Sebastian Campos, catholic-link
Hace muy poco, salió un documental de la BBC llamado «Planet Earth II», que registra impresionantes escenas de la vida silvestre, pero una de ellas, al cabo de pocas horas, se hizo viral: El asombroso escape de una Iguana frente a una pandilla de hambrientas serpientes.
Te preguntarás: ¿Qué tiene que ver esta historia de animales hambrientos con nuestra vida? Pues la verdad es que tiene mucho que ver y de hecho, lo que le ocurrió a nuestra desafortunada amiga, la iguana, es tremendamente bíblico, lástima que ella no sabe leer e ignora que le advierten sobre esto desde hace siglos: «Huye del pecado como de una serpiente, porque si te acercas, te morderá» (Eclesiástico 21, 2a).
Es por eso que quiero proponerte utilices este video como un recurso para tu apostolado. Puedes verlo en las reuniones de los grupos que acompañas y luego, usando estas increíbles imágenes, pueden compartir sus reflexiones al respecto sobre lo que simbólicamente esta persecución significa para cada uno.
Las serpientes o víboras no son personajes con una gran reputación bíblica. Aunque hay pasajes en donde forman parte de los planes de Dios –como cuando Moisés asusta al Faraón, arrojando su bastón y este se convierte en serpiente (cf. Éxodo 7, 9)– la mayoría de veces, ellas simbolizan el mal, el pecado y la tentación. No por nada, cuando Jesús se molesta con los escribas y fariseos les llama «serpientes, raza de víboras» (Mateo 23, 33a) como si la comparación con estos poco queridos animalitos significase una especie de insulto.
Por mi parte, quiero desglosar, a grosso modo, las cosas que van ocurriendo en el video y ofrecerte algunas ideas sobre las tentaciones y el pecado, usando la historia de este espectacular escape.
1. ¿Cómo fue que llegaste ahí?
Tanto la iguana de esta historia como nosotros mismos, muchas veces vamos desprevenidos por la vida haciendo nuestros deberes de manera rutinaria, sin poner mucha atención a lo que nos rodea. Consideramos que no nos ocurren cosas muy importantes y que nada se saldrá nunca de lo acostumbrado. Pero es ahí, en medio de nuestra distracción, cuando muchas veces tomamos decisiones desafortunadas, exponiéndonos a riesgos innecesarios o, en el peor de los casos, a tentaciones difíciles de enfrentar. Solo entonces nos hacemos la pregunta: ¿Cómo fue que llegué aquí?, ¿cómo es que me salí de lo planificado y me vi enfrentado a un montón de serpientes hambrientas?
Es muy común que surjan estas preguntas entre los jóvenes, cuando se les pasan las cosas: nunca supieron cuándo se tomaron esa bebida que “estuvo de más”. Es frecuente también en las parejas, cuando al discutir por cosas domésticas, el problema crece y termina convirtiéndose en una gran pelea, donde ambos se dicen cosas que realmente no sienten y que les causan mucho dolor. Y, obviamente, es muy común en las discusiones sobre la economía familiar (sobre todo cuando se acumulan las deudas) miramos las cosas innecesarias que hemos comprado y, tomándonos la cabeza con las dos manos, nos preguntamos por qué gastamos tanto dinero.
Evitar la tentación es fundamental, es por eso que te recomendamos leer este post, que te da algunas ideas para enfrentar la tentación y salir victorioso.
2. Cuando te das cuenta que estás rodeado
La iguana sabe que se ha metido en problemas, siente de cerca la respiración de una serpiente que la acosa por la espalda. Se detiene a examinar la situación. Luego de sus primeros intentos por escapar, se da cuenta que no era una, sino que toda una pandilla de serpientes se dirige hacia ella, desde todos lados (y no se trata de una campaña de abrazos gratis).
