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miércoles, 26 de marzo de 2025

Cómo oración, ayuno y misericordia están interconectados

Aunque puedan parecer tres acciones diferentes, la oración, el ayuno y la misericordia están profundamente interconectadas y se complementan entre sí

La Cuaresma es un tiempo en el que los sacerdotes y obispos a menudo enfatizan la importancia de la oración, el ayuno y la limosna, a veces llamada "misericordia".

Estas tres acciones son pilares de la vida de cualquier cristiano y se enfatizan durante la Cuaresma con la esperanza de que el Pueblo de Dios responda más generosamente a la invitación de Dios.

San Pedro Crisólogo escribió una hermosa reflexión sobre la oración, el ayuno y la misericordia, que aparece en el Oficio de Lectura de la Iglesia durante la Cuaresma.

Oración, ayuno y misericordia

Comienza su reflexión explicando lo importantes que son y cómo están interconectados:

"Hay tres cosas, hermanos míos, por las que la fe se mantiene firme, la devoción permanece constante y la virtud perdura. Son la oración, el ayuno y la misericordia. La oración llama a la puerta, el ayuno obtiene, la misericordia recibe. Oración, misericordia y ayuno: estos tres son uno, y se dan vida mutuamente".

San Pedro explica luego cómo estos no pueden separarse:

"El ayuno es el alma de la oración, la misericordia es la savia del ayuno. Que nadie intente separarlos; no se pueden separar. Si solo tienes una de ellas o no las tienes todas juntas, no tienes nada. Así que si rezas, ayuna; si ayunas, muestra misericordia; si quieres que tu petición sea escuchada, escucha la petición de los demás. Si no cierras tu oído a los demás, abrirás el oído de Dios a ti mismo".

Tres acciones que deben realizarse juntas

Nos recuerda con fuerza el Santo que estas tres acciones deben realizarse al unísono. Si queremos ayunar, necesitamos rezar y si queremos mostrar misericordia, necesitamos ayunar y rezar.

Si las aislamos, no estamos viviendo una vida cristiana completa.

La oración nos da combustible para ser misericordiosos con los demás y fortalece nuestra capacidad de ayunar.

Nuestro ayuno impulsa nuestra oración a otro nivel y nos ayuda a ser más misericordiosos con los demás.

Resume de nuevo san Pedro:

"Por tanto, que la oración, la misericordia y el ayuno sean una sola súplica a Dios en nuestro favor, un solo discurso en nuestra defensa, una triple oración unida en nuestro favor".

La próxima vez que quieras aumentar la oración, el ayuno o la misericordia en tu vida, asegúrate de recordar que todos ellos pueden aumentar al mismo tiempo y en igual medida.

Philip Kosloski, Aleteia

Vea también     Cuaresma con los santos padres de la Iglesia













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