Aquí podemos ofrecer sólo unos pocos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa
Somos comidos por Cristo. |
La Eucaristía es un banquete en el que comemos con Cristo, comemos a Cristo, y somos comidos por Cristo. San Agustín de Hipona |
No terminaremos nunca de captar todo el valor y la riqueza de la Eucaristía. |
Con la Eucaristía sentimos esta pertenencia a la Iglesia, al Pueblo de Dios, al Cuerpo de Dios, a Jesucristo. Y no terminaremos nunca de captar todo el valor y la riqueza. Pidámosle, entonces, que este Sacramento pueda continuar a mantener viva en la Iglesia su presencia y a plasmar nuestras comunidades en la caridad y en la comunión, según el corazón del Padre. S.S. Francisco |
Nos conforma en modo único y profundo a Cristo. |
Cuando nos acercamos a este Sacramento, se dice que se "recibe la Comunión", que se "hace la Comunión": esto significa que en la potencia del Espíritu Santo, la participación en la mesa eucarística nos conforma en modo único y profundo a Cristo, haciéndonos pregustar ahora ya la plena comunión con el Padre que caracterizará el banquete celeste, donde, con todos los Santos, tendremos la gloria de contemplar a Dios cara a cara. S.S. Francisco |
Es un don muy grande. |
¡No agradeceremos nunca suficientemente al Señor por el don que nos ha hecho con la Eucaristía! Es un don muy grande. S.S. Francisco |
La Eucaristía es el supremo agradecimiento al Padre. |
El gesto de Jesús cumplido en la Última Cena es el extremo agradecimiento al Padre por su amor, por su misericordia. "Agradecimiento" en griego se dice "eucaristía". Y por esto el sacramento se llama Eucaristía: es el supremo agradecimiento al Padre que nos ha amado tanto hasta darnos a su Hijo por amor. He aquí por qué el término Eucaristía resume todo aquel gesto, que es gesto de Dios y del hombre juntos, gesto de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. S.S. Francisco |
La Eucaristía es el corazón de la iniciación cristiana. |
La Eucaristía se coloca en el corazón de la "iniciación cristiana", junto al Bautismo y a la Confirmación, y constituye la fuente de la vida misma de la Iglesia. De este Sacramento del amor, de hecho, nace todo auténtico camino de fe, de comunión y de testimonio. S.S. Francisco |
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