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jueves, 30 de junio de 2016

¿Qué es eso de 'creer en Dios', eso de la 'fe'




20 ¿Cómo podemos responder a Dios cuando él se dirige a nosotros?
Responder a Dios es creer en él. [142-149]
Quien quiera creer necesita «un corazón atento» (1 Re 3,9). Dios busca de muchas maneras establecer contacto con nosotros. En cada encuentro humano, en cada experiencia conmovedora en la naturaleza, en cada aparente casualidad, en cada reto, en cada dolor, está escondido un mensaje de Dios para nosotros. De manera más clara aún nos habla cuando se dirige a nosotros en su palabra o en la voz de la conciencia. Nos habla como a amigos. Por ello debemos responderle también como amigos y creer en él, creer totalmente en él, aprender a comprenderle cada vez mejor ya aceptar sin reservas su voluntad.

21. ¿Qué es la fe?
La fe es saber y confiar. Tiene siete rasgos:

La fe es un puro don de Dios, que recibimos, si lo pedimos ardientemente. La fe es la fuerza sobrenatural que nos es necesaria para obtener la salvación.

 La fe exige la voluntad libre y el entendimiento lúci-do del hombre cuando acepta la invitación divina.

 La fe es absolutamente cierta, porque tiene la garantía de Jesús. La fe es incompleta mientras no sea efectiva en el amor.

La fe aumenta si escuchamos con más atención la voz de Dios y mediante la oración estamos en un intercambio vivo con él.

 La fe nos permite ya ahora gustar por adelantado la alegría del cielo. [153¬165, 179¬180, 183-184]

Muchos dicen que creer les parece poco, que quieren saber. Pero la palabra «creer» tiene dos significados diferentes: cuando un paracaidista pregunta al empleado del aeropuerto: «¿Está bien preparado el paracaídas?», y aquél le responde, indiferente: «Creo que sí», no será suficiente para él; esto quiere saberlo seguro. Pero si ha pedido a un amigo que le prepare el paracaídas, éste le contestará a la misma pregunta: «Sí, lo he hecho personalmente. ¡Puedes confiar en mí!». Y el paracaidista replicará: «Te creo». Esta fe es mucho más que saber: es certeza. Y ésta es la fe que hizo partir a Abraham a la tierra prometida, ésta es la fe que hizo que los MÁRTIRES perseveraran hasta la muerte, ésta es la fe que aún hoy mantiene en pie a los cristianos perseguidos. Una fe que afecta a todo el hombre.



El Nuevo Testamento: Jesús y su salvación vienen a tu encuentro





18. ¿Qué importancia tiene el Nuevo Testamento para los cristianos?
En el  NUEVO TESTAMENTO  se completa la  REVELACIÓN de Dios.
Los cuatro evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan son el corazón de la Sagrada Escritura y el tesoro más preciado de la Iglesia. En ellos se muestra el Hijo de Dios tal como es y nos sale al encuentro.
En los Hechos de los Apóstoles aprendemos acerca de los inicios de la Iglesia y de la acción del Espíritu Santo.
En las cartas apostólicas se pone la vida de los hombres en todos sus aspectos ante la luz de Cristo.
En el Apocalipsis vemos anticipadamente el fin de los tiempos. [124­-127, 128­-130, 140]

Jesús es todo lo que Dios nos quiere decir. Todo el ANTIGUO TESTAMENTO prepara la Encarnación del Hijo de Dios. Todas las promesas de Dios encuentran su cumplimiento en Jesús. Ser cristiano quiere decir unirse cada vez más profundamente con la vida de Cristo. Para ello hay que leer y vivir los evangelios. Madeleine Delbrêl dice: «A través de su Palabra Dios nos dice quién es y lo que quiere; nos lo dice de manera definitiva y para cada día. Cuando tenemos en las manos el Evangelio deberíamos considerar que allí habita la Palabra que quiere hacerse carne en nosotros, apoderarse de nosotros para que comencemos de nuevo su vida en un lugar nuevo, en un tiempo nuevo, en un nuevo entorno humano».






19. ¿Qué función tiene la Sagrada Escritura en la    Iglesia?
La  IGLESIA saca su vida y su fuerza de la
Sagrada Escritura. [103-104, 131-133, 141]  
Con la excepción de la presencia de Cristo en la sagrada EUCARISTÍA, no hay nada que la IGLESIA venere más reverentemente que la presencia de Cristo en la Sagrada Escritura. En la Santa Misa acogemos en pie el Evangelio, porque en las palabras humanas que escuchamos es Dios  mismo quien nos habla. 



* El texto (pregunta y respuesta) proviene del Youcat = Catecismo para Jóvenes. Los números que aparecen después de la respuesta hacen referencia al pasaje correspondiente del Catecismo de la Iglesia Católica que desarrolla el tema aún más. Basta un clic en el número y será transferido.
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¿Cómo hablar de temas complicados con los hijos?

Nos referimos a los consabidos temas tabú, aquellos que tratamos de evadir

¿Cómo hablar de temas complicados con los hijos?

