "promover el respeto de la dignidad de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, para que toda persona pueda amar la propia vida y mirar al futuro con esperanza", pues sin ésta "es difícil que surja en el corazón de los más jóvenes el deseo de generar otras vidas"; como aplicación práctica, el Papa pide "la eliminación de la pena de muerte en todas las naciones";

-que se destine "un porcentaje fijo del dinero empleado en los armamentos para la constitución de un Fondo mundial que elimine definitivamente el hambre y facilite en los países más pobres actividades educativas también dirigidas a promover el desarrollo sostenible, contrastando el cambio climático"; según Francisco, "debemos buscar que se elimine todo pretexto que pueda impulsar a los jóvenes a imaginar el propio futuro sin esperanza, o bien como una expectativa para vengar la sangre de sus seres queridos".

"Desarme del corazón"

"Que el 2025 sea un año en el que crezca la paz", concluye Francisco, que pide un "desarme del corazón" porque la paz solo llega al "corazón desarmado".

Un corazón desarmado es "un corazón que no se empecina en calcular lo que es mío y lo que es tuyo; un corazón que disipa el egoísmo en la prontitud de ir al encuentro de los demás; un corazón que no duda en reconocerse deudor respecto a Dios y por eso está dispuesto a perdonar las deudas que oprimen al prójimo; un corazón que supera el desaliento por el futuro con la esperanza de que toda persona es un bien para este mundo".

ReL

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Compendio de la Doctrina Sodial
(para descargar)
















Evangelio del día


Libro de los Números
 24,2-7.15-17a.

Cuando el profeta Balaam alzó los ojos y vio a Israel acampado por tribus, el espíritu de Dios vino sobre él
y pronunció su poema, diciendo:
Oráculo de Balaam hijo de Beor,
oráculo del hombre de mirada penetrante;
oráculo del que oye las palabras de Dios
y conoce el pensamiento del Altísimo;
del que recibe visiones del Todopoderoso,
en éxtasis, pero con los ojos abiertos.
¡Qué hermosas son tus carpas, Jacob,
y tus moradas, Israel!
Son como quebradas que se extienden,
como jardines junto a un río,
como áloes que plantó el Señor,
como cedros junto a las aguas.
El agua desborda de sus cántaros,
su simiente tiene agua en abundancia.
Su rey se eleva por encima de Agag
y su reino es exaltado.
Entonces pronunció su poema, diciendo: "Oráculo de Balaam, hijo de Beor, oráculo del hombre de mirada penetrante;
oráculo del que oye las palabras de Dios y conoce el pensamiento del Altísimo; del que recibe visiones del Todopoderoso, en éxtasis pero con los ojos abiertos.
Lo veo, pero no ahora;


Salmo 25(24),4-5.6-7.8-9.

Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador,

Yo espero en ti todo el día,
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor,
porque son eternos.
No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud:

por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad.
El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;
él guía a los humildes para que obren rectamente

y enseña su camino a los pobres.


Evangelio según San Mateo 21,23-27.

Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?".
Jesús les respondió: "Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas.
¿De dónde venía el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres?". Ellos se hacían este razonamiento: "Si respondemos: 'Del cielo', él nos dirá: 'Entonces, ¿por qué no creyeron en él?'.
Y si decimos: 'De los hombres', debemos temer a la multitud, porque todos consideran a Juan un profeta".
Por eso respondieron a Jesús: "No sabemos". El, por su parte, les respondió: "Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Bulle

San Agustín (354-430)
obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Sermón para la natividad de San Juan Bautista 293,3; PL 38,1327-1329


Reconocer la voz; reconocer la Palabra

    Como es difícil discernir entre la Palabra y la voz, los hombres creyeron que Juan era Cristo. Tomaron a la voz por la Palabra. Pero Juan se reconoció como la voz para no usurparle los derechos a la Palabra. Dijo: “No soy el Mesías, ni Elías, ni el Profeta.” Le preguntaron: “¿Qué dices de ti mismo? Y él respondió: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Prepara el camino del Señor” (cf Jn 1,23).
    Soy la voz del que rompe el silencio. “Preparad el camino del Señor, como si dijera: “Soy la voz cuyo sonido no hace sino introducir la Palabra en el corazón; pero, si no le preparáis el camino, la Palabra no vendrá adonde yo quiero que ella entre.” ¿Qué significa esto sino que seáis humildes en vuestros pensamientos?
    Imitad el ejemplo de humildad del Bautista. Lo toman por Cristo, pero él dice que no es lo que ellos piensan ni se adjudica el honor que erróneamente le atribuyen. Si hubiera dicho: “Soy Cristo”, con cuánta facilidad lo hubieran creído, ya que lo pensaban de él sin haberlo dicho. No lo dijo: reconoció lo que era, hizo ver la diferencia entre Cristo y él, y se humilló. Vio dónde estaba la salvación, comprendió que él era sólo una antorcha y temió ser apagado por el viento de la soberbia.  (EDD)

Oración

Señor, haz que mi fe sea humilde y no presuma de fundarse sobre la experiencia de mi pensamiento y de mi sentimiento, sino que se rinda al testimonio del Espíritu Santo, y no tenga otra garantía mejor que la docilidad a la autoridad del Magisterio de la Santa Iglesia. Amén.

(Paulo VI)