Un informe de la Fiscalía española alerta:
Los delitos sexuales aumentan de manera "inquietante"
Los delitos sexuales aumentan de manera "inquietante"
Los delitos sexuales aumentaron en España un 23,2 % desde 2017, y los ciberdelitos un 13 %. El aumento es considerable y preocupante. Pero no se dan por generación espontánea, y quien lo dice es la Fiscalía General del Estado, en su Memoria Anual presentada ayer en el Tribunal Supremo: está directamente relacionada con el uso de la pornografía en las redes sociales.
“El incremento de la violencia entre los jóvenes es muy inquietante; especialmente en los casos de delitos de naturaleza sexual ejercida en grupo. Se trata de un fenómeno que guarda relación con el uso de la pornografía a través de las redes, donde se representa a la mujer cosificada”, dice el informe. De hecho, España ha sido noticia en los últimos meses por varios casos de violaciones grupales, y por el complicado itinerario judicial que han seguido posteriormente.
Pero la conexión entre estos delitos y la pornografía sí es novedosa en el discurso público, en un país que quiso “liberalizar” el consumo del sexo y que hoy bate récords mundiales: Un reciente estudio de la Fundación Alia2, asegura que España es el país europeo que más pornografía infantil consume, y el segundo del mundo, por detrás de Estados Unidos. Otra investigación, de la Universidad de las Islas Baleares, asegura que la edad de acceso a la pornografía ha bajado dramáticamente de los 11 a los 8 años, mientras que a los 14 años el consumo es “habitual”.
Además, los investigadores alertan, se trata de una pornografía cada vez más violenta y cada vez más sin límites en cuanto a prácticas sexuales, algunas ilegales. Según explicaba a la agencia Efe Carmen Orte, el vídeo porno más visto en la actualidad en internet escenifica “una violación en grupo muy violenta”.
El problema, advierten los expertos, es la imagen de la mujer y de las relaciones que reciben los niños a edades muy tempranas: la despersonalización del sexo junto con la conexión sexo-violencia y la falta de empatía, en una edad en la que el cerebro está aún en formación. No sorprende que estén aumentando también dramáticamente los delitos de agresión entre menores de edad y adolescentes.
Inma Alvarez, Aleteia
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