El Papa pone al jesuita italiano Matteo Ricci, misionero en China en el siglo XVI,
como ejemplo de celo apostólico
En la catequesis de la audiencia pública de este miércoles, el Papa Francisco ha continuado con su ciclo de grandes misioneros, ejemplos de celo apostólico que él propone. Si el 17 de mayo presentaba al jesuita español San Francisco Javier como "el mayor misionero de todos los tiempos", y en otra ocasión exploró la figura de San Pablo, esta vez se ha centrado en otro misionero jesuita en Extremo Oriente, el italiano Mateo Ricci, que logró difundir el cristianismo en la corte china en el s.XVI y aún hoy es respetado por las autoridades chinas.
En diciembre, el Papa Francisco reconoció las virtudes en grado heroico de Matteo Ricci, que es ya Venerable para la Iglesia, y sólo requiere de que se le atribuya un milagro para ser proclamado beato.
Se da la circunstancia de que el Papa Francisco, siendo un joven jesuita, pidió ser enviado como misionero a Asia, pero por razones de salud sus superiores no lo consideraron adecuado.
Los méritos de Matteo Ricci
"Matteo Ricci, después de estudiar en los colegios jesuitas y de haber entrado él mismo en la Compañía de Jesús, entusiasmado por los informes de los misioneros que escuchaba y entusiasmado, como muchos otros jóvenes que lo escucharon, pidió ser enviado a las misiones del Lejano Oriente. Después del intento de Francisco Javier, otros veinticinco jesuitas habían intentado sin éxito entrar en China".
"Pero Ricci y uno de sus hermanos se prepararon muy bien, estudiando cuidadosamente el idioma y las costumbres chinas, y finalmente lograron establecerse en el sur del país. Le costó 18 años, con cuatro paradas en cuatro ciudades diferentes, antes de llegar a Pequín, que era el centro. Con perseverancia y paciencia, animado por una fe inquebrantable, Matteo Ricci supo superar las dificultades, los peligros, la desconfianza y la oposición", detalló el Papa.
Primera fuerza de Ricci: la amistad
"Siempre siguió el camino del diálogo y la amistad con todas las personas que encontraba, y esto le abrió muchas puertas para anunciar la fe cristiana. Su primer trabajo en idioma chino fue un tratado sobre la amistad, que tuvo una gran resonancia", destacó el Papa.
Segunda fuerza de Ricci: estar abierto a la cultura
En China Ricci vio que vestirse de "religioso" (de bonzo) no era útil para evangelizar, pero vistiéndose de intelectual (de sabio taoísta) podía acceder a la corte y ser respetado y escuchado. Puso el cristianismo en diálogo con la tradición confuciana. "Este misionero supo inculturar la fe cristiana en diálogo, como los antiguos Padres con la cultura griega", detalla el Papa.
"Su excelente preparación científica despertó el interés y la admiración de hombres cultos, comenzando por su famoso globo terráqueo, el mapa de todo el mundo entonces conocido, con los diferentes continentes, que revela a los chinos por primera vez una realidad fuera de China mucho más amplia de lo que jamás habían pensado. Les hace ver que el mundo es más grande que China, y lo entendieron, porque eran inteligentes. Pero también los conocimientos matemáticos y astronómicos de Ricci y sus seguidores misioneros contribuyeron a un encuentro fecundo entre la cultura y la ciencia de Occidente y Oriente, que vivirá entonces uno de sus momentos más felices, en el signo del diálogo y la amistad. De hecho, el trabajo de Matteo Ricci nunca habría sido posible sin la colaboración de sus grandes amigos chinos, como el famoso "Doctor Paolo", añade Francisco, refiriéndose a Pablo Xu Guangqi, matemático, astrónomo, traductor, cuya familia fue la primera en bautizarse en Shanghai".
Estatua de Matteo Ricci junto a su amigo Pablo Xu Guangqi en la tumba del sabio chino en Xujiahui, en Shanghai.
