DIA NOVENO
Mira nuestra confianza, atiende nuestra súplica y muéstrate siempre Madre nuestra. Amén.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, hemos llegado al término de esta novena. Nuestra confianza en tu bondad y en el poder de tu intercesión no ha cesado de crecer al contemplar tu gracia y tu belleza, el meditar la extraordinaria relación de amor que te une al Corazón de tu Hijo.
Y, aunque no seamos escuchados en el momento y del modo deseado, guardaremos siempre la misma confianza filial: Pues nuestra plegaria nunca es inútil, y Tú sabes mejor que nosotros lo que conviene a nuestro bien espiritual. Continuaremos rogándote: renovaremos, si es preciso, nuestra novena, pues la perseverancia es el medio más seguro para manifestarte nuestra confianza y profundizar, gracias a Ti, lo que el Señor espera de nosotros.
No obstante, desde ahora estamos ya seguros: Tú nos has escuchado de una u otra manera, pues una Madre no puede permanecer insensible a la llamada de sus hijos, por pecadores e indignos que sean. Por eso te damos ya las gracias, Virgen poderosa y buena, Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Ya lo ves, Madre amantísima, nuestra confianza descansa en Ti. Mira a tus hijos una vez más; ellos tienden sus manos hacia Ti. Escucha sus llamadas;
danos la paz, danos el amor de tu Hijo y entonces podremos hacer plenamente la Voluntad del Padre.
Y, si en nuestra vida sobrevienen todavía pruebas, guárdanos en la misma confianza y en la misma paz. Vela siempre sobre nosotros, para que en la hora de nuestra muerte tengamos la alegría de ser recibidos por Ti junto a tu Hijo.
Hoy, como en nuestros últimos instantes, permanece con nosotros, muéstrate siempre Madre nuestra. Amén.
ORACIÓN DEL ACORDAOS PARA TODOS LOS DÍAS
ACORDAOS, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza en vuestros merecimientos, acudimos a implorar vuestra protección. ¡Oh celeste Tesorera del Corazón de Jesús, de ese Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias, y el que podéis abrir a vuestro gusto para derramar sobre los hombres todos los tesoros de amor y de misericordia, de luz y de salvación que encierra! Concedednos, os lo suplicamos, los favores que solicitamos.
No, no podemos recibir de Vos desaire alguno, y puesto que sois nuestra Madre, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, acoged favorablemente nuestros ruegos y dignaos atenderlos. ¡Así sea!
¡Ntra. Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros!
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