Invitamos a los matrimonios y a personas interesadas en una familia feliz, a leer y asimilar pasajes de la Exhortación pontifical 'Amoris laetitia' del Papa Francisco.
Comunicarnos con los
queridos difuntos
257. Una manera de
comunicarnos con los seres queridos que murieron es orar por ellos[285]. Dice la Biblia que «rogar por los difuntos» es «santo y
piadoso» (2 M 12,44-45). Orar por ellos «puede no solamente
ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor»[286]. El Apocalipsis presenta a los mártires intercediendo
por los que sufren la injusticia en la tierra (cf. Ap 6,9-11),
solidarios con este mundo en camino. Algunos santos, antes de morir, consolaban
a sus seres queridos prometiéndoles que estarían cerca ayudándoles. Santa
Teresa de Lisieux sentía el deseo de seguir haciendo el bien desde el cielo[287]. Santo Domingo afirmaba que «sería más útil después de
muerto [...] Más poderoso en obtener gracias»[288]. Son lazos de amor[289]. porque «la unión de los miembros de la Iglesia
peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera
se interrumpe [...] Se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales»[290].
258. Si aceptamos la muerte podemos prepararnos para ella.
El camino es crecer en el amor hacia los que caminan con nosotros, hasta el día
en que «ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto ni dolor» (Ap 21,4).
De ese modo, también nos prepararemos para reencontrar a los seres queridos que
murieron. Así como Jesús entregó el hijo que había muerto a su madre (cf. Lc 7,15),
lo mismo hará con nosotros. No desgastemos energías quedándonos años y años en
el pasado. Mientras mejor vivamos en esta tierra, más felicidad podremos
compartir con los seres queridos en el cielo. Mientras más logremos madurar y
crecer, más cosas lindas podremos llevarles para el banquete celestial.
Capítulo VI De la Exhortación ‘Sobre el Amor en la Familia’ (Algunas
Perspectivas Pastorales)
Recemos Oraciones por los difuntos
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