Ángelus, 12 de noviembre de 1989
¡Queridos Hermanos y Hermanas!
1. La Iglesia se alegra hoy por la glorificación de dos de sus hijos: Inés de Bohemia y Alberto Chmielowski. Estos dos santos se van a añadir a aquella "muchedumbre inmensa" que la liturgia nos ha invitado a contemplar en la reciente solemnidad de Todos los Santos. Ante un espectáculo tan exultante sube espontáneamente a los labios la invocación de las letanías: "Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, ten misericordia de nosotros".
De la esperanza al cumplimiento, del deseo a la realización, de la tierra al Cielo: este parece ser, amadísimos hermanos y hermanas, el ritmo según el cual suceden las tres últimas invocaciones de las letanías del Sagrado Corazón. Tras las invocaciones "Salvación de los que en Ti esperan" y "Esperanza de los que en Ti mueren" las letanías concluyen dirigiéndose al Corazón de Jesús como "Delicia de todos los santos". Es ya visión del paraíso: es anotación veloz acerca de la vida del Cielo: es palabra breve que abre horizontes infinitos de bienaventuranza eterna.
2. Sobre esta tierra el discípulo de Jesús vive en la espera de alcanzar a su Maestro, en el deseo de contemplar Su Rostro, en la aspiración ardiente de vivir siempre con Él. En el Cielo, en cambio, cumplida la espera, el discípulo ya ha entrado en el gozo de su Señor (Mt 25,21.23); contempla el rostro de su Maestro, ya no transfigurado durante un solo instante (Mt 17,2; Mc 9,2; Lc 9,28), sino resplandeciente para siempre con el fulgor de la eterna luz ( Hb 1,3); vive con Jesús y de la misma vida de Jesús. La vida del cielo no es más que la fruición perfecta, indefectible e intensa, del amor de Dios - Padre, Hijo y Espíritu Santo- y no es más que la revelación total del Ser íntimo de Cristo, y la comunicación plena de la vida y del amor que brotan de Su Corazón. En el Cielo los bienaventurados ven satisfecho todo deseo, cumplida toda profecía, aplacada toda sed de felicidad, y colmada toda aspiración.
Se dice que hay detalles que marcan la diferencia. ¡Qué expresión tan certera! Sobre todo cuando se trata de educación. El “no” de un padre al capricho de turno de su hijo al pasar por la caja del supermercado es un detalle; el saludar al entrar es un detalle; el pedir por favor y el dar las gracias son detalles. Detalles que marcan la diferencia, que educan.
Ashley Coston es bien consciente de ello. Es profesora de una escuela en Texas (EEUU) y sabe que su trabajo es crucial para construir un mundo mejor: educar a los hombres y mujeres de mañana. Sabe que contribuir a que sus alumnos tengan valores y un infancia feliz aporta esperanza al futuro de la humanidad.
Una mañana publicó en su muro de Facebook un detalle de su día a día con su clase. Un pequeño hábito con el que ha logrado inculcar a sus alumnos para que se aprecien. Cada mañana, antes de entrar en el aula un niño saluda y recibe el buenos días de cada uno de sus compañeros. Muchos se dan la mano y otros, abrazan. El abrazo de un amigo… ¡Qué gesto! ¡Qué detalle!
Comenta la profesora: “Cuando veo la dirección en la que se dirige el mundo, ¡me recuerda que lo que estoy ayudando a marcar la diferencia!
Dios los ama, la Iglesia los abraza: ¡que vivan en castidad!
Durante estos días, instituciones, empresas, agrupaciones de todo tipo sucumben al Orgullo Gay. Es casi una obligación celebrarlo, o tener algún gesto que demuestre algún tipo de adhesión, por miedo a que no les declaren su enemigo. Está por todos lados, pese a que en general la mayoría de la sociedad es ajena a todo ello.
¿Orgullo gay? La vida gay no da felicidad. No a medio ni largo plazo. Al menos eso es lo que reconoce y señala Michael Hobbes, 34 años, reportero de Highline, sección de reportajes de primer nivel de The Huffington Post, “gay perpetuamente soltero” y militante activo de la causa gay.
La vida gay, estadísticamente, aboca a la soledad, la tristeza y la enfermedad. Lo dice él en su reportaje de The Huffington Post publicado bajo el título: "Together alone. The Epidemic of Gay Loneliness [Juntos y solos. La epidemia de soledad gay]". Es un trabajo bien documentado, sobre la base de 15 testimonios de personas gays y de otros tantos estudios estadísticos y sociológicos.
“A lo largo de los años he ido comprobando la divergencia entre mis amigos heterosexuales y mis amigos gays. Mientras la mitad de mi círculo social ha desaparecido entre relaciones de pareja, hijos y casas familiares, la otra se debate entre el aislamiento y la ansiedad, las drogas duras y las prácticas sexuales de riesgo”. Más aún, “los índices de depresión, soledad y abuso de drogas en la comunidad gay permanecen en el mismo lugar en el que han estado durante décadas”, resume. Y los gays "tienen menos amigos íntimos que las personas heterosexuales o que las lesbianas".
Cuando se juntan, se dañan más, dice Hobbes
Más revelador aún: cuando los gays se juntan "en comunidad", en "ambiente", el efecto, en vez de ayudar a las personas, es el de producir más daño, señala él. Un estudio realizado sobre gays recién llegados a Nueva York (es decir, donde eran desconocidos) mostró que el 75% de ellos sufrían o ansiedad o depresión, o abuso de alcohol o drogas, o prácticas sexuales de riesgo, “o alguna combinación de los tres”.