Tercera fuerza de Ricci: vida ejemplar
"La credibilidad adquirida a través del diálogo científico le dio autoridad para proponer la verdad de la fe y la moral cristianas, de las que habla en profundidad en sus principales obras chinas", detalla el Papa.
"Estos misioneros oraban. Iban a predicar, se movían, hacían movimientos políticos, de todo... pero rezaban. Es la oración la que alimenta la vida misionera, una vida de caridad, de ayuda a los demás, humilde, con total desinterés por los honores y las riquezas, lo que llevó a muchos de sus discípulos y amigos chinos a acoger la fe católica. Porque veían a un hombre tan inteligente, tan sabio, tan listo – en el buen sentido de la palabra-para llevar adelante las cosas, y así creyendo que decían: "Pero lo que predica es verdad porque lo dice una personalidad que da testimonio: da testimonio con su propia vida de lo que anuncia". Esta es la consistencia de los evangelizadores".
"Si tu vida no es coherente con lo que profesas, no sirve de nada. Lo que atrae a la gente es el testimonio de coherencia: los cristianos estamos llamados a vivir lo que decimos, y no pretender vivir como cristianos,sino como mundanos", insistió el Papa.
Matteo Ricci murió en Pekín en 1610, a la edad de 57 años. "Es grande, sí, porque fue un gran científico, es grande porque fue valiente, es grande porque escribió muchos libros, pero sobre todo es grande porque ha sido coherente con su vocación, coherente con ese deseo de seguir a Jesucristo. Hermanos y hermanas, hoy nosotros, cada uno de nosotros, nos preguntamos interiormente: "¿Soy coherente, o soy un poco regular?".
Mensaje en español
En su resumen de la catequesis, pronunciado en español, destacó dos recursos de Ricci: "por un lado, una actitud de amistad hacia todos, unida a una ejemplaridad de vida que causaba admiración; por otro, una vastísima cultura que era reconocida por sus contemporáneos, y que además supo conjugar con un estudio de los clásicos confucionistas, presentando así el mensaje cristiano perfectamente inculturado".
Y añadió: "Pidamos al Señor que nos dé la humildad de sabernos acercar a los demás con esa actitud de amistad, respeto y conocimiento de su cultura y sus valores. Que sepamos acoger todo lo bueno que hay en ellos, como Jesús al encarnarse, para hacernos capaces de hablar su lenguaje. Que no dudemos en ofrecerles todo lo bueno que tenemos, para dar prueba del Amor que nos mueve. Que tengamos la fuerza de vivir con coherencia la fe que profesamos, para transmitir el Evangelio del reino sin imposiciones ni proselitismos".
Oración a la Virgen y recuerdo por Ucrania
Al final de la audiencia general, el Papa Francisco saludó a un grupo de jóvenes originarios de Ucrania y de Rusia, que viven en Italia, presentes en la Plaza de San Pedro con la asociación Rondine Ciudadela de la Paz (https://rondine.org), con sede en un pueblecito de Toscana donde cada año conviven jóvenes de muchos países. "Viniendo de Ucrania y de Rusia y de otros países en guerra, han decidido no ser enemigos, sino vivir como hermanos. Que su ejemplo suscite intenciones de paz en quienes tienen responsabilidades políticas", exhortó el Papa.
Finalizando mayo, el mes de María, el Pontífice encomendó a la Virgen a los que sufren por la guerra y exhortó a "rezar más" por la martirizada Ucrania que "tanto sufre". "Hoy, último día del mes de mayo, la Iglesia celebra la Visitación de María a su prima Isabel, por la que es proclamada 'Bienaventurada' porque creyó en la palabra del Señor. Mírenla e imploren de ella el don de una fe cada vez más valiente", exhortó el Pontífice.
En el vídeo, el dramaturgo Luis de Tavira alaba a Matteo Ricci, sobre quien ha estrenado una obra de teatro recientemente en México.
G. de A., ReL
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