La situación que nos está tocando vivir en la sociedad, nos presenta retos en la educación de los hijos que muchas veces nos preocupan y asustan, porque no contamos con la información y la formación adecuada para manejarlos de acuerdo a la verdad y a nuestras convicciones personales.

En otras ocasiones nos da vergüenza o miedo tocar temas “difíciles” que tenemos que hablar con nuestros hijos. Cuesta mucho trabajo, porque fuimos educados en otros momentos y contextos en los que no se hablaba abiertamente de ellos. Y sí, nos referimos a los consabidos temas tabú, aquellos que tratamos de evadir, en ocasiones esperando que otro venga y nos quite la pena de tener que hablar con nuestros hijos. Nos olvidamos de nuestros derechos y responsabilidades como padres. No son los maestros, ni las políticas internacionales, ni los gobiernos, ni los medios, ni las redes sociales, ni los amigos los que tienen que dar la información adecuada y correcta, que es necesaria para formar seres adultos maduros, responsables y dueños de su vida.

Somos nosotros los que tenemos que formar a nuestros hijos. Ese es nuestro primer derecho como padres, y por supuesto nuestra obligación ineludible.

Por lo mismo, no seamos ingenuos: los chicos de hoy en día oyen de todo, leen de todo, saben de todo y viven de todo. Por ejemplo: desde pequeñitos ya saben que la señora con pancita es que tiene un bebé dentro, lo cual obviamente no tiene nada de malo. Pero más adelante oyen conversaciones, o se chatean o ven programas televisivos en los que se tocan sin pudor temas de abusos, infidelidades, violaciones, abortos, droga, y prostitución. En la escuela se les presenta una sexualidad descarnada y hasta les enseñan, desde la primaria, a usar métodos “preventivos”, a cuidarse con el “sexo seguro”, lo que, por cierto, ha provocado un aumento significativo de embarazos en adolescentes.

Y así, poco a poco, pero sin interrupción, se van enterando por otros de las cosas que nosotros tendríamos que haber hablado con ellos, de acuerdo a su edad, para que tengan los elementos que los ayuden a vivir una vida adulta de acuerdo a su conciencia y decisiones personales.

Muchos padres no encuentran las palabras necesarias para explicar a sus hijos asuntos tan complejos como la muerte, el dolor, el sufrimiento, la sana sexualidad, el abuso y el fracaso. No obstante, no podemos dejar de hablar de esto con ellos, porque corremos el riesgo de que ya estén informados por otras fuentes, y entonces sí, ya perdimos la oportunidad de que nos tengan confianza y sepamos sus legítimas inquietudes.

Como bien dicen por ahí: “Para hablar con los hijos sobre temas ‘difíciles’, más vale un año antes que un minuto después”. Casi todos comprendemos la importancia de este consejo cuando ya es demasiado tarde. Pero no se trata sólo de instruir al hijo y educarle sobre los ambientes que encontrará; también es prevenir con nuestra actitud las reacciones negativas que él puede tener, salir al paso de los problemas antes de que surjan, saber en qué momento no es oportuno tocar ciertos temas.

Prevenir es también ser realista y no pensar que todas las cosas se arreglarán por sí solas, suponiendo que todo lo que encontrará nuestro hijo en su vida será positivo, bueno y agradable. La lección es clara. Lo que tengamos que hablar sobre estos temas tan sensibles, que sea a tiempo y en buena forma, de acuerdo a la edad de cada uno de nuestros hijos.

En la educación y formación de nuestros hijos no aplica el dicho “calladito me veo más bonito”. Absolutamente no. Tenemos que hablar. Es nuestra obligación.

Vamos analizando lo dicho anteriormente, porque la semana que viene hablaremos sobre el cómo lograr una educación y formación para nuestros hijos en estos temas complicados y sensibles, para que, cuando les toque a su vez ser padres de familia, sepan que con los papás se puede hablar de todo, en un ambiente respetuoso, bien intencionado, sereno y de confianza.

Artículo originalmente publicado por Desde la fe

Noviazgo adolescente: ¿Prohibir, aceptar, vigilar… qué hacer?

Algunos padres entran en pánico cuando se enteran que sus hijos de doce o trece años han iniciado una relación de noviazgo

Noviazgo adolescente: ¿Prohibir, aceptar, vigilar… qué hacer?

No hay duda que las generaciones modernas van a un ritmo más acelerado de lo que se acostumbraba anteriormente; y es lo que sucede hoy con los “noviazgos” a tempranas edades. Una realidad para la que ni padres ni hijos, se encuentran preparados. ¿Qué hacer ante esta situación? En LaFamilia.info te orientamos al respecto.

Una mirada al entorno
Son muchos los fenómenos que pueden estar acelerando los procesos naturales que deben ser vividos en cada etapa de la vida, pero tal vez los más contundentes, son aquellos relacionados con el avance tecnológico y los medios de comunicación, los cuales imprimen en el mundo moderno, un ritmo tan vertiginoso que se sale de control. A esto hay que sumarle, el bombardeo constante de mensajes que los niños reciben a través de dichos medios, gran parte de ellos, emitiendo “modelos” poco aptos para su formación ética, precisamente en una edad donde el criterio aún se halla en formación, obteniendo así unos jóvenes desorientados y confusos.

