Entradas populares

lunes, 31 de julio de 2017

8 tipos de mujeres con las que los hombres cristianos no deberían casarse si no cambian

La falta de perdón en una mujer, el carácter pendenciero, una mentalidad controladora... todo eso desanima particularmente al hombre

8 tipos de mujeres con quienes un cristiano no debería casarse

P.J.Ginés/ReL
Como ya explicamos, la revista "Charisma Magazine", la más leída en Estados Unidos por lectores pentecostales y protestantes carismáticos, publicó un decálogo sobre “10 tipos de hombres con los que las mujeres cristianas no deberían casarse nunca”, que se hizo viral en Internet: lo leyeron más de 2 millones de personas y 1,5 millones lo reenviaron en la red. 

Cuando llevaba ya 1,2 millones de reenvíos, el autor del artículo, J. Lee Grady, antiguo editor de la revista, publicó una segunda parte enfocada en el otro sexo: "8 mujeres con las que los hombres cristianos nunca deberían casarse". Los lectores (y lectoras) se la pedían con insistencia. Si bien mantiene el "nunca" en el título, a lo largo del artículo admite que con ayuda algunos de estos defectos pueden mejorarse, la persona puede cambiar... pero debería hacerlo antes del matrimonio.

Aunque no logró tantas visitas y lecturas (las mujeres son más dadas a compartir estas cosas con sus amigas y parientes), rápidamente el listado "para hombres" superó los 300.000 impactos.

“Soy el mentor de varios hombres jóvenes y he visto a unos cuantos de ellos casarse con éxito a lo largo de los años, por lo que no es difícil elaborar esta lista", escribe Grady. "Estas son las mujeres que pido a mis hijos espirituales que eviten”.

1. La no creyente
Grady considera que la Biblia deja “absolutamente claro” que los cristianos no deberían casarse con no creyentes, y para ello cita 2 Corintios 6, 14: “No os atéis con no creyentes” o bien “No os unzáis en yugo desigual con los infieles”. 

Grady afirma: “Necesitáis una esposa que ame a Jesús más aún de lo que os ama a vosotros. Poned la madurez espiritual en lo alto de la lista de cualidades que queréis en una esposa”.

Sin embargo, no está tan “absolutamente claro” que la Biblia prohíbe taxativamente el matrimonio con no cristianos, aunque pueda ser humanamente recomendable para muchas parejas. 

En 1 Corintios 7,14, San Pablo explica qué sucede en los matrimonios donde un cónyuge no es cristiano y queda claro que no se opone completamente a esos matrimonios: “El marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente”, una cita que recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica en su párrafo 1637. 

El Catecismo añade: “Es un gran gozo para el cónyuge cristiano y para la Iglesia el que esta santificación conduzca a la conversión libre del otro cónyuge a la fe cristiana. El amor conyugal sincero, la práctica humilde y paciente de las virtudes familiares, y la oración perseverante pueden preparar al cónyuge no creyente a recibir la gracia de la conversión”.

Estadísticamente, la principal causa de conversión al catolicismo por parte de adultos en países de Occidente es que su cónyuge o novio/a pertenece ya a la Iglesia Católica y desean compartir su fe. Pero muchos podrían considerar que lo prudente es que la pareja se se bautice o se convierta en la fase de noviazgo y se casen cuando esta fe haya madurado un poco.



2. La chica materialista 
“Un amigo mío estaba prometido a una chica de familia rica. Él ahorró durante meses para comprar un anillo a la chica, pero cuando se declaró ella le dijo que debía volver a la joyería y comprar un diamante más grande. Ella le empujó a endeudarse por un anillo que cumpliese sus expectativas. La chica quería un estilo de vida Tiffany con el sueldo Wal-Mart de él. Dije a mi amigo que se estaba metiendo en problemas. A menos que queráis vivir endeudados el resto de la vida, no os caséis con una chica que tiene signos de dólar en sus ojos y 8 tarjetas de crédito en su bolso Gucci”.

3. La diva
Para Grady, la diva es la versión femenina del macho que se cree superior a las mujeres. “Piensan que el mundo gira a su alrededor y no se lo piensan dos veces si han de herir a alguien para demostrarlo. Sus palabras son tajantes y sus exigencias chasqueando dedos no son razonables. Algunas de estas mujeres podrían llegar a tener un cargo de responsabilidad en la iglesia, pero no os dejéis engañar por su charla superespiritual. Los verdaderos líderes son humildes. Si no veis humildad cristiana en la chica con la que salís, retroceded y seguid buscando en otra parte”.

4. La Dalila
“¿Os acordáis de Sansón? Fue ungido por Dios con fuerza sobrenatural, pero perdió su poder cuando una mujer seductora averiguó su secreto y le hizo el corte de pelo más famoso de la historia. Como Dalila, una mujer que no ha entregado su sexualidad a Dios te cegará con sus encantos, romperá tu corazón y te robará la unción". 

