Evangelio según San Lucas 6,27-38.
Jesús dijo a sus discípulos: |
«Yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. |
Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. |
Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. |
Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames. |
Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. |
Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman. |
Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. |
Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo. |
Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos. |
Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. |
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. |
Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes». |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Santa Catalina de Siena (1347-1380) |
¡Por amor de su misericordia!
¡Oh eterna misericordia que cubre las faltas de sus criaturas! No me asombra que diga, de los que salen del pecado mortal para volver a usted: “¡No recuerdo que alguna vez me haya ofendido!” Oh misericordia inefable, no me asombra que diga eso a los que salen del pecado, cuando escucho decir de los que lo persiguen: “Quiero que recen por ellos para que les haga misericordia”. (…) |
Su misericordia da la vida y la luz que nos hace conocer su clemencia por toda criatura, por justos y pecadores. En lo más alto del cielo, su misericordia brilla en los santos. Si miro la tierra, su misericordia abunda. En las tinieblas del infierno, su misericordia también brilla (…). Su misericordia hace más suave su justicia. Por misericordia nos lavó en la sangre, por misericordia ha querido conversar con sus criaturas. (…) |
¡Oh Misericordia!¡Mi corazón es un fuego cuando pienso en usted! ¡En cualquier lugar que mi espíritu de vueltas, sólo encuentro misericordia! ¡Oh Padre eterno, perdone mi ignorancia y que yo sea tan presuntuosa para hablar delante de usted! El amor de su misericordia será una excusa frente a su Bondad. (EDD) |
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