De igual forma, la soledad de los niños y jóvenes, la descomposición de las familias, el poco tiempo del que disponen los padres para estar con sus hijos, la carencia de normas y límites, entre otros tantos, también afectan de forma directa esta situación.

Así pues, aparte de reconocer que existen unas condiciones en nuestra sociedad -imposibles de evitar-, la mejor alternativa entonces, es trabajar desde los hogares para que nuestros hijos se enfrenten al mundo con una voluntad firme, un conjunto de valores inalterables, un respeto por la autoridad y una familia que espera en casa rebosada de amor, comprensión, escucha y apoyo.

¿“Noviazgo” adolescente?
La adolescencia es una etapa de intensos cambios corporales, emocionales e intelectuales. Es una constante montaña rusa de emociones y sentimientos, por ello sus manifestaciones agresivas o afectivas al extremo. Es aquí donde las hormonas se vuelven inquietas y los jóvenes comienzan a vivir sensaciones hasta el momento desconocidas, como por ejemplo la atracción sexual.

Partiendo de esta base, se podría decir que lo que se presenta a estas edades no es propiamente un noviazgo; más bien es un estado de “enamoramiento” que se limita a una atracción física, la cual puede ser confundida fácilmente con el verdadero amor y llevar a consecuencias irreversibles en la vida de los adolescentes.

Decimos pues que el auténtico noviazgo, es aquella relación entre un hombre y una mujer, en donde su vínculo de amor, los lleva a vivir un tiempo de maduración para culminar en su fin principal: el matrimonio. Por tanto, hablar de algo de tanta envergadura como el compromiso marital a los quince años, es algo salido de contexto.
“El noviazgo en los jóvenes, suele ser una relación muy inestable, que se ve afectada por la inexperiencia propia de la juventud. También influyen terceras personas que juzgan, presionan, imponen, prohíben, etc. Por lo general, los noviazgos adolescentes no son duraderos, por la misma inestabilidad física y emocional de los jóvenes, que muchas veces lo hace insostenible. (…) El inconveniente de la adolescencia, es no saber lo que se quiere, y sin embargo quererlo a toda costa, aquí y ahora, sin fijarse en el tiempo y circunstancias.” Explica el autor Francisco Gras de Micumbre.com, “El noviazgo explicado a los hijos adolescentes”.

¿Prohibir, aceptar, vigilar… qué hacer?
Como es apenas comprensible, algunos padres entran en pánico cuando se enteran que sus hijos de doce o trece años han iniciado una relación de noviazgo, otros reaccionan de forma agresiva, llegando incluso a tomar posturas extremas como prohibir la relación o imponer drásticos castigos, mientras que otro grupo de padres, opta por darle de largas a la situación e ignorar por completo lo que sucede con los hijos. Ah… y no ha de faltar aquellos que alcahuetean o aprueban estos noviazgos prematuros.

Todos los casos anteriores, no son la mejor forma de afrontar la situación. Cuando los padres se inclinan por la prohibición sin dar argumento alguno, se causa el efecto contrario: el noviazgo se hace aún más atractivo y se abre el camino para que los episodios de rebeldía y/o desafío de la autoridad paterna, se hagan presentes. Al mismo tiempo, el castigo tampoco es la solución, pues el problema no está en enamorarse, sino en la ausencia de unas condiciones necesarias para ello. En cuanto a “hacerse el de la vista gorda” frente algo tan trascendental, será un silencio que hará tanto daño como el mismo castigo. Con relación a aprobar este tipo de noviazgo, es algo que corresponde a los amigos de los hijos, no a los padres, quienes deben brindar las orientaciones adecuadas desde su óptica de responsabilidad y madurez.

Lo que los padres deben hacer, es enseñarles a sus hijos a dominar sus impulsos y deseos, deben ayudarles a fortalecer su voluntad, a identificar las consecuencias de cada acto, a valorar su cuerpo como su mayor tesoro, a respetar la integridad de la otra persona, a ser asertivos y fomentar su autoestima, a saber enfrentar las presiones externas (amigos, publicidad, series, películas, música, etc.) 

Asimismo, se les debe explicar que cada cosa tiene su debido tiempo, se debe vivir lo propio de cada etapa, sin adelantarse al curso natural.
Para ello, los padres han de utilizar el diálogo como su mejor aliado, conversar con sus hijos de este tema con mucha naturalidad, y tal vez anticiparse, antes de que los hijos busquen información en otras fuentes, la mayoría de ellas erradas. A través de estas charlas, se les debe advertir sobre los peligros que asumen con un noviazgo anticipado y las consecuencias de iniciar una vida sexual temprana, como puede ser un embarazo no deseado, la dificultad para lograr proyectos profesionales, enfermedades que comprometen los sueños de cada quien, la materialización del cuerpo –promiscuidad-, etc.

Además, los padres deberán valerse de la autoridad con la que fueron dotados, así que en casa deben existir unas reglas claras, firmes y razonables sobre el comportamiento de los hijos en relación a sus noviazgos. También es importante expresarles cariño a los hijos, que se sientan comprendidos, apoyados, amados y bienvenidos.