"Si la mujer ‘cristiana’ con la que quedas en la iglesia viste provocativamente, flirtea con otros chicos, hace comentarios sexualmente inapropiados en Facebook y te dice que está bien el sexo antes del matrimonio, escápate de esa relación antes de que te atrape”.



5. La mujer pendenciera
“Mejor vivir en rincón de azotea que en palacio con mujer pendenciera”, se lee en Proverbios 21,9. Para Grady, se trata sobre todo de mujeres que arrastran heridas o agravios antiguos, quizá de una vida anterior, y que no “pasan página”. Puede ser un síntoma de que no están dispuestas a perdonar. “Si la mujer con la que sales está repleta de ira y de falta de perdón, las discusiones, portazos y dramas arruinarán vuestra vida juntos. Insiste en que busque ayuda, asesoramiento y oración”. 

6. La controladora
“El matrimonio es una empresa conjunta al 50 por ciento y la única forma de que funcione es que ambos, esposo y esposa, practiquen la sumisión mutua según Efesios 5, 21”, escribe Grady (la cita es: “sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo”).

“Igual que hay algunos chicos que piensan que pueden dirigir un matrimonio como una dictadura, hay mujeres que intentan manipular las decisiones para conseguir lo que quieren. Por eso el asesoramiento premarital es tan importante. No querrás esperar a que lleves dos semanas casado para descubrir que tu esposa no confía en ti y quiere controlarlo todo”.



7. La niña de mamá
“Es normal que una esposa novata llame a su mamá con regularidad buscando apoyo y consejo. No es normal que la llame 5 veces al día para comentar cada detalle de su matrimonio, incluyendo su vida sexual. Eso es estrambótico. He tratado con chicos cuyas esposas permitían a sus madres -¡o padres!- un control total de su matrimonio. Genesis 2,24 dice que el hombre dejará a sus padres y se unirá a su mujer. Los padres deberían quedar muy en la retaguardia del matrimonio de sus hijos. Si tu novia no ha cortado los hilos, vete con cuidado”. 

8. La adicta
“Hay mucha gente en la iglesia hoy que no ha sido discipulada adecuadamente. Muchos aún sufren por varios tipos de adicciones: alcohol, drogas ilegales, medicinas, pornografía- bien porque no confrontamos estos pecados desde el púlpito o porque no apoyamos lo suficiente a estas personas. Jesús puede liberar completamente a una persona de estos hábitos, pero tú no deberías esperar a estar casado para descubrir que tu esposa no se mantiene sobria. Quizá aún estés llamado a casarte con ella, pero no es sabio llevarla al altar mientras tu novia no haya afrontado en serio sus problemas”.

El consejo final de Grady es “mirar más allá de las cualidades externas que el mundo dice que son importantes y mirar al corazón”. Y aporta una cita del final del libro de Proverbios (31,30): “Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la mujer que teme al Señor merece alabanza”.

Vea también Una mujer cristiana no debe casarse con un hombre de estos 10 tipos: mejor esperar y buscar otro


Una mujer cristiana no debe casarse con un hombre de estos 10 tipos: mejor esperar y buscar otro

¿Están escondidos los buenos chicos cristianos, maduros, capaces de casarse? Las mujeres dicen que les cuesta encontrarlos y están tentadas de ir con otros peores


Una mujer cristiana no debe casarse con un hombre de estos 10 tipos: mejor esperar y buscar otro


P.J.G./ReL

J. Lee Grady es articulista y antiguo editor de la revista protestante "Charisma Magazine", la más leída en Estados Unidos por lectores pentecostales y protestantes
carismáticos.

Al acercarse la fiesta de San Valentín publicó un artículo titulado “10 Men Christian Women Should Never Marry” ("Diez hombres con los que las mujeres cristianas jamás deberían casarse"). El resultado asombró a los responsables de la revista porque el artículo se hizo viral en Internet: lo leyeron más de 2 millones de personas, y de hecho 1,5 millones lo reenviaron o compartieron en la red en pocos días.

Steve Strang, el fundador y responsable final de la revista, comenta que cuando el artículo llevaba tan "sólo" 300.000 reenvíos, uno de los editores le dijo que probablemente se había difundido no sólo en Facebook sino también en agregadores de noticias "mundanas", quizá con comentarios jocosos. Pero no había forma de demostrarlo.

Sin embargo, en la web de "Charisma Magazine" se escribieron 1.200 comentarios sobre el artículo, y no eran de gente sin fe ni bromistas o burlones. Casi todos eran personas cristianas seriamente preocupadas por la importancia del matrimonio. Y el articulista cuenta que al difundirse su artículo recibió "toneladas de mensajes privados, la mayoría de mujeres buscando consejo porque se habían casado con alguno de los tipos de hombre con los que yo avisaba que no debían casarse. Ningún bromista mundano me contactó".