La tentación funciona así, se ve como algo que puedes controlar, como algo de lo que puedes escapar, pero de pronto se viene como una avalancha y una tras otra, las tentaciones se aparecen por todos lados y se hacen muy difíciles de ignorar. Es común sentir el corazón abrumado, como si todos los males viniesen juntos. Aquí hay dos opciones: la primera, obviamente, es evitar exponerte a esto, soslayando toda situación que te lleve a caer en la tentación. La segunda es huir. Si ya te diste cuenta que estás rodeado, pues escapa. Con la tentación no se negocia, no se llega a acuerdos, no puedes decirles a las serpientes: «Bueno, chicas, denme unos minutos para pedir unas pizzas y así nos ahorraremos este mal rato, yo invito». Pues así no funciona, la tentación te quiere a ti. Ya lo decíamos al comienzo: «Huye del pecado como de una serpiente».
3. Los mordiscos y rasguños propios del escape
Ser alcanzados, recibir algunos rasguños, salir levemente heridos y quedar agotados luego de una lucha espiritual está absolutamente dentro de aquello que esperábamos que ocurriese. Así funciona la lucha espiritual, por eso es una lucha, sino sería una conversación, un acuerdo o un debate, pero no, es una pelea y si la tentación no puede atraparte, al menos buscará dejarte herido. Vemos cómo en algunos momentos la iguana es mordida en las pata, incluso vemos cómo es atrapada, pero logra escapar a último momento. Créanme, a nosotros nos pasa lo mismo. Seguro te has arrepentido luego de decir alguna palabra fuera de lugar cuando alguien te ha hecho enojar. Después de eso logras controlarte, pero las palabras que salieron de nuestra boca no regresan. Los malos ratos son imborrables, los sufrimientos y las experiencias, aunque superados, quedan ahí, en el corazón.
4. No vayas a pensar que todo está perdido
El video tiene un momento que nos hace latir el corazón más intensamente: cuando la iguana es atrapada y envuelta por muchas serpientes. Parece que todo está perdido y, sinceramente, yo en su lugar, habría comenzado a recitar mis últimas oraciones. San Ignacio de Loyola, en sus reglas de discernimiento nos dice a todos aquellos que estamos viviendo la desolación y la prueba, es decir, a los que nos hemos visto atrapados por las serpientes, lo siguiente:
«El que está en desolación considere cómo el Señor le ha dejado en prueba, en sus potencias naturales, para que resista a las varias agitaciones y tentaciones del enemigo; pues puede con el auxilio divino, el cual siempre le queda, aunque claramente no lo sienta».
Incluso si has sido atrapado por la tentación, convirtiéndose ésta en pecado, aún hay una salida. Hace un tiempo publicamos un post sobre cómo relacionarnos con nuestro pecado. Estoy seguro que te servirá.
Todo tiene solución, en medio de las situaciones más oscuras, siempre hay una salida. Hay quienes dicen que todo tiene remedio menos la muerte, pues para los cristianos incluso la muerte tiene solución, ya que Jesús la ha vencido resucitando. Ánimo, que no todo está perdido.
5. Tu testimonio le sirve a otros, no lo calles
No sé si habrá sido intencionado o no, pero el que la iguana termine su recorrido reuniéndose en lo alto de las rocas con otra iguana, me parece un signo fuerte. Ella escapa no para seguir su vida sola, sino para reunirse con otra. No sabemos si es su pareja, su mamá, un hermanos de la comunidad eclesial o uno de sus amigos. Lo que sí sabemos es que poder compartir con alguien aquella difícil prueba es justamente lo que le da más valor.
Hay una expresión que dice: «Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún ruido?». La respuesta científica a esta pregunta es no. El sonido es algo que nuestros oídos crean. Usemos esta idea para nuestras vidas. Si con la ayuda de Dios sales de una situación compleja, pero no la compartes con nadie, ¿tu testimonio vale la pena? Piensa en esto detenidamente: Vale la pena. Tus penas y lo mal que lo has pasado pueden tener sentido para ayudar a otro. No calles tu testimonio, a otros les puede servir para evitar caer donde tú caíste y no tener que escapar de las serpientes.
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