“Para otras minorías”, razona Hobbes, “vivir en comunidad con gente como ellos está ligado a índices más bajos de ansiedad y depresión. Te ayuda estar junto a gente que instintivamente te comprende. Pero, en nuestro caso, el efecto es el contrario. Numerosos estudios han encontrado que vivir en un entorno gay es un factor predictor de mayores índices de prácticas sexuales de riesgo y drogas y de dedicar menos tiempo que otras comunidades a actividades como el voluntariado o la práctica deportiva. Un estudio de 2009 sugería que los gays más vinculados a la comunidad gay estaban menos satisfechos con sus relaciones románticas”.
Los que dejan la vida LGTBI
Es posible salir de esos círculos que las estadísticas dicen que son tan dañinos. Hay personas que lo hacen superando sus sentimientos de atracción del mismo sexo: pueden sentir que esa atracción disminuye hasta desaparecer, y que la atracción al sexo opuesto, aumenta. Otros apuestan por la vía de la amistad casta, la fraternidad, la espiritualidad,renunciando a las relaciones homoeróticas.
En ReL hemos publicado distintos ejemplos y hemos dejado que fuesen ellos, los hombres que han salido del mundo LGTBI, los que hablen con sus palabras, en libertad.
1. Luca di Tolve y la canción Luca era gay
El italiano Luca di Tolve es el autor del libro testimonio Yo fui gay y su historia inspiró, en parte, la canción "Luca era gay" del cantautor Povia en el festival San Remo de 2009.
Fue militante gay, se volcó en lo peor del sexo promiscuo y desprotegido y adquirió el virus del sida. Rezando a la Virgen, en Medjugorje, entendió que su vida podía cambiar. Leyendo los libros del doctor Nicolosi entendió que él podía ser un buen padre y buen esposo de una mujer. Critica la cultura LGTB y ayuda a muchos a dejar ese ambiente acudiendo a Cristo, que en la Biblia afirma: "Venid a mí los cansados y agobiados".
2. Rubén García: prostitución, casi transexual...
Rubén García es hoy uno de los coordinadores de Courage Latino en México, un apostolado para personas que experimentan atracción por el mismo sexo pero que quieren vivir en castidad, como católicos, explorando otras vías afectivas como la fraternidad, la amistad, el parentesco, el servicio y la espiritualidad. Rubén se define como "un hijo de Dios con una atracción al mismo sexo, un católico que vive su fe a pesar de tener esta atracción". De niño su padre, y los niños varones, le trataban con desprecio. En ambientes gays se sentía acogido. Se prostituyó. Cuando creyó tener sida, casi se suicidó, pero una voz divina le detuvo y reorientó su vida hacia la fe, la amistad casta y la fraternidad cristiana.
En el documental "Te puede pasar a ti, capítulo 2", producido por Juan Manuel Cotelo y la productora Infinito + Uno, se dramatiza cómo fue el caso concreto de Rubén.
3. Daniel Talavante: buscando amar de verdad, no un "uso mutuo"
El 24 de agosto de 2016, Daniel Talavante, entonces de 33, explicaba en su cuenta de Facebook como no deja que sus sentimientos homosexuales dictaminen quién es él ni qué orienta su vida. "Lo importante no es combatir, lo importante es mi relación con Cristo que es el que me hace ser feliz", explicaba este joven que vive en Madrid. Después daba más detalles en el programa "Cambio de Agujas" de HM Televisión.
Lo que veía en la vida gay es que no había verdadero amor, sino personas que se usaban. "Yo sentía que no quería a ese chico más que para complacerme a mí mismo y no me sentía querido por él sino usado para lo mismo que yo lo usaba a él. Era como si hubiéramos hecho un contrato, yo le daba cariño y él, a cambio me lo daba a mí, y ambos teníamos que cumplir. Yo no estaba amando de verdad y yo deseaba amar de verdad, pero no podía, solo podía buscarme a mí mismo en el otro y a mi propio placer. [...] Tenía unas amigas (lesbianas) que también rompieron y una de ellas intentó suicidarse. La llevamos al hospital y al poco tiempo, cuando ya estaba en casa un día ella me llamó para hablar conmigo, porque seguía muy mal. Quedamos en una cafetería y ella comenzó a contarme todos sus problemas y miedos y yo no sabía que decirle, la vida me parecía horrible, la suya y la mía..."
Todo cambió cuando se acercó a una parroquia donde fue bien acogido, se confesó y adoptó una vida de castidad y fraternidad cristiana. "En la Iglesia católica yo tengo a mis amigos. Amigos (algunos muy especiales, a los que quiero como a mí mismo, ellos saben quiénes son) que me conocen profundamente y que aún así me quieren (siempre desde la verdad), con los que yo me siento libre, a los que estoy aprendiendo a amar de verdad y ellos aprendiendo a amar a un Dani débil, siempre libres y sinceros conmigo, siempre, como yo lo soy con ellos".
4. Ron Belgau: célibe que fomenta la amistad y el parentesco
“A los antiguos, la amistad les parecía el más feliz y plenamente humano de los amores, corona de vida y escuela de virtud. El mundo moderno, en comparación, la ignora”, escribió CS Lewis en su libro imprescindible Los cuatro amores. Ron Belgau, profesor de ética en la universidad jesuita de St.Louis en Missouri, se define como católico homosexual célibe que acepta la enseñanza de la Iglesia y desde su blog Spiritual Friendship (www.spiritualfriendship.org) fomenta las amistades castas y las relaciones fraternas, algo bueno para todos, no solo para los homosexuales.