Así que Strang saca una conclusión: "Es como si hubiese un deseo profundo entre los cristianos, decepcionados por tantas personas por adicciones, divorcio, estándares
rebajados... que resuena cuando una figura paternal como Lee dice a las mujeres cosas que su padre o su pastor les debería haber dicho".

J. Lee Grady empieza su artículo señalando que en su casa han criado cuatro hijas de las que tres se han casado, y que quiere a sus yernos, "que obviamente Dios escogió para que encajasen en los temperamentos y personalidad de cada una de ellas".

Pero la experiencia de Lee es que muchas jóvenes cristianas que quieren casarse no encuentran al hombre adecuado y se impacientan, incluso si buscan sólo en ambientes cristianos. "Se preguntan si queda algún chico cristiano decente en algún lugar. Empiezan a plantearse si deben ponerse menos exigentes para encontrar pareja".

Lee da su consejo: "¡No aceptes nada por debajo de lo que Dios pide! Estás mejor soltera que con el tipo equivocado".



Y a continuación da una lista de 10 tipos equivocados "que deberías evitar al buscar un marido".

1. El no creyente
"Escribe 2 Corintios 6,14 en un post-it junto a tu ordenador en el trabajo. Dice: “No os atéis a los no creyentes, porque ¿qué tienen en común la justicia y la impiedad, qué compañerismo hay entre la luz y la oscuridad?" Esta no es una norma religiosa caducada, es la Palabra de Dios para ti hoy.

Lee es muy exigente: según él, no basta con que el candidato se ofrezca a acompañar a la chica a la iglesia. Y las "citas misioneras", dice, "nunca son buena estrategia".

Más aún, Lee especifica que "si el hombre no es un cristiano nacido de nuevo, táchalo de tu lista. No es bueno para ti. Aún he de encontrar a una mujer cristiana que no se arrepintiese de casarse con un no creyente".

2. El mentiroso
"Si descubres que el hombre con el que estás saliendo te ha mentido acerca de su pasado, o que siempre está borrando su rastro para esconderte secretos, corre hacia la salida más próxima. El matrimonio debe construirse sobre el cimiento de la confianza".

3. El playboy
"Me gustaría poderte decir que si encuentras a un tipo majo en la iglesia puedes considerar que vive la pureza sexual. Pero no es el caso hoy. He oído historias de horror de solteros que apoyan el equipo de adoración del domingo, pero son Casanovas el resto de la semana. Si te casas con un tipo que iba de cama en cama antes de la boda, ten por seguro que irá de cama en cama tras la boda".

4. El que no cuida su familia anterior
J. Lee afirma que "hay muchos cristianos firmes que vivieron en su pasado un fracaso matrimonial. Desde su divorcio han experimentado cómo el Espíritu Santo les restauraba y ahora quieren volver a casarse. Los segundos matrimonios pueden ser muy felices".

[Desde un punto de vista católico, esto podría aplicarse a viudos, a hombres en uniones civiles no sacramentales y a quienes tuvieron una unión matrimonial nula; los católicos -al contrario que los protestantes- no admiten que se vuelva a casar un hombre que ante Dios está unido a otra mujer en una unión que Cristo decreta como indisoluble].

Aquí la precaución viene de cómo ha tratado este hombre a su familia anterior, a sus hijos con otras mujeres. "Si descubres que el hombre con el que sales no ha cuidado a sus hijos de relaciones anteriores, has descubierto un fallo fatal. Un hombre que no paga sus errores ni apoya a sus hijos anteriores no te va a tratar responsablemente", dice el articulista.



5. El adicto
"Los hombres que van a la iglesia y tienen adicción al alcohol o las drogas han aprendido a esconder sus problemas, pero no deberías esperar a la luna de miel para descubrir que es un borracho. Nunca te cases con un hombre que se niega a recibir ayuda contra su adicción. Insístele en que busque ayuda profesional y aléjate de él. Y no caigas en una relación codependiente, en la que él dice que te necesita para estar sobrio. Tú no puedes cambiarle."

6. El gandul
Una amiga de Lee descubrió, después de casarse, que su nuevo marido no tenía ninguna gana de encontrar un trabajo serio y que su plan consistía en estar en casa jugando a videojuegos mientras su esposa trabajaba y pagaba las facturas. Un hombre que no está dispuesto a trabajar no merece una esposa cristiana. Lee recuerda 2 Tesalonicenses 3,10: "Quien no está dispuesto a trabajar, que no coma".



7. El narcisista
"Deseo sinceramente que encuentres un chico que sea apuesto. Pero cuidado: si tu novio pasa 6 horas al día en el gimnasio y publica con regularidad fotos de sus biceps en Facebook tienes un problema".

"Puede que sea ´mono´, pero un hombre tan centrado en su apariencia y sus propias necesidades nunca podrá amarte sacrificialmente, como Cristo ama a la Iglesia [Efesios 5,25]. El hombre que siempre se busca a sí mismo en el espejo no se fijará en ti".

