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jueves, 21 de agosto de 2025

10 formas de revertir la «drástica caída» en la práctica eucarística: es «cuestión de vida o muerte»

 En EEUU va a misa dominical un 28% de católicos, y comulga con frecuencia un 23%

Fieles de la diócesis de Spokane rezando.

Útiles consejos para enfrentar la pérdida de fe en la presencia real eucarística y fomentar la práctica sacramental.

El sacerdote Ed Broom, Oblato de la Virgen María y especializado en evangelización y pastoral, ofrece periódicamente orientaciones para revertir la crisis en la práctica sacramental a través del portal Catholic Exchange. Uno de sus últimos artículos se ha dirigido a potenciar la preparación de los fieles a la hora de recibir la Eucaristía.

“Drástica caída” en la comunión eucarística

Su artículo que se publica poco después del último informe de Pew Research Center, que alerta de los crecientes signos de crisis entre los fieles de Estados Unidos a la hora de recibir la comunión. Entre otras conclusiones del prestigioso organismo, se extrae que el 28% de los católicos encuestados van a misa semanalmente y el 23% de los católicos se confiesa una vez al año.

De los que acuden a misa cada semana, el 82% afirma comulgar siempre o la mayoría de las veces, destacando una mayoría que opta por recibir la comunión en la mano -el 44%- y una minoría del 14% que la recibe directamente en la boca. Según estas cifras, respecto al total de católicos que hay en Estados Unidos, comulgan cada semana un 23%. 

El sacerdote Broom aborda esta “drástica caída” como consecuencia clave de un “desconocimiento generalizado” de lo que implica la Sagrada Comunión y lo define como una “crisis de identidad católica moderna”.

“Lamentablemente, muchos católicos, debido a la falta de una formación catequética adecuada, solo tienen una vaga comprensión de la Misa y la Eucaristía. Muchos católicos tienen una interpretación protestante; es decir, creen en una realidad simbólica en lugar de en la Presencia Verdadera”, escribe.

10 formas de fortalecer la práctica eucarística

Con el objetivo de fortalecer a los fieles en su práctica sacramental, el sacerdote ofrece diez pasos para fomentar la fe y fervor por recibir a Jesús en la comunión. “Nuestra salvación y la de muchos otros depende de vivir esta verdad fundamental de nuestra fe… Es cuestión de salvación eterna o de pérdida eterna”.

1º Creencia en la Presencia Real

El sacerdote comienza llamando a los fieles a reafirmar la creencia en la presencia real en la transubstanciación. “Significa que, tras la consagración, las apariencias, o accidentes, se asemejan al pan y al vino, pero la esencia y sustancia es verdaderamente Jesús en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Muchos no asisten a misa ni reciben la Sagrada Comunión por ignorancia de esta verdad esencial”, advierte el sacerdote.

2º Obligación dominical

Asimismo, invita a que, en el “centro, corazón, cumbre y culmen” de la semana como es el domingo, los fieles tomen la decisión de asistir a misa y nunca ausentarse salvo por enfermedad o motivo grave. “Nuestra salvación depende de ello”, exclama llamando a los padres a buscar acudir en familia cada domingo.

3º Tratar de no llegar justos

También menciona que, si en eventos, reuniones o compromisos se toman todas las precauciones para ser puntuales, con más motivo debe ser así en misa. “No defraudemos al Señor ni le demos las migajas de la mesa; démosle lo mejor de nosotros mismos, especialmente en nuestras obligaciones religiosas. No seamos como Caín, que ofreció a regañadientes su sacrificio a Dios; más bien, seamos como Abel, que le dio al Señor lo mejor”.

4º Participación y atención plena

Otro de sus llamados y es el de acudir a misa no solo de forma “parcial o limitada”, lamentando que muchos fieles están presentes físicamente en misa, pero no mental ni espiritualmente, con el móvil, distraídos o con la mirada perdida. “Todos deben participar plena, activa y conscientemente en la más grande y sublime de las oraciones litúrgicas”, recuerda.

5º Usar vestimenta apropiada

Otro de los signos externos que pueden llevar a un menor respeto o creencia en la Presencia Real es el de una vestimenta descuidada e incluso indecorosa. Por ello, recuerda que por el Bautismo, hemos sido transformados en hijos e hijas de Dios y representamos al Señor de señores y al Rey de reyes: “Debemos recordar siempre nuestra dignidad y destino eterno. Queremos reflejar la belleza de Dios en nuestra vestimenta exterior y reconocer que nuestro destino es la gloria eterna y la belleza de nuestra recompensa celestial”.

6º La importancia de la confesión frecuente

Otro de los aspectos que recuerda es que confesión y comunión son complementarios, de modo que, cuanto más pura, limpia y transparente sea el alma, más abundantes serán las gracias al recibir la Sagrada Comunión.

En el Sacramento de la Confesión, explica, “la Preciosa Sangre del Cordero purifica nuestras conciencias, mentes, corazones y almas, para que Jesús pueda entrar en nuestro ser y transformarnos con su luz radiante, paz, alegría y abundante amor. ¡Por tanto, confesaos con frecuencia para aumentar la eficacia de vuestra comunión!”.

7º Hambre y sed ardientes de Jesús

Citando a Santo Tomás de Aquino, menciona que una de las condiciones más importantes para recibir la Sagrada Comunión es “tener un hambre y una sed ardientes de Jesús”, lo que el salmo describe así: “Como el ciervo sediento busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente”. “Una persona que muere de hambre y sed anhela saciarse con comida y bebida; así debería ser para nuestra alma, que anhela la unión con el Dios vivo en la Sagrada Comunión”.

8º Reverencia exterior y disposición interior

Llegado "el momento sublime de recibir a Jesús en la comunión”, el sacerdote invita a acudir “con la mayor modestia, dignidad, reverencia, amor, devoción y confianza, tanto en la actitud exterior como en la disposición interior”. Entre otras sugerencias, propone acudir con la mirada fija en Jesús o hacer una reverencia. “No existe acto más grande, sublime y exaltado en la vida humana que este: recibir a Jesús, el Pan de Vida, en la Sagrada Comunión”.

9º Intercesión de la virgen María

Recordando a santos que llenaban el cielo de oraciones por recibir dignamente a Jesús en la comunión, Broom menciona que “nunca hubo persona que recibiera a Jesús con mayor devoción, atención, fervor y amor que su Madre. Que ella venga en nuestra ayuda y nos ayude a recibir mejor a su Hijo en la Sagrada Comunión”.

10º Dar gracias, alabar y llevar a Jesús al mundo

En último lugar, el sacerdote recuerda la importancia del momento de la comunión, donde se invita especialmente a “dar gracias, alabar, adorar, implorar, pedir perdón y reparar y depositar en Él todas las preocupaciones”.

“A imitación de la Santísima Virgen María, que recibió a Jesús en su Corazón Inmaculado en la Anunciación y fue apresuradamente a llevar a Jesús a los demás, llevemos a Jesús a los demás y llevemos a los demás a Jesús”, concluye. 

ReL

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