Ron Belgau, homosexual casto, cree que la sociedad ha de valorar más la amistad y la familia extensa
Educado en una familia baptista del sur, después de explorar iglesias más "progresistas" se hizo católico a los 24 años, en parte por la defensa que la Iglesia hace del matrimonio.Pero él cree que hay que fomentar también la amistad. “Nuestra cultura actual está tan obsesionada con el amor romántico y pone tanto énfasis en el deseo sexual que menosprecia que la amistad pueda ser tan profunda y dar tanta plenitud como el amor entre hombre y mujer, aunque por su naturaleza lo haga de forma distinta”, insiste. “Yo tengo una familia. A veces la importancia de la familia nuclear nos hace olvidar el resto, con otras relaciones y roles: el ser hermano, el ser tío, el ser hijo… Históricamente, por ejemplo, los tíos y tías solteros han tenido un papel importante en la crianza de los niños”, responde Belgau. Él cree además que el cristianismo y la Biblia llaman a potenciar estas relaciones de parentesco, con hermanos y hermanas, y a no encerrarse en un núcleo exclusivo.
5. Daniel Delgado: fue Miss Texas Gay y drag queen
Daniel Delgado, un hispano de EEUU, creció con un padrastro violento y alcohólico. "Yo tenía miedo de los hombres, no confiaba en ellos, desde niño. Me sentía más seguro con las mujeres, todos mis amigos eran chicas. Crecí con mucha confusión de género. Quería ser chica y no me gustaba ser un varón. También sufrí abusos [sexuales] por parte de miembros de mi familia, desde los seis años. Yo no sabía qué hacer, creía que eso era normal, creía además que todo eso era culpa mía, no decía nada porque no quería problemas. Sentía vergüenza. Me sentía sucio y usado. Los terapeutas me afirmaban en mi confusión de género, me animaban a aceptar mis inclinaciones homosexuales. Con dieciocho años, empecé a vestirme de mujer, me gustaba todo ese mundo de las drag queen. Pensaba: Esto es lo mío, y empecé a vivir mi fantasía de querer ser una chica. Competía en concursos, y hasta me eligieron Miss Texas Gay".
Daniel Delgado quería desesperadamente ser aceptado y amado por los hombres... con Dios eso cambió
Un día una vecina le invitó a ir al grupo de oración de su iglesia. "Todo el mundo se apartó, porque yo llegué con mis zapatos de plataforma, mi poncho y una camiseta que dejaba a ver mi ombligo. Escuché hablar de Jesús, del amor de Dios, de cómo es Jesús… Rezaron por mí en ese momento. Siempre había querido que los hombres me aceptaran y me quisieran, y en ese momento varios hombres rezaron por mí y lloraron por mí. [...] Comencé a ver que otras personas me amaban como era, y que tenían una relación verdadera con el Señor, y me di cuenta de que Dios era de verdad. Me aferré a Jesús como mi única esperanza, comprendí que era digno de amor. Nadie me ordenó cambiar de vida, sólo vi Su amor. Dios se convirtió en el Padre que yo nunca tuve. Y mi vida cambió».
6. Joseph Prever, un experto en existencialismo romántico
Joseph Prever es un norteamericano católico con sentimientos de atracción hacia personas de sexo masculino que vive una vida célibe. Diplomado en Inglés con especialización en existencialismo romántico, escribe en GayCatholic.com, es desarrollador web y escritor independiente, a veces usando su pseudónimo Steve Gershom. Decidió usar su verdadero nombre en su defensa de una vida casta.
Joseph Prever dice que los atajos no valen la pena
"Cuando se topen con un sacerdote que no los entienda; busquen a otro que sí lo haga. Más que nada, no acepten respuestas fáciles, ya sea de izquierda o de derecha. La forma más rápida casi nunca es la correcta y vale la pena transitar el camino más largo", afirma. Es uno de los protagonistas del reportaje The Third Way.
The Third Way (aquí, la versión breve con subtítulos en español) recoge testimonios de católicos con sentimientos homosexuales que buscan vivir en castidad, fe y amistad
7. James Parker: "me acosté con 200 hombres, hoy soy un heterosexual casado feliz"
Hay hombres homosexuales que siguen la vida del celibato y las amistades castas, y otros que logran avivar sus sentimientos heterosexuales y vivir un matrimonio heterosexual feliz. El inglés James Parker es uno de estos.
"Yo había nacido gay, era todo lo que sabía. Llegué a tener 200 parejas sexuales. [...] Siguiendo el consejo de un amigo fui a terapia para resolver mis problemas hacia con las relaciones y el compromiso. No hubo nada brutal o desgarrador en la ayuda que recibí; las historias de terror que escuchamos de algunos de esos documentales sobre el cambio gay-heterosexuales, no se aplicaron aquí. [...] Mis miedos y la ansiedad disminuyeron gradualmente, y empecé a sentirme más aceptado cuando estaba entre hombres y mujeres. Pasé de rechazar constantemente la identidad masculina a abrazarla; mi postura corporal cambió, empecé a caminar más recto y perdí mi manera afeminada de andar. Me cambió el tono de voz de tal manera que la gente incluso me lo solía decir".
James Parker, inglés, dejó primero la promiscuidad, luego la vida gay, y ahora es un padre de familia heterosexual felizmente casado
"Llevo casado con mi mujer ocho años, tenemos una hija de cinco años. Me encanta el arte y el teatro, pero me gustan los deportes de equipo, esos que temía tanto cuando era niño. Una de mis películas favoritas es "Salvar al soldado Ryan" porque trata la amistad profunda entre hombres, algo que nunca antes había disfrutado. ¿Soy ahora exclusivamente heterosexual? algunos me preguntan. La mayoría del tiempo, sí. Para casi todo el mundo la sexualidad surge de manera natural, en mi caso suele ser así, casi siempre. No echo de menos el estilo de vida gay que dejé atrás - cuando visité a mi ex novio, cinco años después de la terapia, pude ver los inconvenientes de esa vida, había contraído el SIDA".
