Octavio recorre un hospital acompañando a padres cuyos bebés nacen antes de tiempo
Esteban Pittarro, aleteia
Octavio nació en la semana 26, 12 semanas antes de lo previsto. Pesaba 800 gramos. Las enfermeras tomaban el tamaño más pequeño de pañal y lo partían en cuatro para que él puediera usarlo. Hoy, 9 años después, recorre el hospital en el que nació y salió adelante para alentar a quienes pasan por situaciones similares a las que vivieron sus papás.
Octavio nació en la semana 26, 12 semanas antes de lo previsto. Pesaba 800 gramos. Las enfermeras tomaban el tamaño más pequeño de pañal y lo partían en cuatro para que él puediera usarlo. Hoy, 9 años después, recorre el hospital en el que nació y salió adelante para alentar a quienes pasan por situaciones similares a las que vivieron sus papás.
El diario Clarín dio cuenta de la historia de Octavio, quien mensualmente visita el Sanatorio porteño Otamendi llevando su alegría y su testimonio. Se trata sólo de una de esas historias que afloran en torno al Día Mundial del Prematuro, este año 17 de noviembre.
En la Argentina se celebra a la vez la Semana del Prematuro, una oportunidad de concienciar y promover las condiciones que permitan mejorar la posibilidad de los niños que nacen antes de tiempo, y de brindar apoyo a los papás de estos niños.
Una de las instancias más conmovedoras en la vida de un hospital es el entusiasmo de los papás al aprovechar cada segundo de visita que tienen en la neonatología en la que están internados sus hijos prematuros.
“Nadie está preparado para ser padre prematuro. Cuando nace un niño prematuro, nace una familia prematura”, dicen en la Red de Familias Prematuras, red promovida por UNICEF desde el nacimiento de la Semana del Prematuro.
Desde el portal de esta red, se informa que cerca del 8% de los niños en la Argentina nacen antes de la semana 37, lo que equivaldría en este país a 60.000 nacimientos.
A nivel mundial, las cifras señalan que anualmente nacen en el mundo alrededor de 15 millones de niños prematuros, lo que representa cerca de un 10% de los nacimientos.
Un buen diagnóstico prenatal, buenas condiciones en el lugar del nacimiento, una atención acorde a las condiciones y etapa del nacimiento, una enfermería especializada, la lactancia materna, el acompañamiento de la familia, el seguimiento posterior, entre otros, favorecen las posibilidades de estos niños tan pequeños de llevar adelante una vida absolutamente normal tras su nacimiento prematuro.
Y no puede faltar el acompañamiento entre las familias que comparten cada día en la neonatología, dándose fuerza y apoyándose mutuamente, celebrando cada vez un bebé se da de alta como si fuese el propio.
La explicación de Octavio al diario Clarín, aunque sin mayor sustento científico, alcanza para explicar los motivos de su nacimiento antes de tiempo: “Tenía muchas ganas de conocer el mundo real”.
Octavio, que nació en su semana 26, con su mamá, son testimonio, en cada visita a la neonatología que fue su casa durante tantos días, de que ese trabajo en equipo entre la familia, el personal de enfermería y médico, y sobre todo, el niño, da resultados.
Para más información en español, visitar: semanadelprematuro.org.ar
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