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jueves, 10 de marzo de 2016

Haz las paces con tus emociones: ¡es importante para tu salud!

Un mensaje para todas las mujeres (y hombres también)

mujer signo interrogación

Miedo, rabia, tristeza y alegría…, a veces tenemos todas las emociones en un única día, ¿no es así?

¿Sabías que esas son las cuatro emociones básicas del ser humano? Son la base del resto de emociones y lo quieras o no, estarán presentes en tu vida sea cual sea el momento que estés viviendo.

También tienen un lado positivo en nuestras vidas.

Las emociones ayudan a nuestro autoconocimiento.

Nos permiten entender cómo estamos viviendo el aquí y el ahora, cómo nos comportamos y cómo seguir adelante.

Para ello, basta que las reconozcamos en el contexto en que se manifiestan, su grado y lo que están queriendo “decir” sobre nosostros mismos.
La tristeza, por ejemplo, puede ser señal de algún cansancio, de una desilusión amorosa o profesional… dentro de la normalidad, digamos así; sin embargo, si la tristeza se vuelve repetitiva y nosotros no tomamos actitudes para acabar con la causa, puede llevarte a una enfermedad, como la depresión.

Tener miedo forma parte de un instinto de protección, pero no enfrentarlo y dejarlo crecer, puede generar fobias, por ejemplo.
Y ser alegre, ¿no es bueno? Claro que sí. La alegría es una emoción de expansión, nos ayuda a crear vínculos con las personas, si está bien gestionada nos permite tener serenidad y plenitud. Al contrario, puede crear euforia y frustración.

La rabia también es considerada una emoción de expansión, nos permite quitar del camino aquello que nos incomoda, que es injusto o que nos hace mal. La rabia puede impulsarnos a tomar actitudes que nos favorecen, sin embargo, la explosión y la falta de control de esa emoción puede traer consecuencias desastrosas.

Mi consejo de hoy para ti es:
Haz las paces con tus emociones. Éstas no son tus enemigas, al contrario, son indicadores para que puedas vivir en equilibrio.
Aprende a mirar tus emociones como tus aliadas, presta atención, contrólalas y toma las riendas de tu vida.

Y como dice Roberto:
“Si lloré o sonreí, lo importante es qué emociones viví”
¡Vive con emoción!

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