8. Joseph Sciambra: hizo porno gay, se prostituyó... hoy anima a que nadie viva eso
Joseph Sciambra, de California, no conectó bien con su padre. "Mi padre era ambicioso, audaz, ruidoso. Yo no era como él. Mi padre era fuerte y corpulento. Yo no". El consumo de pornografía en su adolescencia fue la puerta de entrada en un plano inclinado que le condujo, años después, a convertirse en actor porno gay y a prostituirse. Tras estar a punto de morir y regresar a la fe en 1999, hoy anima a las personas homosexuales a vivir en castidad con su web josephsciambra.com. Explica que el impacto que le produjo ver rezar el Rosario a su padre fue el empujón que le hizo retomar el amor a la vida y optar por la vida casta y de fe.
9. David Prosen: "Jesucristo es el hombre fuerte y masculino que me rescató"
David Prosen es uno de los testimonios difundidos por el documental "The Third Way: Homosexuality and the Catholic Church".
"Yo me sentía muy triste viviendo en el ambiente gay. Sentía soledad, depresión y un desesperado deseo de ser amado. Sólo quería ser amado y odiaba la persona en la que me había convertido. Cuando encontré a Dios, encontré la esperanza. Encontré la paz y encontré un amor verdadero, auténtico. Supe que Él me amaba de verdad, que le gustaba a pesar de mis imperfecciones o errores. Siempre me había amado totalmente, hasta el punto de que murió por ti y por mí", explica.
Reflexiona sobre los huecos que vivió en su identidad "gay". "Nunca me sentí un hombre viviendo en la cultura gay. De hecho, no sabía quién era; sabía sólo que era gay. No me veía como una mujer, pero tampoco pensaba que fuera un hombre. Entonces me vestía como un "macho" con la esperanza de ser rescatado por un hombre muy masculino que me amara incondicionalmente. Pues bien, sucedió, pero no del modo como yo pensaba. Jesús es el hombre fuerte y masculino que me rescató".
10. Tim Murphy, ateo y gay: Dios le habló, y vivió casto con su pareja
Tim Murphy era monaguillo en la parroquia cuando tenía apenas 6 años y un chico mayor abusó sexualmente de él. Más tarde, a los 18 años, un clérigo también abusó de él. No parece extraño, con estos antecedentes, que en el instituto desarrollara atracción por el mismo sexo y odio hacia la iglesia y Dios. Era un joven sensible e inteligente, enamorado de la literatura, malo en deportes, muy pronto adicto al alcohol, amante de la caza y la poesía. A los 22 años conoció a Alan Sullivan, que entonces tenía 24, y sería su amante durante toda su vida, su editor, amigo y traductor.
El poeta Tim Murphy, con uno de sus libros
En marzo de 2004, con 53 años, Murphy atravesaba muchos problemas y casi se suicidó. Pero entonces una experiencia mística insospechada le acercó a Dios. Y a su amante le pasó algo similar. Ambos pasaron a vivir una vida de fe y de amistad casta.
Hay, por supuesto muchas más historias. Cada viaje es único, pero muchas experiencias se repiten. En el fondo hay un deseo de amar y de ser amado y de vivir con una plenitud y equilibrio que la vida gay no puede dar. No hay motivo para el orgullo gay.
Pedirle que se siente a nuestro lado para dialogar como adultos sobre un problema es algo poco realista
¿A dónde se van nuestros hijos en esos años de adolescente? Es una edad complicada, parece que los hijos nos abandonan, pero no es así. Es un periodo donde necesitan encontrarse consigo mismo, descubrirse, definir su identidad. Necesitan su espacio y por eso se lo toman, aunque con frecuencia nos parezca que sea demasiado. Cuando se siembra bien, se da confianza y se vigila con prudencia, los resultados son positivos. Todos vuelven. Solo hay que saber esperar.
El adolescente es un ser humano que se está formando, que se está haciendo como persona, es un individuo que está en proceso de construcción y cuyo carácter sufre constantes cambios. Su mente es un hervidero de sensaciones y de proyectos, de necesidades y apetencias y, en este sentido, su manera de comunicarse nunca será muy clara. Pedirle que se siente a nuestro lado para dialogar como adultos sobre un problema es algo poco realista.
En concreto:
– Escúchaloprestándole atención y sin interrumpirle. Hay que aprovechar las contadas ocasiones en las que se decide a hablar. Tu actitud al escucharle debe ser como si lo que te estuviera contando fuese lo más importante del mundo (te aseguro que para él lo es, no lo dudes). Deja de hacer lo que estés haciendo, deja, aunque sea por un momento, aparcadas esas tareas que siempre te agobian y que siempre “tienes que hacer”.
Mírale a los ojos, con la mirada franca y sincera, sin que note suspicacia en los tuyos. No estaría de más que, de vez en cuando, el chico te note asentir con la cabeza; es una manera de mantener el contacto con él, para que él vea que hay interés por tu parte en lo que te está contando. Cuando tu hijo habla y, de pronto, cree que no le escuchas, se siente herido y ya sabes que un adolescente, cuando se siente herido, probablemente te ataque verbalmente.
– Entra en su mundo. No permitas que tus prejuicios, es decir aquello que ya conoces de él, o lo que ya piensas de él y de su manera de comportarse, dominen la conversación. Tienes que intentar sintonizar con él, entender que a él también le pasa algo y que él note que tú entiendes que algo le está pasando, que se sienta comprendido, porque ello va a facilitar mucho que se abra y te cuente algunas de sus cosas.
No esperes una gran explicación por su parte ni que te vaya a contar todo lo que hace o todo lo que le preocupa, por eso es importante que le dejes hablar. Los adultos hemos conseguido dominar nuestras emociones con el paso de los años, pero el adolescente no lo ha logrado todavía y sus emociones afloran y se multiplican constantemente. Todo lo que le ocurre, todo lo que él siente, se magnifica, todo se hace más grande, todo le afecta, todo le importa y todo le duele.