8. El abusador
"Los hombres con tendencias abusadoras no pueden controlar la ira cuando hierve en su interior. Si el hombre con el que sales tiene tendencia a levantar la mano sobre ti o sobre otros no te sientas tentada a racionalizar su comportamiento. Él tiene un problema, y si te casas con él tendrás que navegar en ese campo minado evitando detonar más explosiones. Los hombres iracundos dañan a las mujeres, a veces verbalmente, otras físicamente. Encuentra un hombre gentil".

9. El infantil
Lee previene contra "un tipo que aún vive con sus padres a los 35 años. Si su madre aún le hace la comida, la limpieza y le plancha la ropa, puedes estar segura de que está atascado en un bucle temporal emocional. Te buscas problemas si crees que puedes ser esposa de un chico que no ha crecido. Retrocede y, como amiga, anímale a que encuentre un mentor que le ayude a madurar".

No sabemos si Lee diría esto mismo si viviese en España, donde el 56% de los adultos entre 30 y 34 años están en paro, por lo que muchos han vuelto a vivir con sus padres. Con la crisis económica y de vivienda en España la edad de independización de los jóvenes está en los 30 años. Muchos que viven con sus padres por razones económicas pueden ser perfectamente maduros.



10. El maniático del control
"Hay algunos hombres cristianos que creen en la superioridad masculina, que citan las Escrituras y suenan muy espirituales, pero tras su fachada de autoridad marital esconden una inseguridad profunda y un orgullo que puede convertirse en abuso espiritual. En 1 Pedro 3,7 se pide a los maridos tratar a sus esposas como iguales". [La cita, que tomamos de la nueva Biblia de la Conferencia Episcopal Española, dice: ´Los maridos en la convivencia con la mujer, sabiendo que ella es más delicada, demuestren estima hacia ellas como coherederas que son también de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no encuentren obstáculo´].

"Si el hombre con el que sales te habla despreciativamente, hace comentarios insultantes contra las mujeres y desprecia tus dones espirituales, márchate ya, él sólo busca poder. Las mujeres que se casan con maniáticos del control religiosos acaban a menudo en una pesadilla de depresión".

Conclusión final
El artículo que se ha reenviado una y otra vez por Internet finaliza con un consejo: "Si eres una mujer de Dios, no entregues tus derechos de nacimiento espirituales casándote con un tipo que no te merece. Tu decisión más inteligente en la vida es esperar a un hombre que realmente esté entregado en Jesús".

Un tema de debate podría ser hasta qué punto esta clasificación y estos consejos pueden aplicarse también en ámbitos católicos y en países de lengua española. 

Vea también: 8 tipos de mujeres con las que no conviene te cases

(Artículo de Hemeroteca)


Pregunta 220: ¿Su Fe es la Fe de la Iglesia? ¡Compruébelo!

Esta es nuestra Fe, la Fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.


Resultado de imagen de "preparación a la comunión"


220. ¿Cómo debo prepararme para poder recibir La sagrada Eucaristía?

Quien quiera recibir la sagrada EUCARISTÍA, debe ser católico. Si fuera consciente de un pecado grave o mortal, debe confesarse antes. Antes de ponerse ante el altar hay que reconciliarse con el prójimo. [1385­-1387,1415]


Hasta hace pocos años estaba dispuesto no comer nada como mínimo tres horas antes de una celebración eucarística; de este modo se quería estar preparado para el encuentro con Cristo en la COMUNIÓN. Hoy en día la Iglesia pide al menos una hora de ayuno. Un signo de respeto es el vestido, bonito y algo especial, pues al fin y al cabo tenemos una cita con el Señor del mundo.



 "preparación a la comunión"


* El texto (pregunta y respuesta) proviene del Youcat = Catecismo para Jóvenes. Los números que aparecen después de la respuesta hacen referencia al pasaje correspondiente del Catecismo de la Iglesia Católica que desarrolla el tema aún más. Basta un clic en el número y será transferido. 

domingo, 30 de julio de 2017

El ateo y el oso


el oso y el ateo


Un ateo se paseaba porel bosque admirando lo que ese "accidente de evolución" había creado.
"¡Qué hermosos animales!" se dijo a sí mismo.

Caminando a lo largo del río escuchó un ruido 
detrás suyo. Volteó para mirar. 
Vio a un oso enorme corriendo hacia él.

Corría lo más rápidamente que pudo.  
Miró por encima de su hombre y vio 
que el oso estaba más cerca que antes. 
Corrió más rápidamente; estaba tan asustado 
que lágrimas saltaban de sus ojos.

Mirando nuevamente, el oso estaba más cerca. 
Su corazón estaba pulsando frenéticamente 
y trató de correr más rápidamente aún. 
Resbaló y cayó al suelo. 

Se volteó en el suelo y vio al oso encima de él 
extendiendo la pata izquierda para  agarrarlo 
y la derecho para golpearlo. 

