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Durante un reciente encuentro, los delegados diocesanos de medios de comunicación le pidieron al obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, que expusiese su experiencia como uno de los prelados más activos en redes sociales.
Monseñor Munilla recogió en un vídeo (verlo abajo) un resumen de su exposición, en la que empieza por advertir de que no necesariamente un obispo tiene que estar en las redes, sino que también deben tenerse en cuenta los carismas personales de cada uno, que en su caso sí han ido siempre muy orientados a la comunicación.
El obispo donostiarra establece en su exposición (acompañada de numerosos ejemplos prácticos) varios puntos a tener en cuenta.
El fundamental, que el kerigma, el anuncio explícito del Evangelio puro, es la piedra preciosa de la comunicación en redes sociales.
También pueden servir como contenidos:
-noticias de la vida de la Iglesia;
-noticias acalladas o no suficientemente subrayadas por los medios de comunicación, como el martirio de los cristianos;
-la denuncia profética de realidades injustas de nuestro mundo a la luz del Evangelio.
Munilla sugiere algunos formatos concretos:
-acompañar una noticia con un comentario;
-acompañar una imagen con un pasaje evangélico que la ilumine;
-sugerencias de diálogo sobre criterios y principios morales y espirituales;
-interacción entre el mensaje y la imagen, sacrificando si es preciso un poco de aquél a ésta.
Por último, el obispo guipuzcoano sugiere dos cosas:
-tener sentido del humor, porque puede ganar batallas que sólo con la razón o con la fuerza se perderían;
-tener paciencia y mansedumbre con los trolls, considerando que más paciencia tiene Dios con nuestros pecados.
Y otro buen consejo de monseñor Munilla: ser austeros en la utilización de las redes sociales, para saber cuándo no debemos seguir conectados.
Así expresa esto último gráfica y humorísticamente:
Exposición de monseñor Munilla sobre el uso de las redes sociales:
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