LAS CUENTAS DE LA LECHERA
Érase una vez una joven campesina que salió al mercado a vender un cántaro lleno de leche recién ordeñada. Por el camino, iba pensando qué haría con las ganancias:
“Esta leche es muy buena” se decía. “Dará mucha nata y la batiré muy bien hasta que se convierta en mantequilla, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero que gane, compraré doscientos huevos. Los huevos me darán hermosos pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé al mejor precio. Y con ese dinero, compraré un cerdito. Y cuando lo venda, me compraré el vestido más hermoso y cuando lo vean todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa».
Tan ensimismada iba la joven que no vio una piedra en el camino y tropezó. El cántaro cayó al suelo, haciéndose añicos. Adiós a la leche, a los huevos, los pollitos, el cerdito y al maravilloso vestido con los que había soñado.
Moraleja: No hagas castillos en el aire. Sueña cuanto quieras, pero no olvides mantener los pies en la tierra.
Ideas para pensar: Esta fábula de Esopo nos enseña a huir de las ensoñaciones y a valorar y ser felices con lo que tenemos. – Utilizar bien la imaginación.
EL LOBO DISFRAZADO DE OVEJA
Esto era un lobo muy hambriento que llevaba varios días acechando a un rebaño de ovejas, pero el pastor las vigilaba tan de cerca que al lobo le era imposible acercarse a ellas. Un día encontró una piel de oveja en el bosque y tuvo una idea para despistar al pastor.
Me disfrazaré con esta piel de oveja. Así las ovejas y el pastor creerán que soy una oveja más.
Y su plan funcionó. Al atardecer, el lobo se acercó al rebaño camuflado y como la noche era muy oscura, el pastor no se dio cuenta del engaño y el lobo fue llevado al establo con el resto de las ovejas. El lobo se relamió, pensando en el gran banquete que se daría por la noche.
Pero, cuando anocheció, el pastor entró en el establo buscando carne para cenar. Y, creyendo que el lobo era una oveja, lo tomó y se lo llevó. El lobo se revolvía para poder escapar, y entonces se le cayó la piel de oveja.
El pastor, al descubrirlo, no se lo pensó dos veces: sacó el cuchillo y lo mató.
Moraleja: Quien muchas trampas hace, termina por caer en ellas.
Ideas para pensar: Esta fábula de Esopo quiere enseñar que la mentira y las trampas siempre nos traerán problemas. Cuanto mayor sea la mentira, mayor será el daño
Merche Crespo, Aleteia
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