En ese momento el ateo gritó 
sin pensarlo realmente:
"¡Oh Dios mío!..."

El oso quedó inmóvil
El bosque se había vuelto silencioso.
Y hasta el río dejó de fluir. 

Una luz brillante iluminó al hombre y
 una voz vino del cielo:"
"Has negado mi existencia, 
durante todos estos años,
has enseñado a otros que no existo 
y hasta has defendido
que la creación no es nada más 
que un accidente cósmico.
¿Realmente esperas que te saque de este apuro?
¿Puedo considerarte desde ahora como creyente?

El ateo miraba directamente hacia la luz y respondió:
"Sería hipocresía para mí eso de ser un cristiano 
después de estos años; 
pero, quizás, ¿podrías hacer que el oso sea cristiano?

"Muy bien," dijo la voz.

La luz se apagó.
El río fluía nuevamente.
Sonaban nuevamente los ruidos del bosque.

Y entonces el oso bajó su pata derecha...
junto las dos patas...
se santiguó, 
inclinó su cabeza y dijo:
"Bendice este alimento que voy a recibir".

Pregunta 219: ¿Su Fe es la Fe de la Iglesia? ¡Compruébelo!

Esta es nuestra Fe, la Fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.

 precepto dominical


219. ¿Con qué frecuencia debe participar un católico en la Eucaristía?
Todos los domingos y fiestas de guardar el católico está obligado a asistir a la Santa Misa. Quien busca verdaderamente la amistad de Jesús, responde, tan a menudo como le es posible, a la invitación personal de Jesús a este banquete [1389, 1417]

En realidad el «precepto dominical» es un término tan impropio para un verdadero cristiano, como el «precepto del beso» para un auténtico enamorado. Nadie puede mantener una relación viva con Cristo si no acude allí donde él nos espera. Por ello, desde los orígenes, la celebración de la misa es para los cristianos el «corazón del domingo» y la cita más importante de la semana.



precepto dominical



* El texto (pregunta y respuesta) proviene del Youcat = Catecismo para Jóvenes. Los números que aparecen después de la respuesta hacen referencia al pasaje correspondiente del Catecismo de la Iglesia Católica que desarrolla el tema aún más. Basta un clic en el número y será transferido. 

“Hacer el amor” es hacer oración

El sexo está llamado a ser sagrado

Luz Ivonne Ream, aleteia

¿Tú sabías que cuando “haces el amor” con tu cónyuge dentro del único marco digno y seguro en que debe ser este acto íntimo -el matrimonio ante Dios- y cumpliendo con sus fines -unión, procreación, estar abiertos a la vida- estás haciendo oración?

Más adelante te lo explico de manera de sencilla. Ten en mente que “oración es elevarnos a Dios“. Es decir, que nuestro espíritu se comunique con el de Dios.
San Juan Pablo II en su maravillosa catequesis sobre la Teología del Cuerpo nos habló sobre una capacidad maravillosa que solo los humanos podemos experimentar por medio de nuestro cuerpo, el atributo nupcial que es nuestra capacidad de expresar amor con él. Ese amor precisamente en el cual la persona se convierte en regalo y por medio de ese regalo cumple con el propósito de su existencia. 
Podríamos pensar que eso no es nuevo porque todos tenemos la capacidad de expresar el amor con el cuerpo por medio de abrazos, caricias, etc. Pero no todos, insisto. Es exclusivo de las personas. Los animales no lo hacen.
Tampoco van haciéndose votos y promesasde amor. Las personas somos las únicas que nos entregamos a otra como una ofrenda de amor. Es decir, me entrego a ti por amor y por medio de este regalo cumplo con el propósito de mi existencia que es amar como Dios ama y así me convierto en regalo para alguien más dándome por completo, a Dios y al prójimo.
Hacer el amor es hacer oración. Como el Génesis -en el Antiguo Testamento- nos ha enseñado sobre la creación de nuestros primeros padres, antes del pecado original, el corazón de Adán estaba totalmente dirigido a Dios.
A pesar de que el paraíso entero estaba a su total disposición y disfrutaba de él, Adán solo miraba hacia Dios y le amaba tantísimo que quería expresarle su amor, demostrárselo con su cuerpo. Pero como Dios era puro espíritu no podía hacerlo.
Adán -claro que sigo hablando figurativamente- no se dio por vencido e intentó entregar su amor a las plantas, a los árboles, a los animales, a cuanto ser vivo que se encontraba en el paraíso, pero pronto se percató de que con ninguno de ellos se sentía completo, siempre se sentía vacío.
Digamos que sus muestras de amor por medio de abrazos y caricias no eran correspondidas ni le satisfacían porque lo que él deseaba era llegar a Dios. Su vacío era cada vez más profundo.
Dios, por su parte, al darse cuenta del vacío que Adán sentía y de que su único fin era llegar a Él, se compadeció y le creó a la compañera y ayuda idónea. Le regaló a su mujer, Eva.
Dios entendió que el “deseo” de Adán no era hacia la mujer como tal, sino totalmente hacia Él. Pero como Dios no tenía -ni tiene- cuerpo, entonces le dijo que le regalaría otro cuerpo, el de su mujer para que se pudiera entregar a ella de una manera total y libre y que, por medio de esa unión de cuerpos con ella, mismos que embonarían de una manera perfecta, pudiera alcanzar esa unión con Dios que él tanto anhelaba.
Por fin Adán pudo llegar a Dios por medio de ese acto de amor con Eva y participar del espíritu de Dios. Por eso es por lo que “hacer el amor” es hacer oración.
Dice san Juan Pablo II: “se ven el uno al otro con toda la paz de la mirada interior que crea la plenitud de la intimidad de personas”. Todos deseamos a alguien que nos ame, nos acepte y nos respete por completo, plenamente, porque eso nos llena, nos eleva y, literal, nos hace experimentar el amor de Dios.
Adán y Eva se reconocieron desnudos y no sintieron vergüenza porque la dimensión interior del corazón de Adán estaba totalmente volteada a Dios. En su alma solo habitaba el amor y no había malicia.

