"La división nunca viene de Dios, sino del diablo", advirtió el Papa Francisco al concluir la semana de oración por la unidad de la Iglesia en una celebración ecuménica en la basílica de san Pablo Extramuros
«Solo este amor que se convierte en servicio gratuito […] unirá a los cristianos separados entre sí», dijo el Papa Francisco al concluir la Semana de oración por la unidad de los cristianos en una celebración ecuménica el 25 de enero de 2024 en la basílica romana de san Pablo Extramuros. El Papa presidió junto al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, Primado de la Iglesia Anglicana, y el metropolita ortodoxo Policarpo, en representación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
Durante esta celebración tradicional de las Vísperas -la antigua oración de la Iglesia-, el sucesor de Pedro estuvo rodeado de miembros de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas orientales, y de obispos católicos y anglicanos que participaban en una reunión de la Comisión Internacional para la Unidad y la Misión. Junto al arzobispo Justin Welby -con quien viajó a Sudán del Sur en febrero de 2023-, el Papa confió a estos obispos el mandato de una misión común.
En su meditación, el Papa Francisco instó a los cristianos a rezar «por el fin de las guerras, especialmente en Ucrania y Tierra Santa«. También rindió homenaje «al querido pueblo de Burkina Faso», país encargado de preparar el material para la Semana de Oración por la Unidad de este año. «Que el amor al prójimo sustituya a la violencia que aflige a su país», deseó.
Para construir la unidad entre las confesiones cristianas, el pontífice de 87 años predicó un amor «que no vuelva al pasado para distanciarse o señalar con el dedo», o un amor que «anteponga al hermano a la defensa encarnizada de su sistema religioso». «Solo este amor nos unirá», dijo, antes de machacar: «Primero el hermano, después el sistema».
Dejar de lado la centralidad de nuestras ideas para buscar la voz del Señor
«La división nunca viene de Dios, sino del diablo», advirtió el Papa Francisco. También alertó contra «una religiosidad deformada, basada en la posesión y no en el don, donde Dios es el medio para obtener lo que yo quiero», e invitó a «dejar de lado la centralidad de nuestras ideas para buscar la voz del Señor y dejarle a Él la iniciativa y el lugar».
Comentando la parábola del Buen Samaritano, el Obispo de Roma subrayó que «la pregunta correcta no es ‘¿Quién es mi prójimo? sino ‘¿Me estoy haciendo cercano?'» E invitó a las comunidades cristianas a no permanecer «atrincheradas en la defensa de sus intereses, celosas de su autonomía, encerradas en el cálculo de sus ventajas». En su opinión, esta actitud es «infiel al Evangelio».
Durante la reunión, dos jóvenes que llevaban camisetas con el nombre de la organización de defensa de los animales Peta interrumpieron brevemente la celebración para protestar contra la bendición de las corridas de toros. Fueron desalojadas por la seguridad.
IMedia, Aleteia
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