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jueves, 27 de abril de 2017

58 La Santa Misa contada en Historietas




58. Leónidas y su hijo
(Beso del altar)

Uno de los potentados de Rusia comunista, Breshniev, llevaba el nombre Leonid. Breshniev ha sido cristiano bautizado. Por eso su nombre es nombre de uno de los santos. Tenía un santo patrono. Es el santo mártir Leonidas. De él cuenta Orígenes, uno de los maestros más grandes de la primera cristiandad.

Leonidas, recién casado, era un cristiano convencido. Cuando de su matrimonio nació el pequeño Orígenes no quiso esperar mucho con el bautismo. Llevó a su pequeño hijo a la iglesia, secretamente por supuesto, porque siempre había traidores que acusaban los cristianos ante los tribunales. En el bautismo dijo la confesión de fe en lugar de su pequeño hijo. Se sentía muy feliz poder llevar a casa un pequeño hijo de Dios. El bautismo le daba más alegría que el nacimiento. Estaba orgulloso que en su pequeño hijo moraba el Espíritu Santo. Cuando pasaba delante la cuna del niño paraba un momento, lo contemplaba con orgullo, se inclinaba y besaba reverentemente el pecho del niño. Quería honrar a Dios Espíritu Santo que habitaba en Orígenes. - Leonidas no llegó a una edad avanzada. Lo llevaron ante el tribunal como cristiano. Murió como mártir.

La Santa Misa comienza. El sacerdote se acerca al altar y se inclina profundamente. Besa el altar así como uno da un beso a una persona. Cuando la celebración ha concluido se inclina nuevamente y se despide del altar con un beso. En Grecia y en el oriente se dice una oración al mismo tiempo, se habla al altar: " Tú eres un altar santo, excelso y venerable... " ¿Por qué?

El obispo ha consagrado el altar. Ha derramado crisma bendito del Jueves Santo. Con eso quería decir: El altar no es como cualquier bloque de piedra, cualquier mesa. El altar habla de Cristo. El altar representa a Cristo. Cristo es realmente el verdadero altar en que se ofrece el sacrificio en honor del Padre.

El beso del altar es por tanto un saludo cariñoso a Jesús. En realidad todos deberían poder acercarse y besar al altar.

Entonces recordamos la noche más triste del mundo. Alguien entró al jardín del monte de los olivos, besó a Jesús y dijo: "La paz contigo, maestro". Jesús dijo: "Judas, ¿con un beso traicionas al hijo del hombre?" Nunca, jamás nuestro beso debe ser un beso de Judas.

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