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miércoles, 2 de marzo de 2016

Ennio Morricone y el Oscar, su mujer y su fe católica

El genial compositor italiano se define como un hombre creyente: Dios me ayuda a componer 

Composer Ennio Morricone poses with the Oscar for Best Original Score, "The Hateful Eight," in the press room during the 88th Oscars in Hollywood on February 28, 2016.     / AFP / Robyn BECK

Gelsomino del Guercio, Aleteia
Ennio Morricone triunfó en la noche de los Oscar. Después de cinco nominaciones fallidas y un Oscar a la carrera en 2007, el anciano maestro finalmente ha conquistado la estatuilla por la banda sonora de un film, el western político de Quentin Tarantino The Hateful Eight. Ovación de pie para el músico italiano, que subió al palco acompañado por su hijo Giovanni (La Repubblica, 29 febrero)


Musa inspiradora
Un premio que él mismo quiso dedicar a su mujer María, con la que lleva casado desde 1956. Una figura central en la vida de Morricone, de quien el compositor ha tomado inspiración para realizar algunas de sus bandas sonoras más célebres … y no solo. Porque María fue también la “musa” de una banda sonora “especial”.

“Ella siempre me pidió que escribiera una Misa. Pero nunca lo hacía. Una mañana, saliendo de casa, me encontré al padre Daniele Libanori, rector de la iglesia de los jesuitas, que está a dos pasos de mi casa en Roma y a la que voy a menudo. El jesuita me pidió que escribiera una partitura para celebrar los doscientos años de la reconstitución de la Compañía de Jesús. Era en 2012”.

“Tomé un poco de tiempo para pensarlo. Entre tanto fue elegido el Papa Francisco, el primer Pontífice jesuita. Dije que sí y pensé dedicársela. Y también a mi esposa María. Así nació la Missa Papae FrancisciAnno duecentesimo a Societate Restituta. Que adquiere un valor aún mayor para mí que soy creyente, criado en una familia católica y con esta huella que siempre ha marcado mi vida” (Avvenire, 10 junio 2015).

“¡Una oportunidad para la Iglesia!”
Creyente y con una fe sólida, Morricone recuerda con placer y conmoción e encuentro celebrado con el Papa Francisco el año pasado. “Nos miramos largamente, en silencio. El papa me miraba, esperaba que le hablara de mi Misa. Le hice ver la primera página de la partitura, donde las notas dibujan una cruz: una línea confiada a cornos y trompas forman el brazo vertical de la cruz; sobre esta línea en cierto momento entra toda la orquesta, dibujando el otro brazo”.
“El Papa Francisco me conquistó desde el primer momento, porque desde el principio ha querido dar una oportunidad a la Iglesia, intentando corregir las cosas torcidas que hay en ella. Pero este camino ha podido recorrerlo gracias al gran trabajo preparatorio que hizo Benedicto XVI”.

El Paraíso
Después de la Missa Papae Francisci, el compositor admitió que habría querido poner música al Paraíso de Dante. ·No es precisamente sacra o litúrgica, pero habría querido escribir algo sobre la Divina Commedia de Dante y en particular sobre el Paraíso. Pero no quería poner música a los versos, ya de por sí musicales y perfectos, sino construir algo que recorriera la concepción dantesca del Paraíso, una idea de subida hacia la contemplación del misterio. Pedí un libreto, me lo prepararon, pero estaba demasiado lleno de versos de Dante. Así que renuncié al proyecto”.

Sacralidad y misticismo
Y sobre la fe, en sentido estricto, Morricone tiene una idea muy clara: “Como creyente, esta fe está probablemente siempre presente, pero está allí para que la reconozcan los demás, los musicólogos y aquellos que no solo analizan los pasajes musicales, sino que comprenden mi naturaleza, la sacralidad y el misticismo”, observó. Él dice que Dios siempre le ayuda a “escribir una buena composición, pero esta es otra historia” (Zenit, 29 septiembre 2009).

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