El Adviento es un tiempo de preparación y espera para la celebración del nacimiento de Jesucristo, pero también es un tiempo de profunda reflexión espiritual. Cada semana del Adviento se vive una etapa distinta y se asocia con una etapa específica que refleja el anhelo humano de la salvación y la transformación a través de la venida de Cristo.
La esperanza, paz, alegría y amor, no solo son cualidades que se celebran en la liturgia, sino que también son llamadas a vivir en el corazón de cada creyente.
La corona de Adviento
La mejor forma de representar las cuatro semanas del Adviento es por medio de la Corona de Adviento. Ésta tiene forma de círculo para representar que el amor de Dios es infinito, además de cuatro velas, de los colores litúrgicos correspondientes: tres de color morado -que simbolizan la humildad, austeridad y penitencia- y una de color rosa, que representa alergia y amor.
Ahora bien, hablemos de cada una de las etapas y qué puedes hacer cada semana para vivir este tiempo de preparación y reflexión de la mejor manera, tanto de forma personal como en familia.
1º semanaEsperanza: el anhelo de la promesa cumplida
La primera semana de Adviento está centrada en la esperanza. Anticipa la llegada de Jesús al mundo representando el cumplimiento de las promesas divinas a lo largo de la historia, por lo que esperaban la venida del Mesías. Además, marca el comienzo del año litúrgico.
La esperanza es una virtud que nos invita a la conversión y a la preparación interior.
¿Qué hacer? En esta semana nos invita a preguntarnos: ¿En qué pongo mi esperanza? ¿Confío plenamente en que las promesas de Dios se cumplen en mi vida?
2º semanaPaz: El Regalo de la Presencia de Cristo
Es un recordatorio de que la paz verdadera solo puede encontrarse en la presencia de Cristo. La paz que Cristo trae no es simplemente la ausencia de conflictos, sino una paz profunda que transforma el corazón humano.
¿Qué hacer? La paz también nos llama a sanar nuestras relaciones con los demás y con Dios. ¿Qué conflictos o tensiones necesitamos resolver en nuestras vidas para experimentar la paz que Cristo ofrece?
3º semanaAlegría: La Buena Nueva de la salvación
La tercera semana de Adviento es conocida como Gaudete (del latín "alegraos") y está centrada en la alegría. La alegría cristiana no es una emoción superficial o circunstancial, sino una alegría profunda que brota de la certeza de la salvación que Jesús trae al mundo.
¿Qué hacer? En la tercera semana de Adviento se invita a reflexionar sobre la abundancia de la alegría que brota del conocimiento de la presencia de Cristo. Reflexiona sobre ¿cómo podemos cultivar esa alegría genuina en medio de las dificultades?
4º semanaAmor: El regalo incondicional de Dios
La cuarta semana de Adviento está dedicada al amor; y no cualquier amor, sino el amor que se hace carne, siendo el mayor de los regalos que Dios ha dado a la humanidad. El amor de Dios se manifestó de manera suprema en la venida de su Hijo al mundo; y este amor nos llama a vivir y compartir con los demás.
¿Qué hacer? En esta última semana de Adviento se nos invita a reflexionar sobre cómo podemos amar más plenamente, siguiendo el ejemplo de Cristo. Pregúntate: ¿qué acciones concretas podemos tomar para vivir el amor de Dios en nuestra vida diaria?
Karen Hutch, aleteia
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