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sábado, 24 de septiembre de 2022

Evangelio del día


Evangelio según San Lucas 9,43b-45.

Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
"Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres".
Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Bulle

Santo Tomás de Aquino (1225-1274)
dominico, teólogo, doctor de la Iglesia
Comentario a la carta a los Gálatas, 6


Nuestro título de gloria: El Hijo del hombre, entregado a las manos de los hombres

    “En cuanto a mí, dice San Pablo, jamás presumo de algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo.” (Gal 6,14) “Mira, dice San Agustín, ahí donde el sabio de este mundo pensó encontrar la vergüenza, el apóstol Pablo descubre un tesoro.” Lo que a los otros les parecía una locura se convirtió para él en sabiduría y causa de gloria. (cf 1Cor 1,17ss)
    Cada uno considera glorioso lo que le hace grande ante sus propios ojos. Si uno se cree un gran hombre porque es rico, se gloría de su riqueza. El que no ve grandeza más que en Jesucristo, se gloría sólo de él. Así era San Pablo: “Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.” (Gal 2,20) Así sólo se gloría en Cristo, y ante todo en la cruz de Cristo. En ella se encierran todos los motivos que uno puede tener para gloriarse.
    Hay gente que se gloría de la amistad con gente rica e importante. Pablo no tiene necesidad más que de la cruz de Cristo para descubrir el signo más evidente de la amistad de Dios. “La prueba que Dios nos ama es que Cristo, cuando aún éramos pecadores, murió por nosotros.” (Rm 5,8) No, no hay nada que manifieste más el amor de Dios para con nosotros que la muerte de Cristo. “Oh testimonio inestimable del amor, exclamó San Gregorio, para rescatar al esclavo entregaste al Hijo.”(EDD)

Oración

Divino Señor, hoy estoy aquí en tu presencia para darte gracias por todas las bendiciones que derramas a cada instante en mi vida, por la misma vida y por el amor infinito que puedo sentir en tu obra cada día.  
Gracias por mi vida, por mi salud y por los sentidos que me has dado para a través de ellos sentir tu creación.
Gracias por mi trabajo, mi familia y la gente que hace parte de mi vida, trayendo cada día nuevas experiencias y aprendizajes.
Gracias por las lecciones maravillosas con apariencia de dificultades que he podido superar.
Gracias por hacerme más fuerte cada día.
Gracias porque mi fe en ti es cada día más sólida. 
Gracias por la familia donde nací y crecí.
Gracias por todas las veces que has perdonado mis fallas humanas.
Gracias porque tú me provees cada día con amor.
Gracias por la naturaleza que se renueva una y otra vez para proveernos y cuidarnos.
Gracias por todos los logros que he tenido.
Gracias por que cuando me siento desfallecer tu siempre me tiendes la mano.
Gracias por que cada día las personas buenas en el mundo somos más.
Gracias porque nunca me siento solo/a, porque estás tú y tus ángeles cuidándome y protegiéndome.
Gracias porque siempre estás disponible para mí, aunque a veces te ofenda o me aparté de ti.
Gracias por verme con ojos de misericordia.
Gracias Señor por el sacrificio en la Cruz por amor a mí.
Gracias porque ves mis fortalezas y no mis debilidades.
Amén.

(oraciones.dev)























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