¡Te tengo un chisme! ¡Te vas a sorprender cuando te cuente! ¡A qué no sabes de qué me enteré…! Seguro has escuchado estas y muchas otras frases en tu familia, trabajo o en tus círculos sociales
Según la RAE, los chismes son, por definición, una noticia verdadera o falsa, un comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras, o algo que se murmura de alguna.
Pero… ¿por qué tenemos esta tendencia a querer enterarnos de cosas que quizás no edifican nuestras vidas ni la de los demás? ¿qué nos motiva a querer compartirlo con otros?
El «echar chisme» como comúnmente le llamamos, surge gracias a la tendencia de estar comunicado, pues es una de las principales habilidades que como seres humanos tenemos, incluso desde la prehistoria.
Sin embargo, esas habilidades comunicativas que los seres humanos tenemos, han tomado otros caminos cuando de hablar mal se trata, pues es muy fácil permitirnos hacer juicios de sobre los demás. Sor Faustina Kowalska, en su diario no. 118, dice al respecto:
La lengua es un órgano pequeño, pero hace cosas grandes»
Ella hacia hincapié a sus hermanas en que «una religiosa que no es callada nunca llegará a la santidad», pues decía que no guardar silencio cuando de un tema de chisme se trata causa daños irreparables en el prójimo, pero más en la propia alma.
A continuación te compartimos algunos consejos prácticos para que cortes esa línea de «teléfono descompuesto» que lleva chismes que no edifican el alma.
1
SI NO EDIFICA NO LO ESCUCHES
El chisme es un mal tan sigiloso que es fácil escuchar y darte cuenta que lo que está entrando a tu alma son comentarios que no vale la pena guardar en tu corazón.
San Pablo en sus cartas a los Efesios les dice «No salga de sus bocas ninguna palabra ofensiva, sino solo palabras buenas que ayuden a crecer a quien lo necesite y agraden a quien las escucha». (Ef 4, 29)
Si te das cuenta que alguien comienza a contarte algún chisme, pídele luz al espíritu Santo para frenarlo de momento y orienta a la otra persona a hacer lo mismo, compartiendo con ellos el sabio consejo que da san Pablo. En lugar de ello, cambien de tema y ayuda a crecer al otro.
2
SI NO EDIFICA NO LO VEAS
Cuando veas alguna situación o acto que no es apropiado, aparta tu vista de ese contenido que genera escándalo, pues solo estarás aportando a que ese tipo de contenido se viralice o a que esas personas se sientan motivadas a crear contenido falso.
Al igual alguna imagen o contenido que te llegue a tu WhatsApp que sabes que daña la integridad del otro.
3
SI NO EDIFICA NO LO DIGAS
Ante este último consejo, sor Faustina dice que no digas nada que no venga del Espíritu Santo, y habla de la importancia de aprender a guardar silencio, pues esto le hace mucho bien al alma.
El silencio es el lenguaje favorito de Dios, así que para escuchar a Dios, es necesario callar, un ejemplo claro es san José. Él era un hombre prudente, por lo que puedes pedirle a él que te ayude a ser prudente.
Las sagradas escrituras dicen en Prov. 21, 23:«El que tiene cuidado con lo que dice, se evitará muchos disgustos».
Finalmente, hazte esta importante pregunta: ¿qué clase de amigo, hijo y hermano quiero ser?
Quieres ser alguien a quien busquen con confianza?¿Alguien a quien se acerquen para ser escuchados, y pedir un consejo? ¿o alguien a quien busquen para burlarse, criticar o juzgar?
Por último, no te olvides de san Ramón Nonato, patrono contra los chismes y calumnias. A él puedes pedirle que te ayude a no caer en la divulgación de los chismes, incluso para que también no se digan malos rumores sobre ti.
Karen Hutch, Aleteia
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