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domingo, 27 de agosto de 2017

2 poderosas armas para combatir la influencia del demonio: artículo de Philip Kosloski

El mal está presente en el mundo, es difícil negar que hay muchas fuerzas espirituales trabajando
 


El demonio hacía su aparición pública en 2015 en el Templo Satánico de Detroit, cuando se daba a conocer su estatua de bronce de 2.000 libras y nueve pies de altura, durante una fiesta hedonista en el edificio Lauhoff Corporación el 25 de julio.

Esta exhibición pública incluso solicitó a sus participantes que, literalmente, firmasen un documento en el que entregaban su alma al diablo. No es necesario decir que los organizadores del evento no querían ningún cristiano infiltrado en su juerga.
Para combatir la influencia del demonio, un grupo local de católicos rodeó el sitio con una estatua de bronce de seis pies de altura de San Miguel Arcángel y continuamente rezaban la oración a san Miguel.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del enemigo.
Reprímelo Dios, te pedimos humildemente,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno a Satanás
y a otros espíritus malignos, que andan por el mundo
para la perdición de las almas.
Amen". (León XIII)
La influencia del demonio en Estados Unidos y en el mundo sin duda ha ido en aumento últimamente y este año no es la excepción. Es difícil negar que hay muchas fuerzas espirituales del mal trabajando entre bastidores.
Algunos dicen que debemos exorcizar la nación como se hizo en México, mientras que otros buscan la vía política para combatir la influencia de Satanás. Al final, necesitamos hacer algo.
Una pregunta importante que debemos hacernos es: “¿A qué le teme más Satanás?”. Te menciono 2 cosas:

El demonio le teme a la santidad

En primer lugar, cuando nos fijamos en la vida de los diferentes santos, vemos cómo Satanás reconoce lo mucho que les teme.
Un ejemplo famoso viene de la vida de san Juan María Vianney, quien era un sacerdote santo en Francia que diariamente se encontraba con un demonio.
Ocurrió con tanta frecuencia, que san Juan Vianney le puso el demonio el apodo de “el garras”. Incluso decía “¿El garfio y yo? ¡Somos casi amigos!”. Sin embargo, el demonio no habría estado de acuerdo con esa afirmación.
El demonio dijo una vez a san Juan María Vianney una frase que se haría muy famosa: “Si hubiese tres sacerdotes como usted, mi reino [en Francia] se arruinaría.”

El demonio le teme al uso de sacramentales

Al mismo tiempo, mientras que Satanás teme enormemente hombres y mujeres santos, es también profundamente temeroso al uso de los sacramentales.
No es necesario mirar muy lejos para ver muchas historias de hombres y mujeres que usan sacramentales tales como agua bendita, sal bendita, la Señal de la Cruz, el Rito del Exorcismo (que se define como un sacramental) y otros objetos sagradospara repeler los ataques de Satanás.
A continuación un ejemplo en cuanto a la Señal de la Cruz:
“San Atanasio escribió que, antes de la venida de Cristo, los poderes demoníacos solían engañar a los paganos para que le adorasen y obedeciesen sus oráculos. Pero ahora (él lo dijo en el siglo IV), desde la divina aparición de la Palabra [Cristo], todo este engaño ha llegado a su fin. Porque, al hombre usar la señal de la cruz, sus engaños son expulsados”. (Paul Thigpen, Manual de Guerra Espiritual).
El demonio tiene miedos de ambos, santos y sacramentales. Ambos son signos visibles de la presencia de Cristo y tienen gran poder.
Seguramente tú conoces otras cosas que podemos añadir, te invito a compartirlas en los comentarios.
Fragmento de un artículo publicado por Píldoras de fe
Para mayor información: El espíritu cristiano ante el diablo

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