– Ofrécele comprensión y apoyo. El mundo del adolescente no tiene término medio, o todo es blanco o todo es negro. Por ello cuando estés ante uno de esos escasos momentos en los que se decide a hablar contigo es necesario que tu hijo se sienta comprendido y apoyado. Es cierto que la mayoría de esas cosas tan “importantes” que le pasan a tu hijo seguramente sean nimiedades, que no tienen ni punto de comparación con los problemas a los que tú como adulto tienes que enfrentarte cada día (hipoteca, facturas, Hacienda…) pero has de pensar que “sus problemas” son “sus problemas”.
– Usa“frases de conexión” con las que tender un puente que le anime a continuar, algo así como “ya veo que esto es importante para ti”, “me doy cuenta que esto te afecta” o “veo que lo estás pasando mal”. Mucha de la incomunicación que se crea entre el adolescente y sus padres tiene su origen, no tanto en lo que se dice sino en el modo en que se dice, en cómo se dicen las cosas.
– Usa buenos tonos evitando constantes amenazas y hablando en positivo. Los padres tenemos la costumbre de hacerles llegar el mensaje alto y claro a nuestros hijos, lo cual en muchos otros contextos se agradece, pero con los adolescentes esta manera de expresarnos no funciona bien. Entendamos pues que elmodo de hablar es fundamental y, por ello, cuidemos tanto el tono de voz como la forma en que nos dirigimos a ellos, seleccionemos bien las palabas que vamos a decir y prestemos atención incluso a los gestos y al lenguaje de nuestro cuerpo.
– Evita comparaciones con otros hermanos u otras personas. Si comparas a tu hijo con alguien que, según tú, “todo lo hace bien”, no solo conseguirás que se ponga a la defensiva y no te haga ningún caso sino que además tenderá a tener una mala relación con esa persona con la que le comparas.
Educar es un arte y nadie nace sabiéndolo. Es la empresa y la responsabilidad más importante de la vida. Nunca hay que dejar de aprender y de ejercitarse en esta área, como por otra parte también los hijos viven su día a día tratando de aprender el arte de vivir y de desarrollarse en su vida personal y social.
En la fiesta de San Pedro y San Pablo, Patronos de Roma, la Iglesia peregrina “va a las raíces de su fe”, ha señalado el Pontífice Francisco en su alocución previa a la oración mariana del Ángelus:
Como marca la tradición de la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, tras haber celebrado la Santa Misa en la Plaza de San Pedro, con la bendición de los palios para los nuevos arzobispos Metropolitanos, el Santo Padre ha rezado el Ángelus este viernes, 29 de junio de 2018, desde el balcón del Palacio Apostólico, junto a los fieles llegados de todo el mundo a la plaza de San Pedro, indica ‘Vatican News’ en español.
“Sus restos mortales, custodiados en las dos Basílicas a ellos dedicadas, son tan queridos por los romanos y por los numerosos peregrinos que vienen de cada parte del mundo a venerarlos”, ha indicado el Papa.
“Abrirse a su misterio”
“¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre?”; “¿Quién dicen que soy Yo?”: el Papa explicó que con estas dos preguntas Jesús “parece decir” que “una cosa es seguir la opinión corriente, y otra es encontrarlo a Él y abrirse a su misterio”, en donde se descubre “la Verdad”, ha reflexionado el Santo Padre a partir del Evangelio, Mateo 16, versículos 13 al 19, que narra el diálogo en el que Jesús interroga a los discípulos acerca de su propia identidad.
“La opinión común –ha matizado el Papa– contiene una respuesta verdadera, pero parcial. Pedro, y con él la Iglesia de ayer, hoy y siempre, responde, por la gracia de Dios, la verdad: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (v. 16)”.
“Tú eres el Cristo”
Así, Francisco ha explicado que a lo largo de los siglos, el mundo ha definido a Jesús de diferentes maneras: “un gran profeta de la justicia y el amor; un sabio maestro de vida; un revolucionario; un soñador de los sueños de Dios”… Y afirmó que se destaca aun hoy, simple y neta, la confesión de Simón, llamado Pedro, un hombre humilde y lleno de fe: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.
“Jesús es el Hijo de Dios”, ha recordado Francisco: por ello “Él está perennemente vivo como eternamente vivo está su Padre. Esta es la novedad que la gracia enciende en el corazón de quien se abre al misterio de Jesús: la certeza no matemática, pero aún más fuerte, interior, de haber encontrado la Fuente de la Vida, la Vida misma hecha carne, visible y tangible en medio de nosotros”.
“Esta es la experiencia del cristiano –ha añadido el Papa– y no es mérito suyo: nosotros cristianos, no es mérito nuestro, sino que proviene de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todo ello está contenido en ‘germen’ en la respuesta de Pedro: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente’”.
Un "horarium" debería ser parte esencial de la vida de oración de todo el mundo
La regularidad en la oración es una de las dificultades más arduas de superar. Quizás cierto día nos sentimos repletos de un gran fervor y rezamos toda una hora, pero al levantarnos al día siguiente, ese fuego se ha apagado y nuestro ajetreado horario termina impidiendo que recemos en todo el día.
Así, nuestra vida de oración se vuelve esporádica, en el mejor de los casos, y no sabemos cuál será el próximo momento en que nos sentaremos a rezar.
Para solucionar ese problema común y crear consistencia en nuestras oraciones, las comunidades religiosas desde los comienzos de la cristiandad crearon el ‘horarium’.
Esta palabra latina significa “de las horas” y se refiere al horario diario específico de oración. Es una tradición con profundas raíces bíblicas, que empiezan en el Antiguo Testamento.
El rey David, quien se cree escribió los Salmos, proclamó: “De tarde, de mañana, al mediodía, gimo y me lamento, pero él escuchará mi clamor” (Salmos 55,18).