Para finalizar: “La responsabilidad de los padres en la educación de los hijos, no es transferible, ni negociable. Los hijos son víctimas del silencio de sus padres, pero responsables de sus actos, si no han puesto los medios para informarse bien, de lo que es el noviazgo y los peligros que pudiera conllevar” señala Francisco Gras.
Artículo originalmente publicado por lafamilia.info

miércoles, 29 de junio de 2016

¿Es bueno leer el Antiguo Testamento?


¡No lo puedo creer!



17. ¿Qué importancia tiene el Antiguo Testamento para los cristianos?
En el ANTIGUO TESTAMENTO Dios se muestra como Creador y como quien conserva el mundo y es guía y educador de los hombres. También los libros del Antiguo Testamento son Palabra de Dios y Sagrada Escritura. Sin el Antiguo Testamento no se puede comprender a Jesús. [121123, 128130, 140]



En el ANTIGUO TESTAMENTO comienza la gran historia del aprendizaje de la fe, que da un giro decisivo en el 0 NUEVO TESTAMENTO y que llegará a su meta con el fin del mundo y el retorno de Cristo. Y en esto el Antiguo Testamento es mucho más que un mero preludio del Nuevo. Los mandamientos y las profecías del pueblo de la antigua alianza y las promesas que se contienen en ellas para todos los hombres, no han sido revocados. En los libros de la antigua alianza se encuentra un tesoro insustituible de oración y de sabiduría; especialmente los salmos pertenecen a la oración cotidiana de la Iglesia.

* El texto (pregunta y respuesta) proviene del Youcat = Catecismo para Jóvenes. Los números que aparecen después de la respuesta hacen referencia al pasaje correspondiente del Catecismo de la Iglesia Católica que desarrolla el tema aún más. 




San Pedro y San Pablo, llegados de Oriente, siguen llamando a nuestros corazones, dice Francisco






El Papa Francisco ha dedicado su exhortación ante el rezo del ángelus a proponer "la fe escueta y firme de Pedro y el corazón grande y universal de Pablo", para en el día de estos dos apóstoles llegar a ser "cristianos alegres, fieles al Evangelio".

Francisco recordó que estos santos, patronos de Roma y venerados por la Iglesia universal, son «columnas» y «luces» de la Iglesia de Oriente y Occidente. «Pedro y Pablo vuelven hoy idealmente entre nosotros, vuelven a recorrer las calles de esta Ciudad, llaman a la puerta de nuestras casas, pero sobre todo de nuestros corazones».

Y, señalando que «quieren volver a traer a Jesús, su amor misericordioso, su consolación, su paz»,  exhortó a acoger su mensaje y a atesorar su testimonio. 

Francisco también habló del Palio que bendijo en misa, destinado a los nuevos Arzobispos Metropolitanos de diversos países.  Los saludó, junto con sus familiares y peregrinos que los acompañaron y los alentó a «proseguir con alegría su misión al servicio del Evangelio,  en comunión con toda la Iglesia y en especial con la Sede de Pedro, como expresa precisamente el signo del Palio».

Entre los 25 prelados que reciben el palio en esta solemnidad del 2016, dos arzobispos son de Ecuador: Mons. Luis Gerardo Cabrera Herrera, Arzobispo de Guayaquil y Mons. Marcos Aurelio Pérez Caicedo, Arzobispo de Cuenca. Dos de España: Mons. Fidel Herráez Vegas, Arzobispo de Burgos, y Mons. Juan José Omella Omella, Arzobispo de Barcelona.Dos de México: Mons. Ruy Rendón Leal, Arzobispo de Hermosillo, y Mons. Francisco Moreno Barrón, Arzobispo de Tijuana. Y uno de Cuba, Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez, Arzobispo de San Cristóbal de La Habana.

Destacando su alegría también por la presencia de los Miembros de la Delegación llegada a Roma en nombre del Patriarca Ecuménico, «el queridísimo hermano Bartolomé», subrayó los fraternos lazos que existen entre nuestras Iglesias, invitando a rezar para que se refuercen cada vez más los vínculos de comunión y el testimonio común.

Texto completo de las palabras del Papa antes del rezo del Ángelus
«Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
Celebramos hoy la fiesta de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, alabando a Dios por su predicación y su testimonio. Sobre la fe de estos dos Apóstoles se funda la Iglesia de Roma, que desde siempre los venera como patronos. Sin embargo, es toda la Iglesia universal la que mira hacia ellos con admiración, considerándolos dos columnas y dos grandes luces que brillan, no sólo en el cielo de Roma, sino en el corazón de los creyentes de Oriente y de Occidente.
En la narración de la misión de los Apóstoles, el Evangelio nos dice que Jesús los envió de dos en dos (cfr Mt 10,1 – Lc 10,1).

