| La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos: |
| "Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré". |
| Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla. |
| Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: "Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida". |
| Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. |
| Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza. |
| Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: "Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua; |
| vístanse con ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. |
| Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera que no perezcamos". |
| Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió. |
Salmo 51(50),3-4.12-13.18-19.
| ¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, |
| por tu gran compasión, borra mis faltas! |
| ¡Lávame totalmente de mi culpa |
| y purifícame de mi pecado! |
| Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, |
| y renueva la firmeza de mi espíritu. |
| No me arrojes lejos de tu presencia |
| ni retires de mí tu santo espíritu. |
| Los sacrificios no te satisfacen; |
| si ofrezco un holocausto, no lo aceptas: |
| mi sacrificio es un espíritu contrito, |
| tú no desprecias el corazón contrito y humillado. |
Evangelio según San Lucas 11,29-32.
| Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. |
| Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. |
| El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón. |
| El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás. |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
![]() | Afraates (¿-c. 345) |
«¿Cuál es el ayuno que yo quiero? ¿Acaso no es abrir las prisiones injustas?» (Is 58,6)
| Los ninivitas ayunaron con un ayuno completo cuando Jonás les predicó la conversión. (...) Esto es lo que está escrito: “Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, y aplacó el incendio de su ira” (Jon 3,10). No dice: “Vio que ayunaban a pan y agua y se vestían de saco y ceniza”, sino: “Vio Dios lo que hacían, cómo se convirtieron de su mala conducta”. Porque el rey de Nínive había dicho: “Que cada uno se convierta de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos” (v. 8). Hicieron un ayuno sincero y fue aceptado. |
| Porque, amigo mío, cuando se ayuna, la abstinencia de la maldad es siempre la mejor. Es mejor que la abstinencia de pan y de vino, mejor que “humillarse a sí mismo, mover la cabeza como un junco, acostarse sobre saco y ceniza” como dice Isaías (58,5). En efecto, cuando el hombre se abstiene de pan, de agua o de cualquier alimento, cuando se cubre de saco y ceniza y se aflige, eso es agradable a los ojos de Dios. Pero lo que a Dios más le place es: “(...) desatar los lazos de la maldad, y arrancar todo yugo de esclavitud” (v. 6). Entonces para este hombre “brotará tu luz como la aurora, te precederá tu justicia, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan” (v. 8-11). No se parece en nada a los hipócritas “que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan” (Mt 6,16). (EDD) |
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Oración
Y oró Jonás desde el vientre del pez al Señor su Dios.
2 Y dijo: Clamé de mi tribulación á Dios, Y él me oyó; Del vientre del sepulcro clamé, Y mi voz oiste.
3 Echásteme en el profundo, en medio de los mares, Y rodeóme la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.
4 Y yo dije: Echado soy de delante de tus ojos: Mas aun veré tu santo templo.
5 Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeóme el abismo; La ova se enredó á mi cabeza.
6 Descendí á las raíces de los montes; La tierra echó sus cerraduras sobre mí para siempre: Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Señor Dios mío.
7 Cuando mi alma desfallecía en mí, acordéme de Dios; Y mi oración entró hasta ti en tu santo templo.
8 Los que guardan las vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan.
9 Yo empero con voz de alabanza te sacrificaré; Pagaré lo que prometí. La salvación pertenece á Dios.
10 Y mandó Dios al pez, y vomitó á Jonás en tierra.
(biblegateway.com)

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