Libro del Éxodo 23,20-23a.
Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado. |
Respétalo y escucha su voz. No te rebeles contra él, porque no les perdonará las transgresiones, ya que mi Nombre está en él. |
Si tú escuchas realmente su voz y haces todo lo que te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios. |
Entonces mi ángel irá delante de ti. |
Salmo 91(90),1-2.3-4.5-6.10-
Tú que vives al amparo del Altísimo |
y resides a la sombra del Todopoderoso, |
di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte, |
mi Dios, en quien confío». |
Él te librará de la red del cazador |
y de la peste perniciosa; |
te cubrirá con sus plumas, |
y hallarás un refugio bajo sus alas. |
No temerás los terrores de la noche, |
ni la flecha que vuela de día, |
ni la peste que acecha en las tinieblas, |
ni la plaga que devasta a pleno sol. |
No te alcanzará ningún mal, |
ninguna plaga se acercará a tu carpa, |
porque Él te encomendó a sus ángeles |
para que te cuiden en todos tus caminos. |
Evangelio según San Mateo 18,1-5.10.
En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?". |
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos |
y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. |
Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. |
El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. |
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial." |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
San Carlos de Foucauld (1858-1916) |
¡Bendito sea, Ángel de la Guardia!
Hoy es su fiesta, mi buen ángel…A los pies de Jesús, de todo mi corazón le digo ¡feliz fiesta! (…) ¡Gracias por todas sus bondades! ¡Perdón por todas mis ingratitudes y por tenerme con tan poco respeto en su presencia, perdón por entristecerlo tan seguido! ¡Cuídeme, ayúdeme cada vez más! (…) Venerarlo y amarlo es mi deseo, si Dios lo permite y lo quiere… |
En sus fiestas, pedimos gracias a los santos en vez de hacerles ofrendas. Inspíreme lo que le será agradable que le pida, mi buen ángel, y se lo pediré. [El ángel:] “Gran respeto por mi presencia y por la presencia de Dios… Pensar, hablar, actuar como estando sin cesar bajo los ojos de Jesús Nuestro Señor y bajo mis ojos. Respetar nuestra presencia como la de seres muy amados y venerados. (…) He aquí lo que te pido por el honor de Jesús, por el mío y por tu bien, hijo mío” Mi buen ángel, me parece que así me responde… Se lo prometo… Le pido esta gracia y prometo esforzarme y ser fiel (…). |
Si me atreviera por mí mismo a ofrecerle algo para su fiesta, aunque sea por la fuerza, asistencia y ayuda de la gracia de Jesús, le ofrecería el deseo de amarlo cada vez más, de crecer sin cesar en el amor, la confianza, la devoción por usted y también el tener más presente el sentimiento de su bendita presencia. ¡Bendito sea, querido Ángel de la Guardia! ¡Feliz fiesta! ¡Bendito sea, Ángel de la Guardia de todos los hombres! (EDD) |
Oración
(que te inspire la reflexión anterior de San Carlos)
(también puedes rezar):
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día Las horas que pasan, las horas del día, si tú estás conmigo serán de alegría. No me dejes solo, sé en todo mi guía; sin Ti soy chiquito y me perdería. Ven siempre a mi lado, tu mano en la mía. ¡Ángel de la guarda, dulce compañía!
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