Mercedes Arzú, de la Academia Pontificia para la Vida, los difunde hace décadas
Mercedes Arzú de Wilson, guatemalteca, lleva desde 1968 difundiendo el método de ovulación como forma de planificación familiar natural. Casada con Henry Hugh Wilson(fallecido en 2007), madre de tres hijos y abuela de ocho nietos, en 1994 fue nombrada por Juan Pablo II miembro de la Academia Pontificia para la Vida. Es presidenta de la Organización Mundial de la Familia.
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-¿Surgen estos temas en las reuniones de la Pontificia Academia por la Vida?
-No tanto como yo quisiera. No estamos llegando a los temás más cruciales del momento: eutanasia, suicidio asistido, maternidad subrogada... Al menos sí vamos a celebrar el quincuagésimo aniversario de la encíclica Humanae Vitae (1968). Todo lo que dijo Pablo VI está pasando: divorcios, abusos sobre la mujer... Es incalculable el daño que han hecho los métodos artificiales de control de la natalidad.
Mercedes Arzu ha formado parte de la Academia Pontificia para la Vida desde su creación en 1994.
-¿Cuál es ese daño?
-Tras los métodos artificiales de control de la natalidad se introdujo el aborto para cuando los métodos artificiales fallasen. Como consecuencia ya no hay niños. Entonces, para sostener el sistema de pensiones hay que matar a los ancianos, y ahí está la eutanasia. Incluso de niños, como en Bélgica.
-Algunos métodos anticonceptivos son ellos mismos abortivos...
-No evitan la concepción, evitan la implantación en el endometrio del óvulo fecundado. Muchas mujeres no saben que al usar algunos métodos anticonceptivos están haciéndose responsables de la muerte de su hijo. Hoy día se aborta más con métodos químicos que con otros métodos.
-¿No es una contradicción que al mismo tiempo se permita la maternidad subrogada?
-Es algo aberrante, pero forma parte de la misma evolución.
-Algunos países americanos resisten...
-Como Nicaragua, con un presidente que se supone comunista. O en México: aunque en el distrito federal sí han introducido el aborto, no en el resto del país. Los países más humildes están resistiendo y los más sofisticados profundizan en la cultura de la muerte. Los países pobres aún tienen el temor de Dios, que es el principio de la sabiduría. Cuando falta, lo anormal se hace normal, lo bueno es malo y lo malo es bueno...
-¿Cómo se reciben sus campañas a favor de los métodos naturales?
-Siempre que a una mujer o a una pareja se les habla de la planificación natural, la respuesta es buena. No hay mujer a quien no le interese un método natural en vez de otro que afecte a su organismo. Los métodos artificiales introducen 150 cambios químicos en la mujer. Y con riesgo de cáncer: la persona que más protege a la mujer del cáncer de mama es el bebé. La mujer que use anticonceptivos antes de tener un embarazo completo tiene un riesgo mucho mayor de tener un cáncer de mama a los 10 o 12 años.
-¿Dónde está entonces el obstáculo a los métodos naturales?
-Las compañías farmacéuticas saben que si esto se da a conocer se acaba un negocio de milllones. Y tienen mucha influencia en los medios.
-Pero también se dice que no son eficaces...
-El método de la ovulación que nosotros difundimos tiene una efectividad del 99%. La Madre Teresa lo aplicó entre los más pobres de los pobres de Calcuta y obtuvo una efectividad del 99,3%, recogida incluso en un artículo en el British Medical Journal (18 de septiembre de 1993). Nosotros lo hicimos en Guatemala y obtuvimos un 99% de efectividad: yo enseño a gente analfabeta y ellos lo enseñan a sus amigos y familiares y funciona.
Mercedes Arzú, con la Madre Teresa de Calcuta durante un vuelo a Washington, D.C. en 1986.
-¿En qué se basa el método?
-Es básicamente el método Billings, pero nosotros lo hemos hecho más sencillo: ya le digo que incluso personas analfabetas lo entienden y aplican con éxito. No sólo eso. Hay parejas que usan métodos artificiales durante tanto tiempo que cuando quieren tener hijos ya no pueden. Pues bien, conseguimos que parejas que no podían tener hijos sean fértiles. Presenté en dos conferencias médicas un tratamiento sobre 54 parejas de las cuales 50 lograron concebir, un 92,6% de efectividad.
-¿Cómo lo lograron?
-Se trata de aprender cómo Dios nos ha hecho, porque lo que Él hace siempre es superior: hay que encontrar esa ventana de fertilidad de cien horas en la que la mujer puede concebir. Los médicos de ambos congresos se quedaron asombrados.
Mercedes Arzú de Wilson ha publicado en Digital Reasons el resultado de casi medio siglo de trabajo en el ámbito de los métodos naturales. Pincha aquí para descargártelo.
-¿Dónde sucedió?
-En Estados Unidos. Pero he estado en China trece veces invitada por su gobierno para formar a médicos y enfermeras, y allí sus propios cálculos, los del gobierno comunista chino, dan un 98,7% de efectividad.
-¡El mismo gobierno de la política del hijo único...!
-Sí, pero allí las mujeres son obligadas a matar a su hijo, aquí acuden voluntariamente a hacerlo. Moralmente, ¿quién está peor?
-Otro problema de los métodos naturales es que obligan a refrenarse en los días fértiles...
-Las personas no somos animales, podemos controlar los instintos. Si no se puede pedir ni unos días de abstinencia... Es más, el efecto es muy bueno en la relación de pareja, hemos hecho estudios y el número de divorcios se redujo hasta el 3%.
-¿Qué tiene que ver una cosa con otra?
-Con un método natural, la pareja tiene que decidir conjuntamente sobre la conveniencia de traer vida al mundo y cuándo. Hay más comunicación y la mujer siente que no está sola, que la responsabilidad es mutua.
-Todo esto hay que contarlo...
-Hay que salvar a la juventud formándola bien, y decirle a los jefes de la Iglesia que hablen más, que tienen la obligación de hablar.
-¿Sabe que muy poca gente ha oído hablar de estas cosas claramente en una homilía?-Pues ante ciertas cuestiones la culpa no es de quien no sabe, sino de quien se queda en silencio para no enseñar.
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