Evangelio según San Mateo 18,1-5.10.12-14.
En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?". |
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos |
y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. |
Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. |
El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. |
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial." |
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió? |
Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. |
De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños." |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Santa Faustina Kowalska (1905-1938) |
«El que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los Cielos»
De nuevo han comenzado los cotidianos días grises. Pasaron los instantes solemnes de mis votos perpetuos, pero esta gracia de Dios tan grande permanece en mi alma. Siento que soy toda de Dios, sé que soy su hija, siento que soy toda entera propiedad de Dios. Experimento eso incluso de manera física y sensible. En todo estoy completamente tranquila porque sé que pensar en mí es asunto del Esposo. Me olvido completamente de mí misma. |
Mi confianza en su misericordiosísimo Corazón no tiene limites. Estoy continuamente unida a él. Me doy cuenta que es como si Jesús no pudiera ser feliz sin mí, ni yo sin él. Sin embargo comprendo muy bien que siendo él Dios es feliz en sí mismo, y que para su felicidad no tiene absolutamente ninguna necesidad de ninguna criatura, pero es su bondad que le fuerza a darse a su criatura, y esto con una inconcebible generosidad. (EDD) |
Oración
¡Señor, te doy gracias por tu gracia que sostiene mi debilidad y mis flaquezas! ¡Te doy gracias, Señor, porque es la fuerza de tu gracia lo que llena mi corazón y me permite avanzar en el camino de la vida! ¡Gracias, Señor, porque es tu mano la que me sostiene ayer, hoy y siempre! ¡Gracias, Señor, porque es por tu gracia y tu perdón por lo que puedo convertirme en un pequeño instrumento de tu amor infinito! ¡Señor, todo lo que soy y lo que tengo te lo debo a ti que lo revistes de tu gracia! ¡Mi vida, mis dones, mis talentos, mi pequeñez te pertenece enteramente a ti que la revistes con tu poder! ¡Señor, nada puedo ofrecerte más que mi debilidad porque todo lo mío es tuyo! ¡Te ofrezco mi amor incondicional, mi entrega confiada, la firmeza de mi fe, la alegría de ser miembro de tu Iglesia santa, la fidelidad a tu amor, la constancia de mi vida espiritual y el sí condicional de mi amistad contigo! ¡Señor, tu sabes que en mi vida no han faltado pruebas y dificultades, aunque también los momentos revestidos de alegrías y felicidad, tu los has hecho propios y los has revestido con el poder tu gracia! ¡Gracias, Señor! ¡Gracias porque tu gracia se derrama sobre mi con un amor que no merezco, especialmente al recibirte cada día en la Eucaristía que me permite subir contigo al Calvario cargando la cruz, en el abrazo misericordioso al recibir la absolución en el sacramento de la Penitencia o en la participación alegre en cualquier otro sacramento en el que participe como espectador! ¡Gracias, Señor, porque tu gracia es la que sostiene mi pequeñez y es a través de los dones del Espíritu que tu envías sobre mi que mi debilidad se transforma en mi fortaleza por la grandeza de tu amor!
(orarconelcorazonabierto)
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