En cierto sentido, también Pedro y Pablo, desde Tierra Santa, fueron enviados hasta Roma, para predicar el Evangelio. Eran dos hombres muy distintos entre sí: Pedro «un humilde pescador». Pablo «maestro y doctor», como reza la liturgia de hoy. Pero si aquí en Roma conocemos a Jesús, si la fe cristiana es parte viva y fundamental del patrimonio espiritual y de la cultura de este territorio, se debe al coraje apostólico de estos dos hijos del Cercano Oriente. 

Ellos, por amor de Cristo, dejaron su patria y descuidando las dificultades del largo viaje y de los riesgos y de la desconfianza que habían de encontrar, llegaron a Roma. Aquí se hicieron anunciadores y testigos del Evangelio entre la gente y sellaron con el martirio su misión de fe y caridad.
Pedro y Pablo vuelven hoy idealmente entre nosotros, vuelven a recorrer las calles de esta Ciudad, llaman a la puerta de nuestras casas, pero sobre todo de nuestros corazones.

Quieren volver a traer a Jesús, su amor misericordioso, su consolación, su paz ¡Tenemos tanta necesidad de ello! ¡Acojamos su mensaje! ¡Atesoremos su testimonio! La fe escueta y firme de Pedro, el corazón grande y universal de Pablo nos ayudarán a ser cristianos alegres, fieles al Evangelio y abiertos al encuentro con todos.

Durante la Santa Misa, en la Basílica de San Pedro, esta mañana, he bendecido los Palios de los Arzobispos Metropolitanos nombrados en el último año, provenientes de diversos países. Renuevo mi saludo y les deseo a ellos, a sus familiares y a cuantos los han acompañado en esta peregrinación. Y los aliento a proseguir con alegría su misión al servicio del Evangelio, en comunión con toda la Iglesia y en especial con la Sede de Pedro, como expresa precisamente el signo del Palio.

En la misma celebración, he acogido con alegría y afecto a los Miembros de la Delegación llegada a Roma en nombre del Patriarca Ecuménico, el queridísimo hermano Bartolomé. También esta presencia es signo de los fraternos lazos que existen entre nuestras Iglesias. Oremos para que se refuercen cada vez más los vínculos de comunión y el testimonio común.

A la Virgen María, Salus Populi Romani, encomendamos hoy al mundo entero, y, en particular esta ciudad de Roma, para que pueda encontrar siempre en los valores espirituales y morales que la enriquecen el fundamento de su vida social y de su misión en Italia, en Europa y en el mundo».

Los 10 errores que uno suele cometer en el amor

¿Te ha pasado a ti también?
Los 10 errores que uno suele cometer en el amor

Abajo están listados algunos de los errores más comunes que cometemos en el amor. Amar debería ser la cosa más sencilla del mundo, ya que forma parte de nuestra naturaleza, pero el ser humano ha aprendido a luchar contra lo que le hace vulnerable. Especialmente dedicado a las parejas de novios:

No amar
Parece mentira, pero muchas personas sabotean el amor. Sienten, pero hacen de todo para bloquear ese sentimiento. Crean muchos obstáculos… Dan disculpas para mantenerse seguras en su zona de confort.

Querer cambiar a la persona
Ese error es el que más sucede. Nos gusta la imagen que creamos de la persona. Y cuando nos enfrentamos con la realidad, percibimos que su personalidad, características y gustos no nos agradan. Pero ya estamos implicados y necesitamos mantener la perfecta armonía de la relación. Incluso si es unilateral… Y ahí es donde no aprendemos a querer a las personas como son. Estamos obsesionados con cambiar todo lo que no nos gusta. Trabajar la tolerancia sería una de las soluciones…

Posesión
Es mío… todo mío… ¡sólo mío! Felizmente, antes de ti, esa persona tenía una vida. Ya vivió mucho, o poco, antes de que tu aparecieras en su vida, así que entonces aprende a lidiar con eso. Puedes ser el dueño de un objeto, pero nunca serás dueño de una persona. Controlar sus acciones, pensamientos es dispararte a los pies. Primero, es imposible hacerlo, y segundo, estás poniendo en peligro tu relación.

Ser egoísta
Pensar sólo en ti mismo no hará que crezca el amor. Es tu vida, son tus planes, es tu amor… Sí, la individualidad es buena y a la gente le gusta, pero olvidar que compartes la relación con alguien es muy perjudicial y contraproducente.

No planear
Hay gente que vive el presente sin pensar en el futuro. ¡Respetémosla! Sin embargo, es necesario incluir a tu compañero en tus planes. Por ejemplo: ¿Qué película vamos a ver? ¿Vamos a comer en mi restaurante preferido? Deseo para nosotros una vida realizada, con una casa propia, hijos y perritos…

Neurosis
Vivir basado en traumas no vale la pena. Si hay algo que te persigue, mejor resolver. Tener neuras por cada mirada, mensaje de celular u ocurrencia de la persona a la que quieres supone no tener confianza en lo que están construyendo. Si esa persona ya se equivocó alguna vez, y tú aceptaste continuar, es una decisión tuya, así que aclara las cosas cuanto antes.

