Han tildado a los laicos en la Iglesia como "el Gigante dormido".
Aquí se te quiere despertar.
¡He aquí un maravilloso examen de conciencia acerca de cómo vives tu fe!
Jaime Septien
El portal Holguín católico ha publicado recientemente el Decálogo del laico católico en Cuba, una hoja de ruta para participar en la vida de la Iglesia y en la vida pública de la isla del Caribe.
El portal Holguín católico ha publicado recientemente el Decálogo del laico católico en Cuba, una hoja de ruta para participar en la vida de la Iglesia y en la vida pública de la isla del Caribe.
Son diez “claves para vivir el seguimiento discipular de Jesús bajo el amparo de la Virgen María” que se han dado a sí mismos (en un trabajo que puede ser re-aplicable en otros países del continente) los cada día más participativos católicos cubanos.
El Decálogo fue creado por laicos procedentes de las once diócesis que conforman a Cuba como resultado del Encuentro Nacional de Laicos en el que tomaron parte más de cien delegados en El Cobre.
Se trató –según los organizadores de este encuentro- de un trabajo de construcción colectiva, analizando la realidad desde cinco aspectos de sociedad y cinco aspectos de Iglesia, para después soñar con la sociedad y la Iglesia que quieren construir desde los valores del Evangelio.
Para los católicos cubanos, esta es una herramienta necesaria para dotar a Cuba de un perfil católico que ayude a orientar la vida de las personas, su formación y su acción.
De igual forma, que sea fundamento de las acciones pastorales de la Comisión Nacional de Laicos de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba
Los diez puntos del Decálogo
1. Un laico que ha hecho la experiencia personal de Jesús, que alimenta su vida de fe en los Sacramentos, en la Palabra y en la oración personal y comunitaria.
2. Un laico que ama apasionadamente a la Iglesia y a Cuba (pon aquí el nombre de tu país...) y que atento a los signos de los tiempos se compromete con el mejoramiento de la sociedad.
3. Un laico consciente de su identidad laical, que vive su compromiso cristiano con espíritu misionero, siendo sal y luz en su familia, barrio, centro de trabajo o estudio.
4. Un laico preocupado por su formación permanente, conocedor de la Doctrina Social de la Iglesia, para dar razón de su fe y colaborar en la transformación de sus ambientes.
5. Un laico misericordioso, cercano al mundo del dolor y de los necesitados, que se muestra dispuesto al servicio, al diálogo y la reconciliación, que sabe perdonar.
6. Un laico que vive y contagia alegría y esperanza desde su vocación evangelizadora y descubre al Resucitado en el prójimo.
7. Un laico sensible a la realidad social, política, económica y eclesial, con espíritu profético, que anuncia el Evangelio con su palabra y con su vida, y denuncia todo lo que se opone al Reino de Dios.
8. Un laico con sentido de pertenencia a la comunidad eclesial, dispuesto a asumir los servicios y ministerios que se le soliciten, que sabe trabajar en equipo y es generador de fraternidad y de comunión.
9. Un laico comprometido con el cuidado de la vida humana y del medio ambiente.
10. Un laico que con su testimonio de vida coherente contribuye a la transformación del mundo.
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