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domingo, 7 de febrero de 2021

7-8 Diez fábulas de Esopo para trabajar las virtudes con nuestros hijos

 

FABLE



7EL LEÓN Y EL RATÓN

Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, el ratón le pidió que le perdonara, prometiéndole que algún día le devolvería el favor.

El león echó a reír y lo dejó marchar, perdonándole la vida.

Lion,In,Trap
Ampon Akearunrung | Shutterstock

Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol, y por más que lo intentaba, no podía romper los gruesos nudos. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oír los lamentos del león, recordó la promesa que le había hecho, y corrió al lugar. A toda prisa, subió al árbol y comenzó a roer la cuerda con sus pequeños dientes de roedor, dejándolo libre.

—Días atrás — le dijo —, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.

MoralejaNunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán.
Ideas para pensar: Nos enseña a valorar a todos, sin importar su aspecto o apariencia – A veces, hasta los más grandes necesitan de los pequeños – Virtud de la gratitud.

8LA COLA DEL PAVO REAL

Hubo un tiempo en que los pavos reales podían volar más alto que cualquier otro pájaro. Un día, después de remontarse por los aires y casi tocar las nubes, al pavo real descendió y se posó a la orilla de un estanque de aguas plácidas y contempló su imagen reflejada en el agua.

¡Que feo soy!, se dijo, descontento con el color pardo y el tono de su plumaje. Daría cualquier cosa por que mis plumas brillasen con hermosos reflejos de colores.

Y aquella noche se durmió lamentándose de su aspecto vulgar.

Al día siguiente al despertar, comprobó que sus plumas marrones habían cobrado un brillante color irisado, en el que el azul marino se mezclaba con el verde esmeralda, el púrpura y el turquesa, y su cola era larga, y se desplegaba como el abanico de un emperador.

Peacock
Arkela | Shutterstock

Fascinado con su nueva imagen, el pavo real empezó a pasearse por el bosque presumiendo de su belleza. Y decía a todos los animales con los que se cruzaba que iba a volar por encima de los árboles para que todos pudieran admirar la belleza de sus plumas.

Entonces el pavo real desplegó sus alas, pero cuando intentó elevarse, descubrió que el peso de su larga cole le impedía alzar el vuelo.

Desde la rama de un abedul, un gorrioncito de plumas marrones vio los esfuerzos del pavo real y le dijo:

¿No querías tener las alas más bonitas del mundo? Pues ahora ya las tienes. ¿De verdad crees que merecía la pena pagar por ellas un precio tan alto?Y antes de que el pavo real pudiera replicar, el gorrión alzó el vuelo y desapareció en el aire, dejando al pavo real pensativo.

MoralejaLa vanidad se paga cara.
Ideas para pensar: No dar excesiva importancia a la apariencia. No ser un presumido.

Merche Crespo, Aleteia

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