Falta de respeto
Una relación se basa en la confianza y el respeto. Es un acuerdo, muchas veces no verbal ni escrito. Algo que vamos moldeando con las actitudes y el tiempo. Si por algún motivo ese respeto acaba, el amor se puede volver odio o decepción con gran rapidez. Un buen consejo es pensar antes de actuar y hablar. Ponte en el lugar del otro.

Anularse
Pensar sólo en el otro te hará una persona triste. Tu cuerpo y mente sufrirán las consecuencias, pues tu personalidad y voluntad serán reprimidas para hacer, sólo, lo que el otro espera.

Traición
Para traicionar solo hay que empezar… Una frase hecha, pero verdadera. Desde el primer paso no será posible volver atrás. Cada relación está hecha de reglas y pactos concretos. Si no cumples con ellos, estás traicionando.

Ser infeliz y continuar en la relación
No seas ingenuo pensando que podrás continuar viviendo en una relación que es infeliz. No es respetuoso contigo ni tampoco con la persona a la que quieres. Piénsalo bien, pondéralo y mira lo que puedes hacer para resolver la situación. ¡Busca ayuda de gente con experiencia!

Nuestro mayor deseo: ¡que aciertes en el amor!

Aprender a vivir… es como andar en bicicleta

Avanzar mientras se conserva el equilibrio: ¿cómo se hace?

Aprender a vivir… es como andar en bicicleta



Enseño a mi pequeño nieto a andar en bicicleta, se esfuerza, cae, recomienza pedaleando más fuerte mientras aprende a controlar el equilibrio… lo logra… grita alborozado. Lo mismo deberá hacer con su vida.
Si, aprender a vivir es como andar en bicicleta, es necesario avanzar mientras se conserva el equilibrio.

La vida humana es contingente, nada es seguro y muy pocas cosas hemos elegido, lo que nos debe llevar a la humildad de buscar en esta realidad su verdadero sentido, pues en ella encontramos el camino para madurar. Sin embargo, muchas situaciones las asumimos erróneamente queriendo que se ajusten a una visión ideal de la vida, con lo que nos causamos problemas psicológicos, morales, espirituales.

Aprender a vivir es entender que la vida se entreteje con experiencias que aun con sus claroscuros nos llenan de humanidad, y en las que debemos luchar porque la libertad y la paz interior no dependan del rumbo que tomen los acontecimientos.

Algunas actitudes en las que aprendí y sigo aprendiendo a poner en juego las virtudes para avanzar conservando el equilibrio.

Como cuando aprendí a buscar la alegría en las cosas sencillas y ordinarias, de cada día.
Me tome una tarde libre, caminé con mi esposa y mis hijos por el parque de nuestra colonia, luego vimos una película juntos con refrescos y bocadillos, dimos las gracias por todo al final del día.

Hay que hacer lo que se debe y estar en lo que se hace, disfrutando de todo lo que la vida me ofrece, sin esperar a que las cosas fueran de otra manera o que cuando cambien o mejoren las circunstancias, entonces mejorara mi vida y seré más feliz.

Ante las contrariedades y el dolor.
Mi hijo ingresó al hospital gravemente enfermo cuando me encontraba en la peor estrechez económica, me encontré en el límite de la desesperación y sentí que perdía mi fe.

Ante las dificultades que pueden escapar a mi comprensión, acepto que soy una pieza en un divino tablero de ajedrez y es mi padre Dios quien por mí hace las jugadas, me ama y sabe lo que hace. Yo confío y sigo hacia adelante, consciente de que arriba de las nubes tormentosas sigue brillando el sol.

Cuando me decidí a perdonar siempre.
Me decidí a visitar un viejo amigo, nuestra amistad había sido afectada por malos entendidos con su secuela de resentimientos; la alegría del encuentro y el fuerte abrazo que no dimos, fue la mayor lección sobre lo absurdos de un corazón que lleva contabilidad de agravios.
Pongo mi voluntad en luchar contra los sentimientos negativos considerando que en cada persona como en mí mismo, existe más valor positivo que negativo.

Cuando aprendí de mis errores .
Expuse mis ahorros en un proyecto fallido, perdí mi patrimonio y afecté el proyecto familiar. Me rehíce con gran esfuerzo trabajando más y mejor, siendo más prudente.
No tiene caso hacer consideraciones estériles sobre lo que pudo haber sido y no fue, acepto el presente como un reto a superar aprendiendo de los errores, consciente de que sin las pruebas o fracasos no desarrollaría nuevas capacidades.

Cuando entendí que la mansedumbre es fortaleza.
He dicho y hecho cosas que luego me avergonzaron. ¿Para qué enfadarme si termino arrepintiéndome?
Los sentimientos y emociones pueden ser un fuerte viento capaz de llevarme a donde no debo o quiero. Sé que mis estados de ánimo pueden variar como los de cualquier persona, pero me esfuerzo en controlarlos, y eso no significa que siempre este de buen humor, solo que los acepto positivamente cualesquiera que sean.

Cuando me decidí a ser fiel a mis responsabilidades y compromisos.
Falté a la sinceridad al decir que era cabeza de familia, trabajador, ciudadano y buena persona, pues por mala actitud me volví solo excusas, comprometido en apariencia, instalado en el cumplo y miento, en vez del cumplimiento cabal de la palabra empeñada.

