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jueves, 3 de marzo de 2022

¿Ha fracasado el ateísmo? 5 argumentos tumbativos de @elpadrejesus para salir de cualquier debate

Jesús Silva Castignani aborda en su nuevo libro
la cultura posmoderna y la «fe razonable»



En "El fracaso del ateísmo", el sacerdote Jesús María Silva Castignani, refuta a Marx, Nietzsche, Freud y otros grandes representantes del pensamiento ateo y materialista.


 

Si hay algo que Jesús Silva Castignani hace patente en sus apostolados y dedicaciones es la apuesta por abordar los problemas que enfrenta la Iglesia y los católicos con argumentos de hoy, lógicos y simples, pero razonados y contundentes.

Así lo demuestra cada día ante miles de seguidores en redes sociales, como capellán en colegios y también como escritor. En sus primeras publicaciones, el sacerdote nacido en Barcelona abordó la sexualidad y la castidad, especialmente en Virginidad 2.0. Recuperar la inocencia (Freshbook) y Sexo: cuando y por qué. La sexualidad al desnudo (Palabra).

En su última obra, El fracaso del ateísmo (Palabra), Castignani amplia su enfoque y aborda críticamente los principales argumentos del ateísmo y los pensadores de la posmodernidad, refutando sus grandes mitos y objeciones a la fe con la verdad de la doctrina cristiana. 

Cinco de los más frecuentes en debates y conversaciones son:

1º Sin religión seríamos mejores

Para el sacerdote, el primer error de este mito es "pensar que todas las religiones son iguales". "En el cristianismo se propone una moral de perdón, de amor y de misericordia", y añade que "la afirmación de que sin religión seríamos mejores no se puede demostrar". Por el contrario, -y esto sí es comprobable-, "las ideologías ateas se llevan la palma en lo que a torturas, experimentos humanos y genocidios se refiere". La religión cristiana, "precisamente porque cuenta con esa tendencia de la naturaleza humana al desorden, es por lo que propone el esfuerzo moral y la virtud. Por eso nos hace mejores y si no fuera por ella, el hombre, víctima de sus peores vicios, habría hecho del mundo un infierno".

2º La religión es un falso consuelo a los problemas

De hecho, el sacerdote expone que la fe "no aminora los sufrimientos, sino que incluso en ocasiones los agudiza, ya que ponen a prueba la fe y hacen dudar de la existencia o la bondad de Dios. Afirmar que la fe es un falso consuelo es una posición teórica que se hace sin haber contrastado la experiencia de tantos creyentes que han sufrido a pesar de tener fe y, muchas, veces, precisamente a causa de su fe".

3º La fe retrasa la civilización

Para enfrentar este clásico mito del ateísmo, el autor retrocede al mundo griego para hablar de los orígenes de la ciencia natural: "Comenzó a desarrollarse en un entorno religioso y naturalmente creyente, como es el caso de Pitágoras, conocido tanto por su teorema como por sus creencias místicas". Más adelante, también se dieron numerosas y destacadas eminencias científicas movidas por la fe, como es -entre otros muchos ejemplos- "la teoría del Big Bang, formulada por el sacerdote Lemaître y amigo de Einstein, lo que hace de ese mito "una afirmación totalmente dudosa".

El Fracaso del ateísmo. Cultura posmoderna y fe razonable. 

4º Fe y razón son incompatibles

El error de este mito se encuentra "en pensar que todo se reduce a materia", olvidando que "en la realidad no existe solo lo material". Si aceptamos esto -explica Castignani- comprendemos que "tiene que haber relación entre el mundo físico y el metafísico y analizar los aspectos físicos de todas las realidades, pero no reducirlos a ellas. La ciencia tiene un campo en el que debe hacer todos los progresos posibles, pero no puede extralimitarse y explicar el arte abstracto o asegurar que una experiencia religiosa sea falsa. Por eso tantos científicos han sido creyentes y a no pocos la ciencia les ha acercado a la fe".

5º La religión fanatiza

Otro de los mitos difundidos por el ateísmo es que la religión hace de sus seguidores fanáticos intransigentes que quiere imponer sus ideas a los demás por la fuerza o eliminarlos usando la violencia si no las comparten. Para el autor, además de que esta afirmación "tampoco puede ser demostrada", tiene un error de concepto:  "El que es fanático, lo es por su carácter, porque tiene un trastorno, una patología psíquica o una personalidad muy radical, no por ser religioso".

José María Carrera / ReL

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