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viernes, 26 de febrero de 2021

Amazon retira un libro sobre la ideología trans censurando el testimonio de numerosas víctimas

Jeff Bezos, dueño de Amazon
El dueño de amazon y una de las personas más ricas del mundo

No es el primero ni con total seguridad será el último libro que el rodillo
de lo políticamente correcto y de la ideología de género logra sacar del
 mercado por cuestionar sus planteamientos
. Aunque para ello también
 hace falta la colaboración de grandes empresas que hagan el juego a
estas ideologías cada vez más predominantes.

La última víctima ha sido el libro Cuando Harry se convirtió en Sally, 
donde su autor Ryan Anderson argumenta de manera extensa, razonada,
 meditada y llena de matices contra el movimiento y la ideología transgénero presentando igualmente a las víctimas de estas transiciciones.

La pujanza del movimiento trans que impera en la actualidad ha logrado
que Amazon retire de la venta en su plataforma este libro tras
 tres años en el mercado
. Una censura en toda regla a un libro que
plantea los puntos débiles de esta ideología.

Anderson explicó a CNA que fue alertado de la situación ya que “la gente
que intentaba comprarlo me dijo que había desaparecido”.

Ryan Anderson, autor del libro censurado por Amazon

Ryan Anderson, autor del libro, ha denunciado la censura que está sufriendo su libro

“No es que aparezca como que está agotado. Las páginas están caídas. 
No se puede comprar una copia usada. No puedes comprar el kindle.
No puedes conseguir la versión audible”», recalcó el autor.

Mientras tanto, el editor de este libro ha pedido explicaciones a Amazon pero
 todavía no ha recibido contestación. Según las normas del gigante de la
 distribución, los contenidos que están prohibidos son aquellos que
 “determinamos que son discursos de odio”, junto con “otro material
que consideramos inapropiado u ofensivo”.
 Uno de estos dos motivos
debe estar detrás de la censura del libro que muestra las vergüenzas de la
ideología trans.

(Protesta a Amazon por la censura de contenidos contrarios a la ideología
 de género y reclama libertad de expresión a través de la iniciativa iniciada en tufirma.org

Austin Ruse analizaba este libro en Crisis Magazine y aseguraba que lo que
 más le había llamado la atención del libro "era el capítulo dedicado a las
 víctimas del transexualismo y su rabia genuina hacia los médicos y terapeutas
 que les mintieron, no les ofrecieron opciones y les causaron un daño real y permanente. No estoy seguro de que Anderson quisiera realmente expresarlo
de este modo, pero en el capítulo sobre «las personas que de-transicionan»
[que después de transicionar a un género no asignado biológicamente, desean
volver al género con el que nacieron], la culpa de los médicos y terapeutas
 -que realmente parece que podrían ser procesados legalmente-, se lee
en cada página.

Así, aparece el caso de una chica que empezó a ponerse gel de testosterona
 a los 18 años; al cabo de poco tiempo, empezó con inyecciones. En la
 universidad su ‘voz se rompió’, sus caderas se estrecharon y sus hombros
se ensancharon. Luego le amputaron sus pechos sanos en una operación
 chapucera que le dejó cicatrices tremendas. Anderson resalta que en todas
estas interacciones con los profesionales médicos nunca fue asesorada, ni le preguntaron ‘por qué sentía tanto deseo de ser un hombre’. Ahora dice: ‘Me
 he convertido en una mujer que parece un hombre. Siempre tendré una
 voz rota y ya nunca tendré pechos…’. Nunca recibió asesoramiento.

Libro censurado por Amazon

Esta es la portada del censurado por Amazon. 

Anderson afirma –cuenta Ruse- que es un tema común en quienes se
arrepienten de su cambio de sexo: sienten como si hubieran sido presionados
 a llevar a cabo la transición. Dice: “Lamentan que los profesionales médicos nunca se interesaran en las cuestiones psicológicas subyacentes”. Es
 como si sólo hubiera una respuesta a la disforia de género: tratamiento y cirugía.

Otro de los numerosos casos que aparecen en el libro que Amazon ha
censurado es el de Car, una de las muchas personas que han “
de-transicionado” y que relatan sus historias en YouTube. Socialmente
 transicionó a los 15 años, empezó a tomar hormonas a los 17 y
después hizo que le amputaran los pechos. “De-transicionó” a los 22.

La experiencia que tuvo Cari con los profesionales es la habitual. Un terapeuta especialista en género le recetó testosterona después de 3 ó 4 visitas. Dice:
 “Cuando estaba transicionando, nadie en el ámbito médico o psicológico
intentó disuadirme
, ofrecerme otras opciones, hacer realmente algo para
impedir que siguiera adelante; sólo me dijeron que esperara a cumplir los 18…”.

Cari quiere saber si hay algún otro trastorno médico en el que “entras en el
despacho de un médico, le dices que te sientes de una cierta manera -que
no se puede demostrar objetivamente, pero que puede estar causada por
un trauma, problemas mentales o factores sociales-, y lo que recibes es un
tratamiento médico que altera tu vida en cuanto lo dices”.

ReL

Vea también      Ideología de género: Peligros y alcances - Conferencia Episcopal Peruana

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