En todas mis obligaciones de estado debo ser la mejor versión de mí mismo, de que yo me porte de esa manera dependen muchas cosas, por ello debo ser fiel conmigo mismo para que lo que diga, piense y haga, sea lo mismo en función de mis valores, seré congruente.

Cuando decidí no confundirme en la masa .
No admití ser como Vicente, que va por donde va la gente.
Pensare por cuenta propia salvaguardando mis valores, distinguiendo los hechos de las opiniones sin juzgar a las personas. Seré congruente sin temer a la crítica ni buscar la alabanza, consciente de que mi valor personal no depende del juicio de los otros. Procurare pensar bien de los demás rechazando el mal espíritu crítico y los juicios temerarios.

Cuando decidí aceptarme a mí mismo.
Dios es realista y me ama tal y como soy, mientras lucho contra mis defectos. Me hizo de un cierto modo en lo físico y en lo psicológico, y sobre esta naturaleza debo forjar mi carácter sobrellevando mis imperfecciones mientras me esfuerzo por superarlas.

No debo olvidar que lo que veo en el espejo es a la persona que Dios ama. Cualquier apariencia física no tiene que ver con el mérito en la adquisición de virtudes que forjan la imagen de Dios en nosotros.

Cuando aprendí a no me tomare tan en serio.
Se me caía el pelo y me reía a mandíbula batiente cuando mis hijos me decían que no peinaría canas y me ahorraría el tinte.

Es un gran descanso no llevar la carga de un “yo” intocable, insoportable.

Siempre podré hacer una broma sobre mis fracasos, limitaciones y carencias personales sin que decaiga mi orgullo y desmaye mi personalidad. Cómo no he de hacerlo, si aunque me esté cayendo de viejo siempre seré un niño delante de Dios y un niño no conoce el ridículo, su sonrisa nace de saberse amado.

Avanzar conservando el equilibrio es tarea de toda la vida, el hombre es perfectible en el juego de la libertad cuando asume su vida como un proyecto de mejora continua, para crecer como persona hasta el último día de su vida.

Por Orfa Astorga de Lira.
Máster en matrimonio y familia. Universidad de Navarra.

martes, 28 de junio de 2016

De musulmán en Irak a protestante y hoy católico: Daniel Alí explica cómo evangelizar al Islam



De musulmán en Irak a protestante y hoy católico: Daniel Alí explica cómo evangelizar al Islam


P. J. Ginés, ReL

Daniel Alí es un iraquí nacido en una familia musulmana del Kurdistán que hoy es católico y anima a evangelizar a los musulmanes. Para eso pide que los cristianos no oculten a Jesucristo y que conozcan mejor el Islam. 


Hace pocos años escribió junto con Robert Spencer el libro en inglés "Dentro del Islam: Una guía para católicos". Asegura que cuando los cristianos se tratan con musulmanes "no hay que ocultar la figura de Jesús para llevarse bien con quienes profesan la fe islámica. A ellos no les gusta la gente debilucha. Respetan más a quien defiende sus convicciones", indica Alí. 

Perseguido por el régimen, con vecinos cristianos
La juventud de Alí fue un ejemplo de lo que espanta más a Estado Islámico: un musulmán que crece en un país islámico tratándose con vecinos cristianos, abierto a conocer.

Alí nació en 1959, el quinto hijo de una familia numerosa, de lengua y cultura kurda. No empezó a estudiar en árabe formalmente hasta los 12 años, aunque con facilidad para ese idioma, incluso para la poesía. (El kurdo y el árabe no se parecen en nada: el kurdo está emparentado con el persa, es una lengua indo-iránica, mientras que el árabe es una lengua semítica, como el hebreo). 

Con 16 años, Alí cobró conciencia de los crímenes de Saddam Hussein contra el pueblo kurdo, sus deportaciones y matanzas, y empezó su activismo político contra el régimen. Sufrió cárcel y tortura por ello. 

“Numerosas veces Dios me salvó de la muerte cuando ésta se acercaba en forma de decretos judiciales, de bombas químicas que llovían sobre nosotros, de ahogarme, de sufrir heridas graves… Pero en ese entonces yo pensaba que era mera suerte, no veía la mano de Dios”.

Pasó meses en las montañas sufriendo frío y hambre, miedo y persecución, lamentando que al mundo no le importase la suerte de los kurdos.

“En 1988 vi a mis amigos más queridos morir horriblemente por un ataque químico en el pueblo de Halabja. Entonces entendí la fragilidad de cada hombre bajo el pecado y la desesperación radical de la vida sin la protección e intervención de Dios”.

Alí siempre tuvo buena opinión de los cristianos, desde niño, porque había tenido vecinos cristianos “que eran hermosos ejemplos del amor de Cristo”

Un día un cristiano armenio le dejó un libro de vidas de mártires de la Iglesia antigua. “Lo leí y me inspiró para vivir y morir por la libertad de mi pueblo kurdo”, recuerda.

