Aquí podemos ofrecerle sólo unos pocos aspector de las mil maravillas de la Santa Misa
Los consagrados se ofrecen a sí mismos en Cristo. |
Al ofrecer la víctima divina, los consagrados se ofrecen a sí mismos con ella; pero lo hacen en fidelidad al propio carisma. Entiende, por tanto, modular también esta acción de gracias con gestos excesivos de amor, cuales son sus votos, en correspondencia al amor excesivo de Cristo redentor. Cardenal Antonio María Javierre Ortas S.D.B. |
Para que nos libre. |
...Por lo tanto, que nos toque también (Jesús), o más bien toquémosle nosotros a él por la bendición mística (la Santa Misa), para que nos libre también a nosotros de las enfermedades del alma y de la incursiones del demonio. San Cirilo de Alejandría, Doctor de la Iglesia |
Cuánta utilidad se saca de tocar su santa Carne. |
Y considera de nuevo cuánta utilidad se saca de tocar su santa Carne; porque expulsa muchas enfermedades y multitud de demonios, arruina el poder del demonio y sana en un momento a una tan grande muchedumbre... San Cirilo de Alejandría, Doctor de la Iglesia |
Una fuerza cual conviene a Dios. |
...Aunque podría obrar milagros sólo con su palabra o con una señal de la cabeza, con todo, para enseñarnos algo de lo que nos era necesario, impone también las manos a los enfermos. Porque convenía que aprendiéramos que aquella carne santa que él se había hecho propia injertando en ella una fuerza cual convenía a Dios, llevaba en sí la eficacia del poder del Verbo. ... San Cirilo de Alejandría, Doctor de la Iglesia |
Contemplando a María. |
Contemplando a María, comprenderemos mejor la fuerza transformadora que posee la Eucaristía. Al escucharla a ella, encontraremos en el misterio eucarístico la valentía y el vigor para seguir a Cristo, buen Pastor, y para servirle en los hermanos. San Juan Pablo II |
Bésame con el beso de tu boca. |
Bésame con el beso de tu boca. (Cant 1,2) ¡Oh, Verbo Eterno, nunca me pareces más grande que cuando te disfrazas de pan para besar más fácilmente mi alma! La Santa Misa, sí, la Santa Misa es el beso del Eterno a la pobre y frágil criaturilla suya. Sierva de Dios Teresa Mª de Jesús Ortega, op |
Reflexión diaria |
No somos nosotros los que vivimos la Santa Misa. |
La Santa Misa ni se oye, ni se canta, ni se vive. No somos nosotros los que vivimos la Santa Misa, es ella quien nos vive a nosotros. Coge nuestras vidas y las arrolla, las envuelve, las lanza, las sumerge en el infinito, las pierde en lo eterno, las abisma en el misterio. Sierva de Dios Teresa Mª de Jesús Ortega, op |
Todo el Misterio del Verbo Encarnado está contenido en la Hostia Santa. |
Todo el Misterio del Verbo Encarnado está contenido en la Hostia Santa, con los encantos inefables de la humanidad y la infinita grandeza de la Divinidad, una y otra veladas. San Alberto Hurtado |
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