Aquí podemos ofrecer sólo unos pocos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa Ofrécete a ti mismo en sacrificio y comulga en el pensamiento. |
En la soledad de los desiertos, en la obscuridad de las prisiones, vuélvete hacia todos los altares del mundo en los que Cristo se ofrece en sacrificio: ofrécete a ti mismo en sacrificio y comulga en el pensamiento. Tu corazón rebosará de valor y de consuelo. Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan |
La Santa Misa es el acto de religión más sagrado. |
Sepan, oh cristianos, que la Misa es el acto de religión más sagrado. No pueden hacer otra cosa para glorificar más a Dios, ni para mayor provecho de su alma, que asistir a Misa devotamente y tan a menudo como sea posible. San Pedro Julián Eymard |
La Eucaristía produce una transformación progresiva. |
La Eucaristía produce una transformación progresiva en el cristiano. Es el Sol de las familias y de las Comunidades. Santo Tomás de Aquino |
Fueron las Misas más bellas de mi vida. |
Cuando me encarcelaron en 1975 --recordó el prelado vietnamita--, me vino una pregunta angustiosa: "¿Podré celebrar la Eucaristía?" No podré expresar nunca mi alegría: celebré cada día la Santa Misa con tres gotas de vino y una de agua en la palma de la mano. Cada día pude arrodillarme ante la Cruz con Jesús, beber con él su cáliz más amargo. Cada día, al recitar la consagración, confirmé con todo mi corazón y con toda mi alma un nuevo pacto, un pacto eterno entre Jesús y yo, a través de su sangre mezclada con la mía. Fueron las Misas más bellas de mi vida. . . Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan |
Delicioso Manjar. |
Cuando la abeja ha recogido el rocío del cielo y el néctar de las flores más dulce de la tierra, se apresura a su colmena. De la misma forma, el sacerdote, habiendo del altar al Hijo de Dios (que es como el rocío del cielo y verdadero hijo de María, flor de nuestra humanidad), te lo da como manjar delicioso. San Francisco de Sales |
El hombre debería temblar. |
El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el Cielo entero debería conmoverse profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en las manos del sacerdote. San Francisco de Asís |
Tres eternidades. |
Para ofrecer bien el Santo Sacrificio se necesitarían tres eternidades: una para prepararla, otra para celebrarla y una tercera para dar gracias. San Juan Eudes |
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