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sábado, 29 de marzo de 2025

Evangelio del día

 

Libro de Oseas 6,1-6.

«Vengan, volvamos al Señor: él nos ha desgarrado, pero nos sanará; ha golpeado, pero vendará nuestras heridas.
Después de dos días nos hará revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos en su presencia.
Esforcémonos por conocer al Señor: su aparición es cierta como la aurora. Vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra».
¿Qué haré contigo, Efraím? ¿Qué haré contigo, Judá? Porque el amor de ustedes es como nube matinal, como el rocío que pronto se disipa.
Por eso los hice pedazos por medio de los profetas, los hice morir con las palabras de mi boca, y mi juicio surgirá como la luz.
Porque yo quiero amor y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos.


Salmo 51(50),3-4.18-19.20-21ab.

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!

Los sacrificios no te satisfacen;
si ofrezco un holocausto, no lo aceptas:
mi sacrificio es un espíritu contrito,
tú no desprecias el corazón contrito y humillado.

Trata bien a Sión, Señor, por tu bondad;
reconstruye los muros de Jerusalén.
Entonces aceptarás los sacrificios rituales
-las oblaciones y los holocaustos-.


Evangelio según San Lucas 18,9-14.

Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola:
"Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano.
El fariseo, de pie, oraba así: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano.
Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas'.
En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: '¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!'.
Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado".

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.   (EDD)


Reflexión sobre el grabado

Nuestro grabado está tomado de La Biblia en Imágenes (La Biblia Ilustrada) de Julius Schnorr von Carolsfeld, publicada en Leipzig en 30 partes entre 1852 y 1860. Schnorr, Luterano, fue criticado en su época por alejarse demasiado de la sencillez y severidad típicas de las ilustraciones bíblicas. Como vemos en este grabado, su obra transmite cierta vivacidad -quizá incluso un toque de humor- junto con una rica estética y floritura decorativa. La escena es impactante: el Fariseo se mantiene apartado, farisaico, y en su oración se hace eco de las palabras: "Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, extorsionadores, injustos, adúlteros, ni siquiera como este recaudador de impuestos". Con aire indiferente, echa una moneda en la tazza de recaudación. En cambio, el humilde recaudador de impuestos se quita el sombrero, gesto de profundo remordimiento y humildad.

La parábola del Evangelio de hoy es una clara advertencia sobre la facilidad con que podemos caer en la autosatisfacción, comparando nuestra santidad con la de los demás y sintiéndonos superiores. Sin embargo, como los de la parábola, estamos lejos de ser perfectos. Jesús nos llama a la humildad; no a una falsa humildad que disminuya nuestro valor, sino a una verdadera humildad que reconozca nuestras limitaciones. Estamos llamados a utilizar nuestros talentos al servicio de los demás, al tiempo que reconocemos dónde nos quedamos cortos y buscamos la sabiduría de los que saben más. Jesús no nos pide que nos menospreciemos, ni quiere que nos exaltemos. Simplemente nos llama a vivir en la verdad, reconociendo nuestra necesidad de la gracia de Dios.

Julius Schnorr von Carolsfeld estuvo vinculado al movimiento nazareno. El movimiento Nazareno fue un grupo de artistas Alemanes y Austriacos de principios del siglo XIX que intentaron revivir la pureza, la espiritualidad y la artesanía de principios del Renacimiento y finales de la Edad Media, inspirándose en figuras como Fra Angelico y Rafael. Rechazando el clasicismo académico de su época, pretendían infundir al arte religioso una emoción y sinceridad más profundas, utilizando a menudo temas bíblicos e históricos para transmitir ideales morales y espirituales. Schnorr combinaba composiciones clásicas con una calidad muy expresiva, casi teatral. Los grabados de Schnorr se distinguen por sus líneas finas y precisas y sus fuertes contrastes, que crean una sensación de profundidad y movimiento en cada escena bíblica. A diferencia de las ilustraciones bíblicas más rígidas y austeras de su época, su obra exhibe un dinámico juego de luces y sombras, intrincados detalles y una riqueza de expresión que da vida a cada figura.

by Padre Patrick van der Vorst

 














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