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sábado, 6 de enero de 2024

Especialmente para aquellos que NO suelen ir a Misa los Domingos. Para que ven lo que están perdiendo.

 Aquí sólo podemos ofrecerle unos pocos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Mida

Reflexiona sobre su valor infinito.

Si uno, cuando asiste o celebra la Santa Misa, reflexiona sobre su valor infinito y, en consecuencia, tiene formal intención de glorificar con Ella lo más posible a Dios, mediante el ofrecimiento del Sacrificio de Jesucristo, que es de mayor mérito que el de todos los mártires juntos, merece más que si ayunara a pan y agua todo un año y que si se azotara hasta derramar toda la sangre de sus venas y rezara trescientas veces el Salterio.

San Alberto Magno
Doctor de la Iglesia

Es la voz misma de Jesús.

La lectura del Evangelio durante la misa es como vivir la escena en la que vemos a Jesús en Cafarnaúm cuando el Evangelio dice: Y enrollando el libro se lo devolvió al ministro, se sentó (...) y comenzó a decirles... ¿Por qué es la misma escena? Porque después de haber leído el rollo de la Antigua Ley, pasamos a escuchar a Jesús. Pero recordemos que es la misma voz del Galileo la que nos lee el rollo de la Antigua Ley.

José Antonio Fortea Cucurull
Las aguas vivas que borbotean

¡Caminaría diez millas!

San Alfonso de Liguori experimentó unos dolores muy agudos en el abdomen. El religioso que le acompañaba, lo urgía a que se detuviera a tomar un sedante. Pero el Santo aún no celebraba Misa, y su respuesta inmediata fué: "Mi querido hermano, yo caminaría diez millas en esta condición con el fin de no perder el ofrecer la Santa Misa." Y su dolor no lo hacía romper el ayuno eucarístico, el cual en ese tiempo era obligatorio desde la media noche anterior. Esperó a que el dolor menguara un poco, y luego continuó su camino a la Iglesia.

Muchas almas dejan el Purgatorio.

Por cada Misa devotamente celebrada, muchas almas dejan el Purgatorio y vuelan al Cielo.

San Jerónimo



Sacrificarse y consumirse como Jesús por él y por las almas.

Cuando asistía a la Santa Misa, al voltear hacia el altar, nunca dejaba de mirar al Crucifijo y las velas encendidas. ¿Por qué? Lo hacía para imprimir en su mente y su corazón, dos cosas: El Crucifijo le recordaba lo que Jesús había hecho por ella; las velas encendidas le recordaban lo que ella debía hacer por Jesús, es decir, sacrificarse y consumirse por él y por las almas.

Santa Margarita María Alacoque

Dios es el Médico mas grande.

Recomendaba a los médicos de su Casa de Divina Providencia, que oyeran Misa y recibieran Comunión, antes de comenzar sus delicadas Intervenciones Quirúrgicas. Esto es porque, como el dijo: "La medicina es una gran ciencia, pero Dios es el Médico mas grande."

San José Cottolengo




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