Me llama la atención el comienzo de la
lectura del Evangelio de hoy, que narra cómo "dos ciegos siguieron a
Jesús gritando: "Ten compasión de nosotros, Hijo de David"".
Plantea una pregunta intrigante: si eran ciegos, ¿cómo pudieron seguir a
Jesús? Parece que, aunque sus ojos físicos estaban cerrados, su visión
espiritual estaba abierta de par en par. Veían con una profundidad de fe
que eludía a muchos cuya vista física era impecable. Probablemente,
siguieron el sonido de la voz de Jesús, dejándose guiar por ella a través
de la multitud. Su fe les permitía percibir lo que otros no podían.
Cuando Jesús les preguntó: "¿Creéis
que puedo hacerlo?", respondieron inmediatamente: "Sí,
Señor". Su fe inquebrantable les permitió reconocer la bondad del
Señor antes de que se les abrieran los ojos. El salmista de hoy proclama:
"Estoy seguro de que veré la bondad del Señor en la tierra de los
vivos". Estos ciegos vieron esa bondad en Jesús mucho antes de su
curación. También nosotros estamos llamados a desarrollar esta visión más
profunda, a ver con los ojos de la fe. Los signos de la bondad del Señor
nos rodean, pero necesitamos corazones abiertos y espíritus atentos para
reconocerlos.
Nuestra ilustración procede del Códice de
Predis (1476), un extraordinario manuscrito iluminado con exquisitas
pinturas en miniatura de Cristoforo de Predis. Encargado por la poderosa
familia Sforza, la dinastía gobernante de Milán durante el Renacimiento, el
códice es un testimonio de la fusión de arte, fe y ambición política de la
época. El Códice de Predis es famoso por sus representaciones de relatos
bíblicos y genealogías. Sus ilustraciones narran vívidamente historias
clave de la Biblia y trazan vínculos genealógicos entre personajes bíblicos
y generaciones posteriores. Estas genealogías servían para alinear la
historia sagrada con los gobernantes contemporáneos, reforzando sutilmente
la pretensión de autoridad divina de los Sforza. Cristoforo de Predis, un
talentoso pintor e iluminador de la corte, dio vida a estas escenas con una
meticulosa atención al detalle y un refinado sentido de la composición.
Nacido sordo, la singular percepción del mundo de Cristoforo influyó en su
estilo artístico, dando lugar a obras célebres por su delicadeza.
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