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| Lucas 9, 22-25 | | El Hijo del Hombre está destinado a sufrir gravemente |
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| | Cristo coronado de espinas, Pintado por Fra Angelico (1390/5-1455), Pintado en 1438, Témpera y pan de oro sobre tabla © Catedral de Livorno, Italia | En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”. Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: “Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?’ |
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Comentario
"Que tome su cruz y me siga"
Estando enferma, en la cercanía de una fiesta, Gertrudis expresó al Señor el deseo de un alivio para poder celebrarla. Sin embargo, se sometía sin reservas a su entera voluntad. |
El Señor le dio esta respuesta: "Expresando tu deseo y sobre todo remitiéndote a mi voluntad, es cómo si me condujeras a un jardín de delicias, con canteros floridos y acogedores. Pero debes saber que si escucho tu deseo, para que puedas participar en la celebración, sería cómo si yo te siguiera al cantero de tu elección. Si al contrario, no te escucho y perseveras en la paciencia, es cómo si me siguieras al cantero de mi elección. |
En el estado de deseo en medio del sufrimiento, encuentro más reconocimiento hacia mí que en el de una piedad cumplida. (EDD) |
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