Cristo despojado de sus vestiduras. Anónimo del siglo XVIII.
Museo Nacional del Virreinato, Ciudad de México.
10ª Estación: Expolio de Jesús
Más pobre que en Belén te me presentas,
dulcísimo Jesús. Allí no te faltaron los pañales de nieve y de cariño, que preparó tu Madre. Aquí te falta todo. Lo poco que conservas, los míseros vestidos, teñidos en tu sangre, lo arrebata la saña de los hombres inhumanos, que gozan, ¡desgraciados!, viendo a su Dios sufrir. La túnica inconsútil de tu Iglesia, mil veces en la Historia rasgada y repartida, se trueca de repente en púrpura y armiño de triunfo y esplendor. Tu Esposa, empobrecida, es más rica en virtudes: como la quieres Tú. Tu carne inmaculada sufrió esta vil afrenta, tal vez para curarnos las pútridas heridas de faltas de recato, de modas indecentes; los frutos corrompidos de nuestra liviandad, Señor; que seamos castos en obras, pensamientos y palabras, pues somos racionales, pues ese es nuestro orgullo, y esa tu voluntad.
Imagen de Jesús Despojado. Hermandad
de Despojado y Caridad de Salamanca. |
Dios nos ama tanto que hasta ha querido amarnos con un corazón humano traspasado.
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martes, 11 de abril de 2017
Vía Crucis del Beato Liberio (10)
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