Pronto descubrió que el cuerpo de su mujer estaba hecho para recibir como el de él estaba hecho para entregarse.
Eva puede ver en su totalidad el interior de Adán y observar eso, que su corazón estaba totalmente volteado y dirigido hacia Dios. Eva se da cuenta de que participa de todas las perfecciones que hay de Dios y que su único deseo era amarle y llegar a Él por medio de ella, entregándose plenamente.
Ella sabe que él la desea, pero con un deseo puro, santo, lleno de amor y no de lujuria. También reconoce que Adán lo que quiere es expresarle las perfecciones del amor de Dios por medio de su cuerpo.
Con esta explicación podemos darnos cuenta de la dignidad del acto sexual y de por qué el marco del matrimonio que es bendecido por Dios es el único ambiente sagrado e idóneo para llegar a Él por medio de nuestra unión.
Necesitamos ser conscientes de que la unión sexual es muy agradable a Dios porque por medio de ella nos comunica su amor, nos hace partícipes de su espíritu y nos transmite sus gracias para poder sacar adelante la nada fácil tarea que cada uno de nosotros tenemos dentro de nuestros matrimonios.
A ningún otro acto sexual se le puede llamar “hacer el amor” porque amor es Dios y ninguno otro te eleva ni te lleva hacia Él. Ningún otro te dignifica. Es más, cualquier acto sexual fuera de este contexto es desagradable a Dios porque no nos está uniendo a Él, al contrario, nos aleja de participar de la plenitud de su amor.
Todos los seres humanos necesitamos de Dios.Todos estamos creados para recibir. De hecho, en la misa es Jesús -Dios hecho Hombre- quien se entrega a nosotros. Y todos nosotros -hombres y mujeres- hablando de manera espiritual y simbólica somos mujer para recibirle.
Es decir, lo masculino entrega, lo femenino recibe; es por eso por lo que a la Iglesia la llamamos “ella”, en femenino porque es la que recibe.  Es una analogía maravillosa para que entendamos por qué Cristo es el esposo que se entrega a su Iglesia, quien es la esposa que le recibe.

sábado, 29 de julio de 2017

¿Tenían devoción a la Virgen María los primeros cristianos? Sí, pero hay que saber cómo rastrearla

Los testimonios anteriores a declararla como Theotokos (Madre de Dios) en el 431

¿Tenían devoción a la Virgen María los primeros cristianos? Sí, pero hay que saber cómo rastrearla
Un sarcófago cristiano del siglo III con la Virgen y los Magos y una chica leyendo la Biblia

 Pablo J. Ginés/Cari Filii

En el año 313 el cristianismo fue despenalizado por el Emperador Constantino y en el 380 el Emperador Teodosio declaró que sería la única religión oficial (o lícita) del Imperio. Medio siglo después, en el 431, el Concilio de Éfeso decretó que María podía ser honrada con el título de Theotokos (“la que dio a luz a Dios”). Desde entonces se multiplican los signos de devoción de los cristianos a la Virgen.

Muchos protestantes, y también algunos neopaganos y racionalistas, dan por sentado que la devoción a la Virgen es, pues, muy tardía, y quizá una incorporación posterior de divinidades femeninas paganas camufladas. Consideran que es una devoción que los cristianos anteriores a Constantino (la despenalización) o a Éfeso (el dogma de María como Madre de Dios) no habrían tenido. Para los cristianos del siglo I, II y III María habría sido sólo una sencilla mujer de los Evangelios, dócil al Señor, que amaba a Dios y su hijo.

Pero, ¿cómo se llegó entonces a esa explosión de devoción mariana en el siglo V?

