La organización y la adquisición de hábitos son clave para el éxito académico
Existen diferentes escuelas de pensamiento sobre si los padres deben intervenir en la tarea de sus hijos y en qué medida. De hecho, algunos niños necesitan poco apoyo o motivación de sus padres para hacer la tarea, mientras que otros necesitan más.
Aunque el objetivo es que los niños, especialmente a medida que crecen, sean autosuficientes con su tarea, pueden necesitar algo de ayuda para llegar allí. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudar a los padres a capacitar a sus hijos en el hábito de ser responsables con las tareas asignadas.
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ESTABLECER UN HORARIO
Ya sea después de la escuela, después de la merienda o después de la cena, dependiendo de su horario, establece un horario fijo para los deberes y cúmplelo todos los días. Esta es una manera de establecer un ritual, que ayuda a nuestros hijos a adquirir un hábito. Es más fácil formar un hábito de trabajo cuando está vinculado a una actividad diaria regular y necesaria, que si el tiempo de los deberes es variable.
Para los fines de semana, trata de avisar con anticipación a tus hijos de si harán su tarea el viernes por la tarde o el sábado, para evitar tener que enfrentarse a los sudores fríos los domingos por la noche.
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FIJAR UN LUGAR
Los niños necesitan puntos de referencia. Decide qué lugar es más conveniente para ti y el más tranquilo para ellos: su habitación, una oficina en el hogar o la cocina … ¡y no lo cambies! Según su edad y necesidades, puedes decidir qué tan cerca debes estar, no necesariamente al lado de ellos, pero lo suficientemente cerca como para estar disponible.
En la escuela primaria, los niños no son autónomos; es posible que ni siquiera puedan leer las instrucciones todavía. Por otro lado, para la secundaria, muchos niños pueden hacer gran parte de su tarea por su cuenta.
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ORGANIZARSE
Para las tareas de escritura, los niños deben tener un cuaderno de notas que se quede en casa en lugar de hojas sueltas. De esta manera, podrás verificar su trabajo en busca de errores y ayudarlos a repasar su propio trabajo. Si tienes niños más pequeños que aún no tienen deberes, explícales que necesitas estar disponible para los más grandes y dales una tarea que puedan hacer de forma independiente.
Si tienes varios niños que tienen tareas, trata de acompañarlos a cada uno según sea necesario, haciéndoles hacer sus tarea al mismo tiempo. Esto les ayudará a estar más centrados; uno puede tener problemas para concentrarse si el otro está jugando en la habitación de al lado. Lo mejor es que no estén sentados uno al lado del otro.
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ENSEÑARLES BUENOS HABITOS DE ORDEN Y AUTONOMÍA
Hacer todo lo que pueden por su cuenta, revisar su propio trabajo cuando está terminado, vaciar su sacapuntas cuando está lleno, pedir un tubo de pegamento cuando está vacío, almacenar su mochila … Estos son algunos de los muchos hábitos que los niños son bastante capaces de adquirir, y que les ayudará a ganar autonomía. No hagas cosas por ellos que puedan hacer ellos mismos.
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DESCUBRIR LAS FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE TU HIJO
El momento de los deberes es el momento en que descubres cómo son tus hijos como estudiantes. Nos ayudará a familiarizarnos gradualmente con otro aspecto de su personalidad: los temas que les gustan y su forma de trabajar, manejar los fracasos, manejar la frustración.
Seguramente también encontraremos muchas cosas que apreciar sobre ellos: sus habilidades, su progreso, sus habilidades de memoria, su curiosidad, sus preguntas perspicaces … Estar allí para nuestros hijos y preguntarles acerca de su tarea puede ser una forma de vincularse con ellos y entenderlos de una manera diferente a la que hacemos jugando con ellos o haciendo actividades familiares.
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COMENZAR CON UNA ORACIÓN
¿Por qué no comenzar la tarea con una pequeña oración, incluso una sola oración, para confiar este momento al Señor? Primero, esto les permite a los niños calmarse y enfocarse hacia adentro después del ajetreo del autobús o del automóvil a casa, o de otras actividades de la tarde. Pensar en Dios en ese momento puede ser de gran ayuda. Puedes pedir a Dios que ayude a tu hijo a superar las dificultades, que te ayude a mantener la calma, la concentración y la paciencia, y darle gracias cuando todo esté bien.
San Juan Bosco, un gran maestro que trabajó con jóvenes de barrios desfavorecidos de Turín en el siglo XIX, dice en una carta a sus colegas: “Siempre es más fácil enojarse que esperar, o amenazar a un niño que convencerle”. Y también decía: “Cómo son nuestros hijos, evitemos toda ira cuando debemos corregir sus fallas, o al menos moderemos nuestra ira para que parezca totalmente oculta. No debemos permitir agitación en nuestro corazón, desprecio en nuestra apariencia y ningún insulto en nuestros labios”. Esta es una ley de amor que puede ser particularmente útil en estos momentos.
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DAR EJEMPLO
Difícilmente podemos esperar que nuestros hijos sean diligentes y organizados para hacer su tarea si ven que nosotros mismos dejamos las cosas hasta el último momento y no intentamos mantener un poco de orden en nuestras propias cosas y actividades. Si ven que hacemos un esfuerzo para ser responsables y al menos mínimamente ordenados, así como de mente abierta e interesados en aprender cosas nuevas, nos será mucho más fácil inculcar esas mismas virtudes en ellos.
Mathilde De Robien,Aleteia
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