Incluso el profeta Daniel parecía tener un horario específico de oración: “Cuando Daniel supo que el documento había sido firmado, entró en su casa. Esta tenía en el piso superior unas ventanas que se abrían en dirección a Jerusalén, y tres veces por día, él se ponía de rodillas, invocando y alabando a su Dios, como lo había hecho antes” (Daniel 6,11).
Entonces, el pueblo judío empezó una tradición de rezar tres veces al día: mañana, tarde y noche.
Con la llegada del cristianismo, al principio los apóstoles de Jesús continuaron observando las tradiciones de los judíos y siguieron rezando en las horas designadas.
Sin embargo, con el tiempo, tres veces al día no parecía suficiente, en especial después de que san Pablo exhortara a los tesalonicenses a “orar sin cesar”.
De modo que los cristianos recurrieron al Antiguo Testamento en busca de orientación. Encontraron en concreto este pasaje: “Siete veces al día te alabo por tus rectos juicios” (Salmos 119:164).
San Benito es famoso por usar estas tradiciones para crear un horario riguroso de oración para sus monjes, que se detenían periódicamente a lo largo del día para rezar.
Cristianos y judíos por igual reconocieron la necesidad de dejar de hacer lo que fuera que una persona estuviera haciendo y dedicar un momento a la oración. No se hacía al azar, sino en momentos específicos del día.
Como resultado, no tenían que estar pensando en la próxima vez que rezarían, sino que era ya algo integrado en su horario.
Las campanas de la iglesia recordaban el compromiso e invitaban a todo el pueblo a hacer una pausa para un tiempo concreto de oración.
Hicieron tiempo para la oración porque sabían lo importante que era tener varios momentos a solas con su querido Señor.
Es similar a cuando se anima a un marido y una esposa a salir de cita juntos regularmente. Les ayuda a construir y solidificar la relación, para ser capaces de capear cualquier temporal.
En una era en la que nuestros horarios están más apretados que nunca, el horarium es extremadamente importante. Arraiga cada día en la oración y la coloca como una prioridad.
El momento exacto y la duración de la oración depende de cada individuo (15 minutos al día es un buen punto de partida), pero lo importante es integrarla en el horario del día a día.
Aunque sin duda todo el día puede ofrecerse “como oración”, sigue siendo vital dedicar momentos específicos del día para tener una charla de corazón a corazón con Dios. Al hacerlo, fomentas una relación más honda con Dios y te abres a las gracias que quiere ofrecerte.
1. Recordemos cuando Jesús se acercó a la pequeña ciudad de Samaria, llamada Sicar, donde se encontraba una fuente que se remontaba a los tiempos del Patriarca Jacob. En aquel lugar encontró a una samaritana, que se acercaba para sacar agua de la fuente. El le dice: "Dame de beber". La mujer responde: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mi, mujer samaritana?". Entonces Jesús replicó: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías a É, y Él te daría a ti agua viva". Y continuó: "El agua que Yo te dé se hará en ti fuente que salte hasta la vida eterna" (cf. Jn 4,5-14). ¡Fuente! ¡Fuente de vida y de santidad!
2.En otra ocasión, en el último día de la fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén, Jesús -como escribe también el Evangelista Juan- gritó diciendo: "Si alguno tiene sed, venga a Mi y beba. El que cree en Mí, según dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su seno". El Evangelista añade: "Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en Él" (Jn 7,37-39).
3. Todos deseamos acercarnos a esta fuente de agua viva. Todos deseamos beber del Corazón divino, que es fuente de vida y de santidad.
En Él nos ha sido dado el Espíritu Santo, que se da constantemente a todos aquellos que con adoración y amor se acercan a Cristo, a Su Corazón.
Acercarse a la fuente quiere decir alcanzar el principio. No hay en el mundo creado otro lugar del cual pueda brotar la santidad para la vida humana, fuera de este Corazón, que ha amado tanto. "Ríos de agua viva" han manado de tantos corazones... y ¡manan todavía! De ello dan testimonio los Santos de todos los tiempos.
4.Te pedimos, Madre de Cristo, que seas nuestra Guía al Corazón de Tu Hijo. Te pedimos que nos acerques a Él y nos enseñes a vivir en intimidad con este Corazón, que es fuente de vida y de santidad.
ACUÉRDATE
Nuestra Señora del Sagrado Corazón
de las maravillas que Dios hizo en Tí.
Te escogió como Madre de Su Hijo
a quien seguiste hasta la Cruz.
Te glorificó con Él,
escuchando con agrado
tus plegarias por todos los hombres.
Llenos de confianza en el Amor del Señor
y en Tu intercesión,
venimos Contigo a las fuentes de Su Corazón,
de donde brotan para la vida del mundo
la esperanza y el perdón, la fidelidad y la salvación.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón,
Tú conoces nuestras necesidades:
habla al Señor por nosotros
y por todos los hombres.
Ayúdanos a vivir en Su Amor.
Para eso alcánzanos las gracias
que te pedimos y las que necesitamos.
Tu petición de Madre es poderosa:
que Dios responda a nuestra esperanza. Amén.
El P. Julio Chevalier MSC, Fundador de la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, ha regalado a la Iglesia un maravilloso nuevo título para la Virgen María, Madre de Dios: "Nuestra Señora del Sagrado Corazón", abogada de las causas difíciles y desesperadas. Este título expresa de manera espontánea la relación de María con el Corazón de Jesús. Es expresión de una espiritualidad mariana misionera, Millones de devotos, especialmente los miembros de la Archicofradía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón y de los Asociados MSC han experimentado su poderosa intercesión. El Papa Juan Pablo II siempre de nuevo invita que invoquemos a la Madre de Dios. Por eso sugerimos rezar al final de cada meditación el "Acuérdate..."
Cuando un hijo plantea a sus padres que no quiere seguir estudiando son muchos los que se sienten frustrados y preocupados por el futuro de su niño.
