5LA LIEBRE Y LA TORTUGA
Un día una liebre orgullosa y veloz, vió como una tortuga caminaba por el camino y se le acercó. La liebre empezó a burlarse de la lentitud del otro animal y de la longitud de sus patas. Sin embargo, la tortuga le respondió que estaba segura de que a pesar de la gran velocidad de la liebre era capaz de ganarla en una carrera.
La liebre, segura de su victoria y considerando el reto imposible de perder, aceptó. Ambos pidieron a la zorra que señalara la meta, a lo que esta aceptó, al igual que al cuervo para que hiciera de juez.
Al llegar el día de la competición, al empezar la carrera la liebre y la tortuga salieron al mismo tiempo. La tortuga avanzaba sin detenerse, pero lentamente.
La liebre era muy veloz, y viendo que sacaba una gran ventaja a la tortuga decidió ir parándose y descansando de vez en cuando. Pero en una de las ocasiones la liebre se quedó dormida. La tortuga, poco a poco, siguió avanzando.
Cuando la liebre despertó, se encontró con que la tortuga estaba a punto de cruzar la meta. Aunque echó a correr fue demasiado tarde y finalmente la tortuga ganó la carrera».
Moraleja: Persiste y vencerás.
Ideas para pensar: Defecto de la liebre, su vanidad y arrogancia, Virtud de la tortuga, perseverancia. Esta fábula nos enseña que en ocasiones el débil vence al fuerte. El trabajo duro, la perseverancia, la constancia y el esfuerzo nos llevarán a alcanzar nuestras metas, aunque sea poco a poco, si no nos rendimos. Por otro lado, la arrogancia, la falta de constancia y el exceso de seguridad en uno mismo puede llevarnos a perder oportunidades y no alcanzar nuestras metas.
6LA OCA DE LOS HUEVOS DE ORO
Un pobre granjero tenía la costumbre de acoger en su corral a todas las aves que llegaban extraviadas a su granja. Un día apareció entre sus gallinas una oca de plumas blancas y el granjero le dio de comer. A la mañana siguiente cuando se acercó al corral, se quedó asombrado al descubrir en su nido de paja un reluciente huevo de oro macizo. El granjero y su mujer estaban contentísimos.
Durante meses, la oca puso un huevo cada día y los granjeros bendecían su buena suerte. La pareja empezó a llevar una vida de lujo y despilfarro. Comían, bebían y vestían con prendas muy caras y gastaban el dinero en todo tipo de caprichos. A pesar de ser más ricos de lo que nunca habrían soñado, nunca estaban contentos.
Incluso pensaban que con un huevo de oro al día no tenían suficiente.
Así que a la mujer se le ocurrió la idea de abrir a la oca en canal, y así conseguir todos los huevos a la vez.
Fueron al corral en busca de la oca y la destriparon, pero en su interior no encontraron ningún huevo de oro.
¡Dios mío!, ¿qué hemos hecho?, sollozaban.
Desde aquel día se acabaron los caprichos y como habían derrochado todo el dinero, los granjeros volvieron a sufrir penalidades. Y todas las mañanas decían:
¡Ay si no hubiéramos matado a la oca de los huevos de oro!
Moraleja: Quien todo lo quiere, todo lo pierde
Ideas para pensar: Vicio de la codicia y la avaricia – Para ser feliz no hace falta ser rico. Debemos valorar lo que tenemos.
Merche Crespo, Aleteia
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