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martes, 26 de junio de 2018

CORAZÓN DE JESÚS PERFORADO POR UNA LANZA: TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS - Meditación del Papa Juan Pablo II sobre las Letanías del Sagrado Corazón

Sagrado CORAZÓN DE JESÚS

Ángelus, 30 de julio de 1989
¡Queridos Hermanos y Hermanas!

1. Pocas páginas del Evangelio a lo largo de los siglos han atraído la atención de los místicos, de los escritores espirituales y de los teólogos tanto como el pasaje del Evangelio de San Juan que nos narra la muerte gloriosa de Cristo y la escena en que le atraviesan el costado (Jn 19,23-37). En esa página se inspira la invocación de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús.

En el Corazón atravesado de Jesús contemplamos la obediencia filial de Jesús al Padre, cuya misión Él realizó con valentía (Jn 19,30) y su amor fraterno hacia los hombres a quienes Él "amó hasta el extremo" (Jn 13,1), es decir, hasta el extremo sacrificio de Si mismo. El Corazón atravesado de Jesús es el signo de la totalidad de este Amor en dirección vertical y horizontal, como los dos brazos de la cruz.

2. El Corazón atravesado de Jesús es también el símbolo de la vida nueva, dada a los hombres mediante el Espíritu y los sacramentos. En cuanto el soldado le dio el golpe de gracia, del costado herido de Cristo "al instante salió sangre y agua" (Jn 19,34). La lanzada atestigua la realidad de la muerte de Cristo. Él murió verdaderamente, como había nacido verdaderamente y como resucitará verdaderamente en su misma carne (Jn 20,24.27).

Contra toda tentación antigua o moderna de docetismo, de ceder a la "apariencia" el Evangelista nos recuerda a todos la cruda certeza de la realidad. Pero al mismo tiempo tiende a profundizar el significado del acontecimiento salvífico y a expresarlo a través del símbolo. San Juan, por tanto, en el episodio de la lanzada, ve un profundo significado: como de la roca golpeada por Moisés brotó en el desierto un manantial de agua ( Nm 20,8-11), así del costado de Cristo, herido por la lanza, brotó un torrente de agua para saciar la sed del nuevo pueblo de Dios. Este torrente es el don del Espíritu, (Jn 7,37-39), que alimenta en nosotros la vida divina.

3. Finalmente, del Corazón atravesado de Cristo brota la Iglesia. Como del costado de Adán que dormía fue extraída Eva, su esposa, así -según una tradición patrística que se remonta a los primeros siglos-, del costado abierto del Salvador, que dormía sobre la cruz en el sueño de la muerte, fue extraída la Iglesia, su esposa. Ésta se forma precisamente del agua y de la sangre, -Bautismo y Eucaristía-, que brotan del Corazón traspasado. Por eso, con razón afirma la Constitución conciliar sobre la liturgia: "Del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia entera" (Sacrosanctum Concilium, 5).

4. Junto a la Cruz, advierte el Evangelista, se encontraba "la Madre de Jesús" (Jn 19,25). Ella vio el Corazón abierto del que fluían sangre y agua -sangre tomada de Su Sangre-, y comprendió que la Sangre del Hijo era derramada por nuestra salvación. Entonces comprendió hasta el fondo el significado de las palabras que el Hijo le había dirigido poco antes: "Mujer, he ahí a tu hijo" (Jn 19,26): la Iglesia que brotaba del Corazón atravesado era confiada a sus cuidados de Madre.

Pidamos a María que nos guíe a sacar cada vez más abundantemente el agua de los manantiales de gracia que fluyen del Corazón atravesado de Cristo.


ACUÉRDATE

Nuestra Señora del Sagrado Corazón
de las maravillas que Dios hizo en Tí.

Te escogió como Madre de Su Hijo
a quien seguiste hasta la Cruz.
Te glorificó con Él,
escuchando con agrado
tus plegarias por todos los hombres.

Llenos de confianza en el Amor del Señor
y en Tu intercesión,
venimos Contigo a las fuentes de Su Corazón,
de donde brotan para la vida del mundo
la esperanza y el perdón, la fidelidad y la salvación.

Nuestra Señora del Sagrado Corazón,
Tú conoces nuestras necesidades:
habla al Señor por nosotros
y por todos los hombres.

Ayúdanos a vivir en Su Amor.
Para eso alcánzanos las gracias
que te pedimos y las que necesitamos.
Tu petición de Madre es poderosa:
que Dios responda a nuestra esperanza. Amén.
El P. Julio Chevalier MSC, Fundador de la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, ha regalado a la Iglesia un maravilloso nuevo título para la Virgen María, Madre de Dios: "Nuestra Señora del Sagrado Corazón", abogada de las causas difíciles y desesperadas. Este título expresa de manera espontánea la relación de María con el Corazón de Jesús. Es expresión de una espiritualidad mariana misionera, Millones de devotos, especialmente los miembros de la Archicofradía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón y de los Asociados MSC han experimentado su poderosa intercesión. El Papa Juan Pablo II siempre de nuevo invita que invoquemos a la Madre de Dios. Por eso sugerimos rezar al final de cada meditación el "Acuérdate..."










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