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sábado, 27 de mayo de 2023

Especialmente para aquellos que NO suelen ir a Misa los Domingos

 Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa

La Santa Misa es el compendio de todo lo bueno que hay en la Iglesia.

"La Misa de tal sacerdote toma demasiado tiempo, es una Misa de Semana Santa y cuando veo que se acerca al altar escapo de la iglesia".

Los que así se expresan dan bien a entender que en poco, mejor dicho, que en nada aprecian el adorable sacrificio de la Misa.

¿Sabes lo que es en realidad la Santa Misa? Es el sol del mundo cristiano, el alma de la fe, el centro de la Religión católica, hacia el cual convergen todos los ritos, todas las ceremonias y todos los Sacramentos; en una palabra, es el compendio de todo lo bueno, de todo lo bello que hay en la Iglesia de Dios.

San Leonardo de Porto-Maurizio

Que vuestros hijos espirituales se acerquen frecuentemente a la Eucaristía.

Hermanos, esforzaos por convencer a los fieles que su más excelsa ocupación es asistir a la Santa Misa y que la máxima dignidad que se puede esperar es participar del Santo Sacrificio de la Eucaristía. Nunca os sintáis satisfechos de vuestro trabajo espiritual si no lográis ver a vuestros hijos espirituales acercarse frecuentemente a la Eucaristía.

S.S. Pio XII


Cada Misa tiene un valor infinito.

Cada Misa tiene un valor infinito, inmenso, que nosotros no podemos comprender del todo: alegra toda la corte celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones, y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los santos, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y todo lo que hagan hasta el fin de los siglos.

San Juan María Vianney; Sermón sobre la Santa Misa

Sé sacrificio y sacerdote de Dios.

Así amonesta San Pedro Crisólogo: "Sé sacrificio y sacerdote de Dios; no pierdas lo que te dió la Divina Autoridad. Revístete de la estola de la santidad; cíñete con el cíngulo de la castidad; sea Cristo, velo sobre tu cabeza; esté la Cruz como baluarte sobre tu frente; pon en tu pecho el sacramento de la ciencia divina; quema siempre el perfume de la oración; aferra la espada del espíritu; haz de tu corazón como un alar y ofrece así seguro tu cuerpo como víctima a Dios... Ofrece la fe, de modo que sea castigada la perfidia; inmola el ayuno, para que cese la voracidad; ofrece en sacrificio la castidad, para que muera la lujuria; pon sobre el Altar la piedad, para que sea depuesta la impiedad; invita la misericordia, para que sea destruida la avaricia; y para que desaparezca la insensatez conviene inmolar la santidad; así tu cuerpo será tu hostia, si no está herido con algún dardo del pecado" Serm. CVIII: Migne-P.L. LII, 500, 01

S.S. Pio XII
Menti Nostrae
La Santidad de la vida sacerdotal**

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