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miércoles, 16 de febrero de 2022

Cómo formar la afectividad


 

Cómo formar la afectividad

Francisco Insa en Con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Formar la afectividad en clave cristiana, (Ed. Palabra, 2021, 335 págs.) afronta un tema de la máxima actualidad para la labor educativa, sea en el seno de la familia, la escuela o la comunidad cristiana: la formación de la afectividad.

Francisco Insa es sacerdote, médico psiquiatra y actualmente profesor de la Universidad de la Santa Croce de Roma donde imparte cursos sobre la formación de la afectividad dirigidos a padres, educadores y formadores de sacerdotes. Está por eso especialmente cualificado para afrontar el tema de este libro: "ayudar a la formación de los formadores en los aspectos psicológicos de la persona" (pág. 14). Parte Insa de la constatación de que los seres humanos somos espíritu, cuerpo y psique y del dato de que tradicionalmente la educación en ambientes cristianos ha prestado mucha atención a los aspectos intelectuales y espirituales, pero quizá descuidando los vinculados a la afectividad; lo que ha podido  incentivar deformaciones como el intelectualismo, el voluntarismo o el sentimentalismo (pág. 10).

Con este libro el profesor Insa pone a disposición de todos los educadores – y todos lo somos, pues todos somos padres, abuelos o amigos de nuestros amigos; y además algunos son profesionales de la educación de otros- un análisis serio de la complejidad del ser humano y de la relevancia que los factores afectivos tienen en la conformación de la personalidad; y, por tanto, de la importancia que han de tener en toda labor de formación.

El libro se divide en cuatro partes que pueden leerse independientemente según los intereses del lector, pero que constituyen un conjunto homogéneo que puede ser muy útil no solo para los formadores de terceros, sino para cada uno en la labor de la propia auto comprensión que es esencial en el proceso de maduración personal. Estas cuatro partes se ocupan de: 

  1. a) la descripción de la personalidad y la afectividad, con interesantes criterios para avanzar hacia una madurez integral (págs. 17 y ss.). El criterio de integración es fundamental en el proyecto educativo que el libro propone: formar la personalidad es integrar de forma ordenada las distintas dimensiones del ser humano.

El autor describe la personalidad como "un modo estable de relacionarse con uno mismo, con los demás y con el mundo" (pág. 20) que se manifiesta en emociones, pensamientos y conductas; es dinámica y evolutiva y tiene dos dimensiones: el temperamento (más vinculado a la genética y la herencia) y el carácter (más unido a lo adquirido y más susceptible de cambio). A partir de esta descripción, Insa analiza el proceso de formación de la personalidad con las notas de madurez y equilibrio (págs. 32 y ss.) y resaltando en clave cristiana que la esencia de nuestra personalidad es que somos dignos de ser amados y de existir porque todo un Dios nos quiere con locura (pág. 57). A partir  de estos principios estudia qué es la afectividad y la construcción de una personalidad madura.

Esta parte del libro puede ser muy ilustrativa y útil para todos los que debemos formar a otras personas, pues ayuda a reflexionar sobre las distintas dimensiones de lo humano con una visión holística y poniendo cada pieza en su sitio en un proceso dinámico, sin perder de vista que -para un cristiano- el eje de nuestra identidad personal es el amor de Dios por cada uno. 

  1. b) el análisis de las distintas fases del ciclo vital. (págs. 83 y ss.)

en esta segunda parte o sección del libro se analizan consecutivamente la infancia y adolescencia, la edad adulta, la tercera edad y la fase final de la vida. Imposible resumir las variadas informaciones útiles para cualquier formador de personas en cada una de esas fases, pero sí merece la pena resaltar que la experiencia sacerdotal y clínica del autor le permite dar luces muy concretas para identificar, clarificar y proponer soluciones a los problemas singulares típicos de cada etapa.

Dada mi edad, me he detenido con especial atención en el capítulo dedicado a la tercera edad (págs. 139 y ss) y les aseguro que me ha sido muy útil para centrar muchas ideas y preocupaciones que forman parte de mi momento vital.

  1. c) la dimensión sexual de la persona (págs.175 y ss)

Insa dedica esta tercera sección a la virtud cristiana de la castidad a partir de la idea de que la sexualidad es algo muy bueno si se vive con orden (pág. 186) y de la idea muy fructífera de una sexualidad integrada en el conjunto de las dimensiones de la persona al servicio de la capacidad de amar con todo el corazón (pág. 188). 

En un capítulo específico (págs. 197 a 213) de especial interés hoy, el autor analiza la que llama la "adicción del siglo XXI", la pornografía , demostrando una clarividencia muy de agradecer sobre la trascendencia, efectos y formas de afrontar esta patología, cuyo conocimiento es hoy imprescindible para cualquier educador. Hay también sendos capítulos sobre cómo ayudar hoy a vivir la castidad y sobre el celibato cristiano, que me parece pueden dar luces relevantes a los padres preocupados por transmitir a sus hijos hoy ideas claras sobre la relevancia para su felicidad de la responsabilidad en materia sexual y a quienes deben ayudar a quienes se ven llamados al celibato.

  1. d) el estudio de las patologías psiquiátricas hoy más frecuentes (págs. 259 y ss) es la última parte del libro.

El epílogo del libro (págs. 307 in finem) merece ser leído por todo formador, incluso como lectura independiente, pues en él se transmiten experiencias y criterios lúcidos sobre "un estilo formativo sano" que seguro ayudará a padres, profesores, sacerdotes y cualquiera que deba acompañar a otros en su proceso de maduración humana y espiritual. El autor distingue entre

+  el estilo formativo sano de quienes se preocupan de formar personas libres, que “Entienden lo que es bueno para ellas, lo hacen suyo y tratan de ponerlo en práctica en las distintas circunstancias de la vida. Es el estilo de quienes se detienen a explicar los porqués desde el punto de vista del interesado, es decir, no enumerando reglas o criterios impuestos desde fuera, sino haciendo ver que el contenido de esas reglas tiene raíces muy profundas y que su cumplimiento es lo mejor para él: le ayudará a ser mejor persona” (pág. 309).

+ y “un estilo formativo insano que oprime a la persona porque no fomenta ni respeta su libertad, se empeña en que el sujeto mejore algunos aspectos pero se olvida de la globalidad de la persona, se conforma con que cumpla sus obligaciones sin atender a que interiorice el porqué, sobrecarga con reglas, desconfía, controla, coacciona, etc” (pág. 310).

Entender la complejidad de la afectividad humana y su radical relevancia en la formación de la personalidad es hoy fundamental en toda labor educativa. Este libro ayuda a ello con una sólida base antropológica teórica y práctica y con criterio cristiano.

Benigno Blanco ReL

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