En la sociedad actual se concede mucha relevancia a la formación y a las calificaciones académicas y a menudo se relacionan la implicación y actuación de los padres en los estudios de sus hijos con los resultados escolares que estos obtienen.
La consecuencia es que muchos padres y madres se vuelcan en la educación de sus hijos e invierten en ella ingentes cantidades de dinero, tiempo y emociones.
Sin embargo, los resultados no siempre son los esperados, como evidencian las elevadas tasas de fracaso escolar.
Según los expertos en educación, la ausencia de recompensa a tanto esfuerzo a menudo tiene que ver con la desorientación de los padres sobre cuál ha de ser su papel en el aprendizaje de los hijos, que les lleva a cometer errores que inciden negativamente en su educación.
A evitar
Estos son algunos errores que no tienen que ver específicamente con los estudios sino con el estilo educativo de la familia, con comportamientos tan recurrentes a la hora de educar. Sin embargo, estos comportamientos afectan negativamente en la evolución escolar de los niños:
El error de convertirnos en los maestros de los hijos
Psicólogos, pedagogos y profesores coinciden en que es un error pretender ser padre y maestro a la vez. Son muchos los padres que ayudan a sus hijos a hacer los deberes, que estudian con ellos y les explican la lección, que corrigen sus trabajos.
Si los niños se acostumbran desde pequeños a tener a alguien por encima de ellos para trabajar se vuelven dependientes y en lugar de desarrollar la necesaria proactividad en los estudios, se relajan y esperan, y acaban necesitando a alguien que les tutorice constantemente, actitudes muy contrarias al verdadero desarrollo de la autonomía en los hijos.
Un rasgo muy habitual en las familias actuales es el afán de sobreestimular a los niños desde bebés para que desarrollen rápidamente sus capacidades, y eso se traduce en llenar la cuna de artilugios, en un abuso de los juegos didácticos, en querer que sepan leer y escribir con cuatro años o en apuntarles a innumerables actividades extraescolares para descubrir y potenciar su talento.
Ese afán de que los hijos sepan muchas cosas y cuanto antes mejor provoca una sobreestimulación que, lejos de lograr una evolución cognitiva más rápida y talentos por encima de lo normal, suele tener efectos contraproducentes en forma de problemas de atención, de falta de concentración, de hiperactividad
“Abundan los casos donde el nivel de exigencia de los padres supone un listón demasiado alto para el niño en cuestión y eso puede provocar desmotivación, crecientes resistencias e incluso una baja autoestima que haga cada vez más difícil todo lo relacionado con el estudio” (Ángel Peralbo).
Educar a los hijos a saber afrontar los propios límites y las frustraciones de la vida cotidiana.
Se trata de un camino de crecimiento sano y realista, que ayudará a los hijos a sentirse normales y a poder demostrar gradualmente sus progresos sin sufrir tensiones y presiones inútiles.
La escuela, la educación, el aprendizaje requiere tiempo y por consiguiente paciencia.
El afecto que los hijos perciben es la motivación más sana para garantizar la constancia en esta ardua empresa.
Cada hijo es único e irrepetible y posiblemente sean también muy distintos a nosotros. Darles su espacio para que realicen su vida y encuentren su identidad y su personalidad sin que por ello sean como los padres, es una grande manifestación de afecto y verdadero amor hacia cada uno de los hijos.
Cambian las generaciones y las circunstancias pero nunca cambiara el valor del amor hacia los propios hijos y la necesidad de ofrecerles lo mas importante para sus vidas: La educación en la autonomía.
La página de, recoge para sus seguidores algunos de sus pensamientos relacionados con temas importantes para padres e hijos.
Para reflexionar un poco más sobre esta cuestión, hemos traducido al español alguna de las citas de Içami Tiba, psiquiatra brasileño y experto en educación fallecido en 2015.
¿Cuánto cuesta un hijo cuando repite el año? El cálculo no es solamente matemático, también afectivo.
El hijo necesitará conocimiento, información. Pero para triunfar en la vida tendrá que tener competencia y para ello, necesitará querer “aprender siempre”. No sirve hacer bien una cosa y quedarse parado ahí, siempre repitiendo lo mismo: es necesario evolucionar.
Tenemos también que transmitirle el “gusto por el estudio”, pues el hijo no sabe aún cuánto le hará falta en su vida futura. Tienes que ser “íntegro”, no sirve excusarle. Tienes que decirle la verdad: que no fue aprobado porque no hizo lo que debía.
Además , necesita “disciplina”: no sirve que la persona sea inteligente si no tiene disciplina porque si la inteligencia no es puesta en práctica a través de la disciplina tampoco se formará la competencia. Y lo más importante de todo es la “ética”, la integridad y la legitimidad”.
Desgraciadamente, para quien no tiene educación, la corrección entra por un oído y sale por el otro. Pero si los papás corrigieran a su hijo y este no reaccionara, y a continuación los papás no reaccionara a eso, de nada serviría la corrección.
Para poder corregir a los niños, antes han de fijar unas reglas claras. Si el hijo no sabe lo que debe hacer, ¿cómo van a corregirle?
Tiene que haber una relación de compromiso y si el hijo no cumple el compromiso desde el principio del año él repetirá. Si ha repetido un año, los papás no deben esperar que el hijo “haya aprendido” y que el año siguiente haga las cosas de forma diferente. No es equivocándose como se aprende. ¡Es corrigiendo el error como se aprende!
¡Amar no es sólo criar, amar es educar y educar es preparar para la vida!
El objetivo principal del Sínodo es “hacer que toda la Iglesia tome conciencia de su importante y nada facultativa tarea de acompañar a cada joven, ninguno excluido, hacia la alegría del amor” ha expuesto el Cardenal Baldisseri.
