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miércoles, 16 de marzo de 2016

Cómo evitar los “amores de oficina”

Clave: no convertir al compañero(a) en el paño de lágrimas de las dificultades en el matrimonio

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Pasamos más tiempo en el trabajo que en el propio hogar, por eso los compañeros de trabajo se pueden convertir en personas muy cercanas, el problema es cuando se forma una relación más estrecha de lo que debe ser y se saltan los límites que fácilmente pueden llevar a una relación no deseada.

Compañeros de trabajo… ¡hasta ahí!
En la mayoría de los países, los trabajadores pasan ocho horas diarias en el ambiente laboral, lo que representa alrededor de unas 40 horas semanales, aunque en algunos casos las jornadas sobrepasan ese tiempo. Siendo así, el espacio para estar en el hogar es escaso y eso sin descontar el tiempo que hay que dedicar a otros fines (los hijos, el aseo de la casa, el gimnasio, los pendientes, las compras, etc.) por último, el tiempo para compartir en pareja se ve reducido a unos pocos minutos al día.

Por eso la necesidad de saber manejar el tiempo personal y laboral, fortalecer la voluntad propia y tener presente en todo momento una regla de oro: mantener una distancia emocional con los compañeros(as), en especial si despiertan alguna atracción.

Según Eduardo Press, director de la Escuela Argentina de Psicología Organizacional, “es lógico que al compartir a diario tanto tiempo y a su vez problemas, expectativas, frustraciones y logros, suceda cierta empatía entre compañeros y compañeras de trabajo que en algunos casos pueden llegar a un enamoramiento.” Relata en un artículo publicado por iProfesional.com

Por este motivo, los trabajadores deben desarrollar la fortaleza necesaria para establecer límites y dejar en claro la relación netamente profesional que debe existir con los colegas. Se debe evitar convertir al compañero(a) en el confidente o en el paño de lágrimas de las dificultades personales y menos las que están relacionadas con el matrimonio. Poco a poco esta “confidencialidad” se puede convertir en algo más que amistad.

En el mismo orden, Kevin Lowry, asesor financiero, pero apasionado por el tema armonía trabajo-familia brinda un consejo a los maridos: “Habla positivamente de tu mujer. Nunca te quejes de ella, especialmente ante otras mujeres”. Estos actos maltratan la unión conyugal.

5 Consejos para proteger el matrimonio contra los “amores de oficina”
Nunca está de más blindar la relación y evitar situaciones desafortunadas, estos son algunos consejos:

1. ¡Comunícate con tu pareja! La comunicación asertiva en el matrimonio es determinante. Ser capaz de decirle al otro lo que se siente, en especial las inconformidades (sexuales, afectivas, personales, etc.) antes de que pasen a mayores. Incluso, buscar ayuda del cónyuge cuando se siente alguna atracción por otra persona, es la única forma de evitar una infidelidad.

2. Cuidado con las modas de lo “normal”, es decir, de los espacios que ellas y ellos han considerado como propios y pasan por encima de su compromiso matrimonial y de sus hijos (salir con frecuencia a tomarse unos tragos con los compañeros de trabajo, llegar tarde a casa por reuniones sociales, pasar los días de descanso con los compañeros y no con la familia, compartir mucho tiempo con una persona en especial). Hay escenarios que no convienen al matrimonio y es mejor evadirlos.

3. Evita la rutina, es una amenaza constante para el matrimonio. En algunos casos es el punto de partida para una infidelidad, pues surge al querer buscar emociones nuevas fuera de casa.

4. No dejes solo(a) a la pareja, en sus proyectos, en su trabajo, en sus ilusiones, en las decisiones, en el día a día. El matrimonio es “comunión”, son dos personas que se convierte en una sola para compartir todo. Si cada quien hace su propia vida, la relación se enfriará y más temprano que tarde, llegará la infidelidad.

5. Cuida tu apariencia personal para estar siempre atractivo para el cónyuge. Recuerda la época de noviazgo que buscabas lucir bien hasta en el más mínimo detalle, pues en el matrimonio este propósito no debe desaparecer.

Si bien es cierto que la fidelidad es cuestión de voluntad, también hay que tener en cuenta que hay situaciones que invitan a quebrantar esa voluntad y si la persona no está lo suficientemente fortalecida o el matrimonio no pasa por su mejor momento, puede caer en la trampa.

Artículo originalmente publicado porlafamilia.info

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