Cada 30 de agosto los fieles suelen acudir al «pozo de los deseos» ubicado en Lima, gesto que se había visto truncado por la pandemia del coronavirus. En 2022 se retomó la tradición de llevarle a la santa cartas con intenciones de súplicas
EL 30 de agosto es sinónimo de Santa Rosa de Lima en Perú, la famosa primera santa americana canonizada (1671 por el papa Clemente X). Nacida en Lima en 1586, de niña fue bautizada como Isabel, se la llamaba Rosa.
Inspirada en santa Catalina de Siena, Rosa se caracterizó por haber hecho grandes progresos en el camino de la penitencia y la contemplación mística. Murió el 24 de agosto de 1617.
La fecha litúrgica de Santa Rosa, que cada año suele generar curiosidad por haber dos fechas de relevancia, suele celebrarse, de acuerdo al calendario general romano, cada 23 de agosto. Sin embargo, en países como Perú la gran fiesta se celebra el 30 de agosto (fecha original antes de una revisión general).
Más allá de estas curiosidades, o también la extendida vinculada al famoso temporal de fines de agosto en varios países de la región, lo cierto es que Isabel Flores de Oliva es sinónimo de amor y devoción, siendo patrona de Perú, además de América y Filipinas. También con un patronazgo sobre instituciones educativas, policiales y hasta de Fuerzas Armadas.
«El pozo de los deseos»
Es en medio de esta devoción que despierta Santa Rosa de Lima donde también se destaca una famosa tradición: ir de manera presencial hasta el santuario de Santa Rosa de Lima (Cercado de Lima, Jirón Chancay 223) para hacerle una petición a través del depósito de cartas en el denominado «pozo de los deseos».
En efecto, durante la pandemia del coronavirus, este lugar estuvo cerrado al público, por lo cual hubo que apelar a otras alternativas para llevarle las súplicas a la santa como alcanzarla de manera virtual.
Pablo Cesio - Aleteia Perú -
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