En segundo lugar, tomando esta misión en serio, “la Iglesia misma podrá readquirir un renovado dinamismo juvenil”, ha continuado, y en tercer lugar, también es importante para la Iglesia “aprovechar esta oportunidad de discernimiento vocacional, con el fin de descubrir cómo puede responder mejor hoy a su llamada a ser alma, luz, sal y levadura de nuestro mundo”.
Esta mañana, a las 11 horas, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha tenido lugar la conferencia de presentación del Instrumentum laboris de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos cuyo tema es: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional” (3-28 octubre 2018).
Han intervenido el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos; Mons. Fabio Fabene, Subsecretario; P. Giacomo Costa, S.I., Secretario Especial de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y Don Rossano Sala, S.D.B., Secretario Especial de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
El documento, fechado el 8 de mayo de 2018, se compone de tres partes que en conjunto contienen 13 capítulos, introducción y conclusión. El texto del documento en español se publicará en Zenit en los próximos días.
Camino sinodal
El “camino sinodal” comenzó inmediatamente para la redacción del “documento preparatorio”, publicado el 13 de enero de 2017, junto con la “Carta a los jóvenes” del Papa Francisco.
Este documento contenía un “Cuestionario” destinado principalmente a conferencias episcopales, sínodos de Iglesias Católicas orientales y otras organizaciones de la Iglesia: 15 preguntas dirigidas a todos, tres preguntas específicas para cada continente y un llamado a compartir “buenas prácticas” experimentadas.
El Cardenal Baldisseri ha mencionado también el “Seminario internacional sobre la situación de los jóvenes”, que tuvo lugar del 11 al 15 de septiembre de 2017, con la participación de expertos y jóvenes, para tener en cuenta la situación de los jóvenes de hoy”.
También se celebraron diferentes iniciativas para “involucrar a los jóvenes”, comenzando con un “Cuestionario en línea” en diferentes idiomas y también traducido por las Conferencias Episcopales: alrededor de 100.000 jóvenes enviaron sus respuestas.
También se realizó la “Reunión pre-sinodal” de jóvenes, en Roma, del 19 al 24 de marzo de 2018, donde 300 jóvenes de los cinco continentes estuvieron físicamente presentes, mientras que otros 15.000 jóvenes participaron en la reunión gracias a las redes sociales. Al término de la reunión, el Domingo de Ramos, día en que se celebró la Jornada Mundial de la Juventud a nivel diocesano, los jóvenes entregaron al Papa el documento final que prepararon.
Esta iniciativa –ha señalado el Cardenal Baldisseri– demuestra “la expresión del deseo de la Iglesia de escuchar a todos los jóvenes sin exclusión”.
Ejercicio de discernimiento
Como consecuencia de los propósitos para el Sínodo, el Instrumentum laboris–ha descrito Baldisseri– está redactado según el “método del discernimiento”. Es decir, el mismo Sínodo “es un ejercicio de discernimiento”, cuyo proceso se realiza dando los mismos pasos que ayudan a todos los jóvenes a arrojar luz sobre su vocación.
El Papa Francisco, en Evangelii Gaudium 51, presenta el proceso de discernimiento con tres verbos: reconocer, interpretar, elegir. Por esta razón, el texto se divide en tres partes, cada una refiriéndose a uno de los tres verbos.
Reconocer
El primer paso del discernimiento está marcado por el verbo reconocer. Inmediatamente viene a la mente el relato de Emaús, donde se dice que “se les abrieron los ojos y lo reconocieron” (Lc 24,31). Por lo tanto, es evidente que “reconocer” no es un ver genérico o un simple escuchar, sino que dice mucho más: se trata de dejarse habitar por la gracia para tener la mirada del discípulo, una comprensión de la realidad que es capaz de ver con el corazón, la inteligencia que surge de las entrañas de misericordia que moran en cada uno de nosotros. “Reconocer” significa participar de la mirada de Dios sobre la realidad, observando la forma en que Dios nos habla a través de ella.
Interpretar
El segundo pasaje se centra en el verbo interpretar. La realidad es más importante que la idea, pero las ideas se vuelven necesarias cuando se reconocen las llamadas que provienen de la realidad. Se necesita un marco de referencia para interpretar la realidad; de lo contrario, se es presa de la superficialidad. Es necesario profundizar, hacia un nivel bíblico y antropológico, teológico y eclesiológico, pedagógico y espiritual. Las buenas ideas iluminan, aclaran, desatan nudos, ayudan a desenredar la madeja, a vencer la confusión y resolver la fragmentación, acompañando hacia una visión integral y sinfónica.
Elegir (discernir)
El tercer momento se concentra en la necesidad de elegir. Después de reconocer e interpretar, la fase más delicada e importante es tomar decisiones valientes y previsoras a la luz del camino recorrido. El discernimiento corre demasiadas veces el peligro de encallarse en el análisis interminable de muchas interpretaciones diferentes, que no llegan a buen término, es decir, a las decisiones concretas, proféticas y prácticas. Por eso es importante completar el camino a través de opciones compartidas que nos ayudan en nuestro recorrido de conversión pastoral y misionera.
Con Deborah Castellano Lubov, zenit.org
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Esta es nuestra traducción de los principales títulos del documento.
Introducción
1. Reconocer: la Iglesia escucha la realidad
Cap.1 Ser joven hoy
Cap.2 Experiencias y lenguajes
Cap.3 En la cultura del descarte
Cap.4 Desafíos antropológicos y culturales
Cap.5 Escuchando a los jóvenes
II.Interpretar: Fe y discernimiento vocacional
Cap.1 La bendición de la juventud
Cap.2 La llamada a la luz de la fe
Cap.3 La dinámica del discernimiento vocacional
Cap. 4 El arte de acompañar
III. Elegir (discernir): Caminos de conversión pastoral y misionera