Un libro que analiza los 3 primeros siglos
Ahora, Rachel Fulton Brown, profesora de Historia en la Universidad de Chicago, analiza en la revista ecuménica conservadora First Things el libro de Stephen J. Shoemaker “Mary in Early Christian Faith and Devotion” (“María en la temprana devoción y fe cristiana”) publicado en Yale University Press. Rachel Fulton explica que durante décadas nadie ha intentado investigar ni rastrear en serio los orígenes de la devoción mariana. Shoemaker es el primero en muchos años.

 La profesora Rachel Fulton Brown rastrea la devoción mariana antigua en la liturgia y en los textos cristianos apócrifos

Shoemaker, que es más bien protestante y un experto en los textos apócrifos cristianos y el cristianismo bizantino, repasa una serie de textos apócrifos de los siglos II y III donde María tiene un papel importante. Muchas de las escenas e ideas de esos textos enseguida arraigaron en las tradiciones cristianas e incluso, luego, en el arte medieval.

La conclusión de Shoemaker es que María, en los primeros siglos, sí era objeto de mucho recuerdo, respeto y admiración, más del que los protestantes suelen creer y admitir. Pero no considera que deba llamarse “devoción” a lo que tenían esos cristianos, porque piensa que no solían tenerla como intercesora: si no le pides milagros, no es “devoción”. Shoemaker dice que María era, básicamente, “una santa entre otros santos, reverenciada por su pureza excepcional y santidad, y su intimidad con su hijo, un estatus más modesto que el tiene en el Oriente cristiano hoy”.

Shoemaker se queda corto: María como vaso sacro
Rachel Fulton critica esta conclusión. Le parece insuficiente, Por un lado, porque los cristianos antiguos sí piden intercesión a la Virgen. Por otro lado, porque la devoción no es sólo pedir intercesión, sino reconocerle un status de sacralidad. Y María en muchos textos apócrifos y antiguos sí es vista como un “vaso sacro” colocado “aparte, para Dios”, es decir, un objeto sagrado para recibir lo Sagrado. Y los cristianos lo expresaban con exhuberancia de símbolos que luego pasarían a los grandes himnos e iconos bizantinos.


Esto está ya en el Apocalipsis 11,19 y 12, que se escribió hacia el año 96 d.C. Cuenta cómo se abrió el Templo y se vio al Arca de la Alianza, y hubo rayos y truenos y terremoto y aullidos… y entonces se vio a una mujer vestida de sol con doce estrellas como corona y la luna como pedestal, que estaba embarazada, llevando en su seno a quien vencerá al dragón y juzgará las naciones.

María es el Arca: la vasija sacratísima que lleva a Dios
El biblista ex-protestante Scott Hahn, experto en Apocalipsis, señala que el autor quiere indicar que María, la Madre de Jesús, es esa mujer y es también el Arca de la Alianza. Igual que el Arca tiene en su interior el maná, la vara de Aarón y las Tablas de la Ley, María tiene en su interior al Pan de Vida, al Verdadero Sacerdote y a la Ley hecha carne que es Jesús.

Hahn cree que para los lectores antiguos esto era patente: igual que el Rey David danzaba ante el Arca y el bebé Juan Bautista “danza” ante María, igual que David comenta “¿cómo puede venir el Arca a mí” e Isabel comenta, sobre María, “¿Cómo es que viene a mí la madre de mi Señor?”.

Esta tradición de señalar a María como un gigantesco, sagrado, objeto portador de Dios, es el que se repite en la literatura apócrifa de los siguientes siglos. Los cristianos expresaron con ese tipo de enfoque y símbolos su devoción a María y a su oficio.

El Protoevangelio de Santiago, del siglo II
En el Protoevangelio de Santiago, del siglo II, Shoemaker cree que hay poco interés por María. Rachel Fulton no está de acuerdo. En ese libro, dice, “María es descrita como alguien o algo preparado especialmente por Dios para un propósito específico, es concebida milagrosamente después de que sus padres oraran para tener hijos; a los 3 años es enviada al Templo para ser educada allí. En la pubertad es prometida a José para protegerla y cuando el ángel se le aparece está hilando la púrpura y escarlata para el velo del Templo“. Shoemaker admite que son símbolos de María como “corporalización física de santidad, como lo es el templo, que sirve de lugar de santidad divina en la tierra”.
  Un icono etíope de la Virgen María, en la Natividad, con el Niño y los ángeles


El Libro del Reposo de María, del siglo III
Otro caso que comentan es el Libro del Reposo de María del siglo III, que tenemos por su versión etíope en lengua ge’ez (la lengua litúrgica etíope, antaño lengua imperial allí, hoy sin hablantes). Hay también fragmentos en siríaco y georgiano antiguo. Es la versión más antigua (que tengamos escrita) sobre la muerte de María y su ascensión al Cielo.

