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sábado, 16 de junio de 2018

16 CORAZÓN DE JESÚS DE CUYA PLENITUD TODOS HEMOS RECIBIDO: TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS - Meditación del Papa Juan Pablo II sobre las Letanías del Sagrado Corazón

Ángelus, 13 de julio de 1986
¡Queridos Hermanos y Hermanas!

1.Congregados para rezar el Ángelus, nos unimos a María en el momento de la Anunciación, cuando el Verbo se hizo carne y vino a habitar bajo su Corazón: el Corazón de la Madre. Nos unimos, pues, al Corazón de la Madre, que desde el momento de la concepción conoce mejor el corazón humano de su divino Hijo: "De su plenitud recibimos todos gracia sobre gracia" así escribe el Evangelista Juan (Jn 1,16).

2. ¿Qué es lo que determina la plenitud del Corazón? ¿Cuándo podemos decir que el corazón está pleno? ¿De qué está lleno el Corazón de Jesús? Está lleno de Amor. El amor decide sobre esta plenitud del corazón del Hijo de Dios, a la que nos dirigimos hoy en la oración. Es un Corazón lleno de Amor del Padre: lleno al modo divino y al mismo tiempo humano. En efecto, el Corazón de Jesús es verdaderamente el Corazón humano de Dios Hijo. Está pues, lleno de amor filial todo lo que Él ha hecho y dicho en la tierra da testimonio precisamente de ese amor filial.
Sagrado Corazón de Jesús - ten misericordia de nosotros

3. Al mismo tiempo el amor filial del Corazón de Jesús ha revelado y revela continuamente al mundo el Amor del Padre. El Padre, en efecto, "tanto amó al mundo, que le dio su unigénito Hijo" (En 3,16) para la salvación del mundo; para la salvación del hombre, para que él "no perezca, sino que tengo la vida eterna" (ib.).El Corazón de Jesús está por tanto lleno de Amor al hombre. Está lleno de Amor a la criatura. Lleno de Amor al mundo. Esa plenitud no se agota nunca. Cuando la humanidad gasta los recursos materiales de la tierra, del agua, del aire, estos recursos disminuyen, y poco a poco se acaban. Se habla mucho de este tema relativo a la explotación acelerada de dichos recursos que se lleva a cabo en nuestros días. De aquí derivan advertencias tales como: "No explotar sobre medida". Muy distinto sucede con el Amor. Todo lo contrario sucede con la plenitud del Corazón de Jesús. No se agota nunca, ni se agotará jamás. De esta plenitud todos recibimos gracia sobre gracia. Sólo es necesario que se dilate la medida de nuestro corazón, nuestra disponibilidad para sacar de esa sobreabundancia de Amor. Precisamente para esto nos unimos al Corazón de María.


ACUÉRDATE

Nuestra Señora del Sagrado Corazón
de las maravillas que Dios hizo en Tí.

Te escogió como Madre de Su Hijo
a quien seguiste hasta la Cruz.
Te glorificó con Él,
escuchando con agrado
tus plegarias por todos los hombres.

Llenos de confianza en el Amor del Señor
y en Tu intercesión,
venimos Contigo a las fuentes de Su Corazón,
de donde brotan para la vida del mundo
la esperanza y el perdón, la fidelidad y la salvación.

Nuestra Señora del Sagrado Corazón,
Tú conoces nuestras necesidades:
habla al Señor por nosotros
y por todos los hombres.

Ayúdanos a vivir en Su Amor.
Para eso alcánzanos las gracias
que te pedimos y las que necesitamos.
Tu petición de Madre es poderosa:
que Dios responda a nuestra esperanza. Amén.




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