Pocos conocen al Papa León XIV más allá de su
figura solemne y su labor pastoral. Sin embargo, en una reciente entrevista
concedida a un medio de Chicago, John Prevost, hermano del Santo Padre, abrió
una ventana a la vida cotidiana y espiritual del Pontífice, mostrando al mundo
un rostro cercano, familiar y humano de quien guía a millones de fieles. Entre
anécdotas de infancia, gustos personales y hábitos espirituales, emerge la
imagen de un Papa que combina la sencillez de su día a día con la responsabilidad
de su ministerio.
«Detrás de la solemnidad del Pontificado, el Papa
León XIV es un hombre cercano, que combina la sencillez de la vida cotidiana
con una profunda oración por el mundo y un amor incansable por su familia y su
misión.»
Conversaciones, juegos y bromas fraternales
John Prevost, de 70 años y jubilado como director
de escuela, relató que mantiene contacto diario con su hermano, incluso a
través de llamadas telefónicas y juegos en línea como Wordle y Words With
Friends. “Ahora suelo preguntarle: ‘¿A qué persona famosa conociste hoy?’
porque siempre está con audiencias”, contó Prevost.
El diálogo entre ambos mantiene la chispa de los hermanos: bromas, saludos
jocosos y la complicidad de quienes comparten recuerdos de la infancia y la
juventud. “A veces le digo en tono de juego: ‘¿Es Su Santidad?’, a lo que él
responde: ‘Sí, hijo mío, ¿en qué puedo ayudarte?’”, narró John, dejando
entrever que la cercanía familiar permanece intacta incluso en la solemnidad
del Pontificado.
Entre descanso, deporte y gustos sencillos
El Papa León XIV ha retomado la tradición de
descansar en la residencia de verano de Castel Gandolfo, un retiro que combina
tranquilidad y desconexión de la multitud romana. Según Prevost, el Pontífice
busca hacer de estas estancias algo habitual, disfrutando de la piscina, las
canchas de tenis y la posibilidad de estar sin el atuendo papal. “Es un lugar
relajante, donde puede realmente descansar”, señaló su hermano.
Entre sus gustos más humanos, destaca su amor por
conducir, algo que en la actualidad no puede hacer, y su predilección por la
pizza, especialmente de pepperoni, e incluso un dulce sorprendente: los Peeps,
su favorito en el mundo. Además, antes de asumir el Pontificado, disfrutaba de
películas optimistas y de leer novelas de thriller legal, en especial las de
John Grisham. Estos detalles muestran a un Papa con aficiones sencillas,
cercanas a cualquier persona, pero que no le distraen de su profunda vocación
espiritual.
Fe, oración y responsabilidad sobre el mundo
A pesar de la naturalidad de estas anécdotas, John
Prevost recuerda la gran carga espiritual que su hermano asume diariamente.
“Puede que no lo parezca cuando lo ven disfrutando, pero en realidad lleva una
gran carga sobre sus hombros y está rezando por el mundo”, aseguró. Asimismo,
subrayó la cercanía y amistad que tuvo con el Papa Francisco, y cómo mantiene
la prudencia en las entrevistas y declaraciones, siempre guiado por su sentido
de responsabilidad y su vida de oración.
Prevost también evocó la infancia de ambos, marcada
por juegos, bicicletas y béisbol, así como su rol como miembro de la familia
encargado de reparar cualquier cosa en casa: un Papa cercano, humilde y
resolutivo desde niño, que ahora guía a la Iglesia con el mismo amor y cuidado.
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