Leyendo en inglés descubrió al Mesías
Alí tenía facilidad con los idiomas: aprendió ya de joven a leer en inglés y en esa lengua devoró libros de Voltaire, Hegel y Dickens. Interesado en teología, filosofía e historia, leyó también cosas de Tomás de Aquino y otros pensadores cristianos. 

En 1982, con 23 años, se convenció intelectualmente que los cristianos tenían razón: Jesús era el Mesías, el Ungido de Dios. Los textos y argumentos lo mostraban. 

Pero Alí aún no tenía un trato personal con Jesucristo ni lo había tomado como su Señor.

La paciencia de una esposa cristiana
En 1991, tras la Guerra del Golfo Pérsico, se casó con Sara, una norteamericana protestante. Alí estableció que ella no intentaría “cristianizarle”: él creía en Jesús como Mesías “a su manera”. 

Era un matrimonio complicado por venir de orígenes tan distintos, pero “me di cuenta de que ella continuamente me perdonaba, me amaba y me quería más a mí que a su forma de hacer las cosas. Yo aún no lo sabía, pero ella me daba testimonio viviente de la Persona de Cristo en nuestras dificultades maritales”.

El poder de la Biblia
A partir de cierto momento, él empezó a levantarse de noche para leer el Nuevo Testamento en secreto. “Me acerqué al Señor más que nunca gracias a que me encontraba con él en secreto en Su Palabra, la Biblia”.

En 1993 se mudaron a Estados Unidos. Allí estudió la Biblia con más atención y Alí entendió que Jesús no era sólo el Ungido de Dios, sino que tenía que ser su Señor y su Salvador. 

Sin embargo, no dio el paso a bautizarse hasta 1995, gracias a que su dentista, un cristiano convencido, cierto día le animó a orar con él a Cristo. Ese fue un paso clave.

Daniel Alí, cristiano protestante
Ahora Alí era Daniel, un cristiano evangélico entusiasta, que hablaba de Cristo a otros musulmanes, clientes de su negocio, a cristianos tibios, a ateos y alejados de la fe… Se le daba bien, lo hacía con alegría y a la gente le intrigaba conocer su historia. Dedicaba horas cada día a entender mejor la fe cristiana y a estudiarse de memoria muchos fragmentos de la Biblia. Durante ese tiempo logró acercar a bastantes personas a Cristo.

También en esa época, Daniel Alí y su esposa organizaron una serie de reuniones de estudio de la Biblia para personas de cualquier confesión religiosa. Resultó que acudía un niño católico de 9 años, un vecino suyo, que llevaba consigo el clásico catecismo norteamericano, el Catecismo de Baltimore, con un formato muy sencillo de preguntas y respuestas. Cuando se planteaba una pregunta sobre tal o cual asunto bíblico, aquel niño enseguida localizaba la explicación católica en el Catecismo. Esto tenía intrigados a Daniel Alí y Sara.

La TV de la Madre Angélica y la misa reverente
Más adelante, el matrimonio estaba viendo la TV cuando por casualidad conectaron con el canal católico EWTN, la televisión de Madre Angélica, mientras retransmitían una misa. Era justo el momento de la Elevación de la Hostia, y después la del Cáliz. 

Les pareció hermoso: había allí simplicidad en el gesto, y hermosura en el Cáliz adornado, las vestiduras, la reverencia de los movimientos… 

“Sara y yo entendimos de repente que esa belleza estaba en la Iglesia Católica porque verdaderamente era Casa de Dios”.

En 1996 el matrimonio conoció al padre William G. Most que durante un año y medio cada domingo les dedicó un buen rato para explicarles las enseñanzas católicas. El 13 de julio de 1998 ambos esposos entraron en la plena comunión con la Iglesia Católica

Como hablar de Cristo a los musulmanes
Daniel Alí siguió presentando la figura de Cristo a los musulmanes siempre que pudo. 

Pero en 2001, con los atentados contra las Torres Gemelas, entendió que esta misión era cada vez más importante y más urgente. El Islam se radicalizaba y proclamaba formas violentas de yihad. La única respuesta de verdad eficaz debía ser el anuncio del Evangelio a los musulmanes, darles la Buena Noticia de Jesús, Señor y Salvador de cada hombre.

Daniel Alí señala que las tácticas habituales de evangelizadores protestantes de citar la Biblia a musulmanes una y otra vez siempre serán ineficaces, puesto que todos los musulmanes han sido educados en la idea de que la Biblia cristiana es una escritura manipulada y falsa y no tiene ninguna autoridad. 

Él siempre propone empezar por lo que dice el Corán y las tradiciones sobre Jesús y Mahoma y eso significa que el evangelizador de musulmanes ha de conocer el Islam. ¿Cómo es que Jesús hace milagros y Mahoma no? ¿Cómo es que Jesús no es guerrero, y Mahoma sí lo es? ¿Cómo es que Jesús tiene títulos en el Corán que parecen mucho más elevados que el de Mahoma? Con este tipo de preguntas se acerca a la persona a Jesucristo. 

“Es urgente realizar esta tarea de evangelización a musulmanes, y si la ignoramos, nos pondremos en peligro”, afirmaba en un testimonio que escribía en 2011 para Coming Home Network.