En ese libro el apóstol Pedro dice: “La luz de la lámpara de nuestra hermana María llena el mundo y no se extinguirá hasta el fin de los días, para que los que han decidido salvarse reciban seguridad en ella. Y si reciben la imagen de luz, recibirán el descanso y bendición de ella”.

Esto, según Rachel, no son fantasías gnósticas, sino el tipo de halagos de base bíblica que cristalizarán en la poesía bizantina. Por eso, el famoso himno Akathistos del siglo V, lleno de “piropos” a María, la alaba como “antorcha llena de luz, que brilla sobre aquellos en las tinieblas”.

María intercede por los condenados y les aporta alivio
Que María es intercesora queda claro en este texto del siglo III: una vez sube al Cielo su cuerpo, junto al árbol de la vida, donde allí los ángeles devuelven el alma al cuerpo de ella, los ángeles la llevan a un infierno a ver a los condenados (o quizá almas purgantes). Ellos piden así a María: “María, te suplicamos, María, luz y madre de la luz; María, vida y madre de los apóstoles; María, lámpara dorada que llevas cada lámpara justa; María, nuestra maestra y madre de nuestro maestro; María, nuestra reina, suplica a tu hijo que nos de un poco de respiro”. María intercede por ellos y el Señor les concede “9 horas de descanso en el Día del Señor”.

Después, los apóstoles y María van al Paraíso, se sientan bajo el árbol de la vida con los Patriarcas y las almas de los buenos. Después suben al Séptimo Cielo, “donde se sienta Dios”. Allí, los apóstoles ven a María sentada a la derecha de Dios, junto a Cristo con sus heridas, con 10.000 ángeles rodeando a María en su trono, cantando.

He aquí, por lo tanto, un texto del siglo III con María como reina, intercesora,junto a Dios y llena de halagos del máximo rango.

No busquemos a María la campesina… sino a la Madre de Dios
Para Shoemaker, “no se trata de María la Madre de Dios sino de la madre del Gran Querubín de Luz”. Pero Rachel Fulton señala que es María la madre de Jesús vestida con los ropajes devocionales que le daban los cristianos de ese siglo. Rachel Fulton cree que no tiene sentido que desde el siglo XXI exijamos que los cristianos del siglo II o III representen a María con criterios de realismo historicista, como una “campesina judía de Galilea”, cuando ellos tratan de expresar sus títulos eternos y celestiales.

Las Cuestiones de Bartolomé, del siglo III
Podemos ver otro ejemplo (que sonará a cualquiera que haya leído alguna vez el popular himno bizantino Akathistos) está en el “Evangelio” o “Cuestiones de Bartolomé”, otro apócrifo del siglo III.

Jesús invita a los apóstoles a ver al demonio encadenado, y les anima a golpear al demonio en el cuello. El apóstol Bartolomé invoca a la Virgen pidiéndole coraje (lo que ya demuestra que era una intercesora para los cristianos del siglo III, aún en época de persecuciones). En vez de decir “María, ayúdame”, empieza una lista de títulos gloriosos:

“Oh vientre más amplio que la envergadura de los cielos, oh vientre que contienes a quien los Siete Cielos no contienen; lo contuviste sin dolor, mantuviste en tu seno, a quien cambió su ser en la más pequeña de las cosas; oh, vientre que llevó, escondido en cuerpo, al Cristo que ha sido visible a muchos; oh vientre que se hizo más espacioso que la creación completa…”

Incluso Shoemaker ve que aquí, en pleno siglo III, está la idea que la liturgia ortodoxa repetirá: “más amplia que los Cielos”, “que contiene a quien no puede ser contenido”.

Una liturgia del siglo IV: “Álzate, Señor, y el arca que has santificado”
En el siglo IV, con el cristianismo ya despenalizado, pero antes de Éfeso, tanto en Jerusalén como en Constatinopla se pudo celebrar a lo grande la fiesta de “María en Jerusalén”. La liturgia decía en esos días ya: “Álzate, oh Señor, en tu lugar de descanso; tú y el arca, que tú has santificado”, añadiendo: “Contemplad, he aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo”.

Rachel Fulton anima a buscar a María en las liturgias y textos antiguos con este lenguaje clave y poético (el mismo que perduró y se amplió luego en la poesía e himnos bizantinos). Si no, dice, “somos como lo nazis de la película En Busca del Arca Perdida, que cavamos en el sitio equivocado”.

(Publicado originariamente en el portal de noticias marianas www.carifilii.es)


En este vídeo, un encuentro neocatecumenal de Guatemala canta el capítulo de Apocalipsis sobre la Mujer Vestida de Sol (a partir del minuto 1.20), aunque por desgracia no incluye la escena previa: el Arca de la Alianza, porque María es ese Arca



Orquesta Sinfonica Neocatecumenal Guatemalteca en la Presentacion de las Comunidades del Camino Neocatecumental de Guatemala al Arzobispo Metropolitano Oscar Julio Vian Morales 13 de Junio 2015