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sábado, 14 de diciembre de 2024

Evangelio del día


 

Libro de Eclesiástico 48,1-4.9-11.

Surgió como un fuego el profeta Elías,
su palabra quemaba como una antorcha.
El atrajo el hambre sobre ellos
y con su celo los diezmó.
Por la palabra del Señor, cerró el cielo,
y también hizo caer tres veces fuego de lo alto.
¡Qué glorioso te hiciste, Elías, con tus prodigios!
¿Quién puede jactarse de ser igual a ti?
Tú fuiste arrebatado en un torbellino de fuego
en un carro con caballos de fuego.
De ti está escrito que en los castigos futuros
aplacarás la ira antes que estalle,
para hacer volver el corazón de los padres hacia los hijos
y restablecer las tribus de Jacob.
¡Felices los que te verán
y los que se durmieron en el amor,
porque también nosotros poseeremos la vida!


Salmo 80(79),2ac.3b.15-16.18-19.

Escucha, Pastor de Israel,
Tú que tienes el trono sobre los querubines,
reafirma tu poder y ven a salvarnos.
Vuélvete, Señor de los ejércitos,

observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que Tú hiciste vigoroso.
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha,

al hombre que Tú fortaleciste,
y nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre.


Evangelio según San Mateo 17,10-13.

Al bajar del monte, los discípulos preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?".
El respondió: "Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas;
pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del hombre".
Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

San Ireneo de Lyon (c. 130-c. 208)
obispo, teólogo y mártir
Contra las herejías, III, 10-11


“Os lo digo: Elías vino ya”

A propósito de Juan el Bautista, leemos en Lucas: “Será grande a los ojos del Señor: convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto” (Lc 1,15s). ¿Por quién ha preparado un pueblo, y ante quién ha sido grande? Sin duda alguna ante aquel que ha dicho que Juan era algo “más que profeta” y que “no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista” (Mt 11, 9.11). Porque Juan preparaba un pueblo anunciando por adelantado a sus compañeros de servidumbre la venida del Señor y predicándoles la penitencia, para que, cuando el Señor esté presente estén preparados para recibir su perdón, que vuelvan a aquel de quien se alejaron por sus pecados y transgresiones…Por eso, llevándolos a su Señor, Juan preparaba para el Señor un pueblo bien dispuesto, en el espíritu y el poder de Elías…
Juan, el evangelista, nos dice: “Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz” (Jn 1,6-8) Este precursor, Juan el Bautista, que daba testimonio de la luz, sin duda alguna que fue enviado por el Dios que… había prometido por medio de los profetas de enviar un mensajero ante su Hijo para prepararle el camino (Ml 3,1; Mc 1,2), es decir para dar testimonio de la Luz con el espíritu y el poder de Elías… Precisamente porque Juan es un testimonio, el Señor dice de él que es más que un profeta. Todos los demás profetas anunciaron la venida de la luz del Padre y han deseado ser juzgados dignos de ver a aquel que predicaban. Juan profetizó igual que ellos y lo vio presente, lo mostró y persuadió a muchos para que creyeran en él, de manera que ocupó al mismo tiempo el lugar de un profeta y el de un apóstol. Por eso Cristo dijo de él que era “más que un profeta”. (EDD)

Reflexión sobre el dibujo

Hoy celebramos la fiesta de San Juan de la Cruz (1542-1591), místico, poeta y fraile carmelita español famoso por sus escritos espirituales, en particular La noche oscura del alma. Aunque no se suele asociar a San Juan con el arte visual, en 1572 creó un extraordinario dibujo de la Crucifixión, del tamaño de un sello. Este pequeño boceto inspiró el famoso cuadro de Salvador Dalí, Cristo de San Juan de la Cruz (Kelvingrove Gallery, Glasgow). El lienzo de Dalí representa a Cristo desde una perspectiva aérea, suspendido en la cruz sobre un tranquilo lago con una barca y pescadores, haciéndose eco del punto de vista místico captado en el dibujo de San Juan.


San Juan realizó este boceto tras una visión mística. Se lo regaló a una monja carmelita en el convento donde ejercía de confesor, y se conserva en Ávila, España, montado en un relicario que contiene también un pequeño fragmento de su hueso. A pesar de su modesto tamaño, el dibujo encierra una inmensa fuerza y profundidad espiritual. La imagen ofrece una extraordinaria perspectiva aérea, mostrando a Cristo crucificado como si fuera visto desde arriba, representando quizá cómo Dios Padre veía a su hijo en el momento de su sacrificio definitivo. La cabeza de Cristo cuelga pesadamente sobre su pecho, con el rostro oculto. Sus brazos, desgarrados y dislocados, reflejan la brutal agonía de la Crucifixión. El peso de su cuerpo sin vida tira de sus manos, que parecen desgarradas por el esfuerzo. Este dibujo sencillo pero evocador transmite el profundo sufrimiento físico y espiritual de Cristo de una manera que trasciende su escala.


Aunque pequeño, el dibujo de San Juan es una impactante meditación sobre la Pasión, que ofrece una perspectiva única que invita a una profunda reflexión sobre el sacrificio de Cristo. Es un testimonio de la perspicacia mística de San Juan de la Cruz y de su capacidad para comunicar verdades profundas, no sólo a través de las palabras, sino también a través de esta obra de arte íntima.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración

Dios todo poderoso
que habéis sufrido la muerte
sobre el árbol de la cruz,
por nuestros pecados,
acompáñadme,

Santa Cruz de Jesucristo,
ten piedad de mí.

Santa Cruz de Jesucristo,
rechazad de mi toda arma cortante y de fuego.

Santa Cruz de Jesucristo,
derramad sobre mi todo bien.

Santa Cruz de Jesucristo,
descartad de mi todo mal.

Santa Cruz de Jesucristo,
haced que alumbre el camino de la salud.

Santa Cruz de Jesucristo,
rechazad de mi todo atentado de muerte.

Santa Cruz de Jesucristo,
presérvame de accidentes corporales y temporales.

Que yo adore la Santa Cruz de Jesucristo por siempre;
Jesús de Nazaret crucificado, tened piedad de mí.

Haced que el Espíritu maligno y nocivo,
se aparte de mí, por los siglos de los siglos.

Amén.

(ACI)



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